Bajas Temperaturas (3/3)

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Sigamos con la diversión

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Sigamos con la diversión...
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—Ahora es mi turno de probarte —. Decretó con una expresión de perversión.

—¿Eh? —musitó Mickey con desconcierto—. P-Pero mi cuerpo no produce ningún tipo de alimento.

—Sí, sí lo hace —. Informa la chica con una sonrisilla pícara.

Mickey estaba confundido. ¿Le habían estado ocultando que su cuerpo también podía producir alimento? "Sabía que mis tetillas deberían servir para algo" pensó dentro de sí. Pero estaba equivocado.

Entonces la mujer hace lo que había estado deseando desde hace tiempo, besarlo. Sus labios eran tan suaves cómo lo parecían ser. Era un beso apasionado, pero Mickey no entendía lo que estaba pasando.

—¿Qué estás haciendo? —cuestiona él después de haberse separado—. ¿Y por qué se siente tan bien?

—Las preguntas para el final —ordena un tanto molesta—, ¿de acuerdo, rizos?

—Sí —. Responde desanimado.

Aquel sentimiento no duró mucho, pues volvió a encenderse la llama de su alegría cuando ella le besó de nuevo. Intentó seguirle el paso, ella realmente lo estaba devorando.

Por alguna razón se estaba poniendo demasiado excitado. Nunca había besado a nadie antes.

La chica se encima sobre él para poder seguir comiéndole la boca. Los instintos de Mickey se desactivaron por un momento. Se supone que ella era una desconocida, una humana a la que no debería de acercarse según los lobos; pero no podía evitarlo. Se sentía tan atrapado por su olor y sus toques que se rindió fácilmente ante ella.

 Se sentía tan atrapado por su olor y sus toques que se rindió fácilmente ante ella

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Su cabello era tan suave cuando la abrazó. Olía tan bien que no pudo ocultar su sonrisa. La forma en que lo acariciaba lo volvía loco, porque mientras le seguía besando, sus dedos gentilmente le tocaban detrás de las orejas. No sabía si ella estaba abusando de su punto débil, pero eso le fascinaba. Ella lo hacía sentir como un cachorro de nuevo, indefenso y lindo.

Llegó un momento en el que ella bajó sus caricias hasta su cuello, haciéndolo sentir extraño, pero se sentía muy bien. Es cómo si lo estuviera devorando lentamente sin lastimarlo, era todo lo contrario a doloroso, lo hacía suspirar del placer.

La boca de la chica desciende hasta llegar a su abdomen, dónde entre caricias se deshizo de su pantalón —que generosamente le había conseguido tiempo atrás—. Desabrochó el botón y bajó la bragueta, encontrándose con una ligera erección. ¿Ligera? ¿Mickey aún no