Cumpleaños 🎂

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Jihoon tenía un pequeño percance, quería hacer un pastel para el cumpleaños de su novio; para su mala suerte, sus clases en el instituto se retrasaron más de lo normal, maldijo al profesor de literatura, a veces su lengua se inspiraba demasiado y era inmutable contra el avanzar del tiempo. Estaba dentro del hogar del mayor, y a pesar de no vivir allí, él iba a allanar el lugar siempre que podía, tenía una copia de las llaves, el mismo Soonyoung se las había dado.

Vió la hora con preocupación, ya era tarde para hornear algo, su novio estaba en la universidad pero en cualquier momento aparecería en la casa, y aunque existía la posibilidad de pedir un delivery no creía que llegaría a tiempo. Las opciones eran limitadas, estaba contra el reloj y no tenía un regalo.

Una fugaz y loca idea se hizo notar en sus pensamientos. Corrió a la alacena y sacó un envase de crema batida, uno de sirope de chocolate y una cereza acaramelada, su improvisación cómo guía lo llevó hasta la habitación del mayor, y cerró la puerta.


...



-¡¿Bebé estás aquí?!- emitió un grito que rebotó por todo el sitio, luego de cerrar la puerta principal de su hogar. Tiró su bolso con libros y cuadernos en un sillón de la sala.

No obtuvo una respuesta, le pareció extraño, cuando entró las luces estaban encendidas, y podría jurar que antes de salir en la mañana el las dejó apagadas. Además era su cumpleaños, Jihoon le había dicho que tenía una sorpresa para él.

No le dió más vueltas al asunto, tal vez a su novio se le hizo un poco tarde; decidió ir a su habitación, quería darse un baño, y así hacia tiempo para que su bebé llegara. Se quitó la chaqueta que tenía puesta y la reposó en su hombro, dirigiéndose a paso lento a su dormitorio. Girando la perilla abrió la puerta con tranquilidad.

-¡Feliz cumpleaños Daddy Soonie!- exclamó con emoción antes de apresar su labio inferior entre sus dientes de forma provocativa.

Soonyoung se quedó paralizado, y la respiración se le cortó por unos breves segundos cuando sus ojos hicieron un pecaminoso recorrido por todo el cuerpo desnudo de su bebé quién reposaba sentado con las piernas abiertas en su suave cama, cubierto de crema batida y chocolate por todo su abdomen, brazos y piernas, con una cereza que decoraba sobre su cabello a la vez que sostenía con una mano una vela de cumpleaños encendida.

Y cómo si sufriera un desmayo por la conmoción de presenciar aquella erótica imagen, la chaqueta se cayó de su hombro y fue a tener al suelo. Sabía que que su bebé le tenía una sorpresa por ser su cumpleaños, pero nunca se abría imaginado que sería tan perfecta, esperaba más encontrarse con un simple pastel o un regalo que igual amaría solamente por provenir de su novio, pero ni en sus más sucios pensamientos se le habría ocurrido algo asi.

-Ven a pedir un deseo para que puedas probar tu pastel de cumpleaños- pronunció con picardía en sus palabras mientras extendía la vela encendida al mayor para que se acercara y la soplara.

Tragó saliva atónito, sintiendo arrastrado por la excitación que logró percutir en cada poro de su piel; ni en sus más locas fantasías hubiera soñado algo así; se relamió los labios sediento, de pronto comenzó a sentir hambre. Saliendo de su trance, se acercó con cautela hasta el menor con miedo de que fuera un sueño traicionando su cerebro; cuando todo parecía ser real y no una ilusión, se agachó lo suficientemente para que sus labios quedaran justo enfrente de la vela que mantenía su llama encendida, cerró los ojos unos segundos para pedir su deseo de cumpleaños y sin más expulsó una suave brisa de su boca que arrasó con el fuego de aquella vela.

...


-Da-daddy... no lamas ah-ahí - jadeó con la respiración entrecortada al percibir la húmeda lengua del mayor pasearse en una lentitud persistente por todo su miembro cubierto con la crema batida y el sirope de chocolate.

-Eres mi pastel de cumpleaños, puedo lamer dónde yo quiera- pronunció en voz seductora antes de arrasar con su lengua el chocolate que se había escurrido en la cara interna del muslo derecho de su bebé, el cual sostenía con una mano detrás de su rodilla, para mantenerle las piernas abiertas.

-¡Pe-pero Daddy!- chilló acalorado al sertir de nuevo esa humedad impregnarse en su glande. Recostado en la cama, conectó su vista hacia el mayor, quién estaba entre sus piernas.

-Shh... Los pasteles de cumpleaños no hablan- lo acalló demandante con una mirada que desbordaba lujuria y prometía indecencia, se relamió los labios con paciencia observando fijamente a los ojos de su bebé justo antes de engullir toda la extensión en su boca, siendo recibido por el exquisito sabor de la crema y el dulzor del chocolate bailando con gracia en su paladar.

Jihoon se llevó ambas manos a la boca para no articular ninguna palabra, ya que el mayor prácticamente le ordenó que no hablara, haciendo que las frases e incoherencias que amenazaban con querer salir muriesen dentro de boca, causando que sus suspiros aumentaran y su respiración se ejecutara con más fuerza, mientras observaba cómo su Daddy le devoraba con una parsimonia que llegaba a ser una completa tortura. Sus ojos no tardaron nada en cristalizarse, dejándose llevar por la grata sensación.

Soonyoung se dispuso a relamer y chupar cada centímetro de la piel del menor que tuviste algún rastro de crema o el dulce chocolate, encargándose de absorber la tersa superficie cómo si fuera la mejor de las paletas. Los suaves jadeos y suspiros que soltaba su bebé en respuesta lo incentivaron a ir más allá, ya estaba muy exitado. Sin vacilar comenzó a desvestirse, su ropa fue a acompañar a su chaqueta que aún yacía en el suelo. Se posicionó de rodillas en la cama, detrás del menor y justo entre sus piernas, infiltró uno de sus dedos en el interior de éste y se resbaló con suma facilidad, arqueó una ceja en confusión.

-Y-yo ya... Estoy listo- aclaró Jihoon con voz temblorosa al ver la expresión aturdida del contrario.

-Eres un bebé muy travieso- le habló en un tono hipnótico, inclinándose sobre él hasta que sus labios fueron a tener a su oreja. A Jihoon le causó un escalofrío. -Yo sólo espero que te tocaras pensando mi- le susurró justo antes de morder su lóbulo de forma juguetona. Se separó de él, reincorporando la posición que antaño tenía.

Segundos después Soonyoung movía sus caderas con una habilidad y soltura que tenían a Jihoon delirando de placer, gimiendo sin reparos, con los ojos cerrados, su boca se dobló en una mueca, sus dedos apretaban con fuerza las sábanas de la cama, demostrando lo mucho que disfrutaba.

El mayor enredó sus manos en la cintura del contrario para tomar más impulso, tomándolo con tal rudeza que la piel bajo sus dedos se tornó roja, mientras penetraba vivamente su entrada. Gruñía y soltaba roncos jadeos, acompañados con maldiciones confusas que se perdían en el aire. Supo que había tocado ese punto que volvía loco a su bebé cuando lo vió echar la cabeza hacia atrás y arquear la espalda.

-¡Da-daddy!- gritó con voz jadeante abriendo sus acuosos ojos cuando sintió que alzaron su próstata.

-¿Te gusta ahí bebé?- le preguntó con una sonrisa traviesa viendo a la perfección cómo su bebé se retorcía con deleite.

Jihoon asintió efusivamente mientras tragaba saliva cuándo ésta amenazó con escurrirse de su boca. Ya estaba cerca del orgasmo, a sabiendas de que ese sólo sería el primero, para dar paso a otras rondas.

...


-¿Te gustó mi sorpresa?- inquirió con el rostro sobre el pecho del mayor rompiendo el silencio. Ambos chicos estaban recostados sobre la cama, cayendo agotados después de la acción. Estaba entre los brazos ajenos. Reconfortado por la calidez.

-¿Qué si me gustó?- repitió cómo si la respuesta fuera demasiado obvia, mientras le repartía caricias al negro cabello del contrario. -Bebé es el mejor regalo de cumpleaños que he recibido en toda mi vida- le aseguró antes de darle un tierno beso en la cabeza. Jihoon sonrió.

-Pero ven, hay que ducharnos- impuso interrumpiendo el momento, saliendo de la cama para ayudar a su novio a levantarse también. -Los invitados llegarán pronto, y no podemos estar así-

-¡¿Invitados?!-

Mi Indecente bebé (SoonHoon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora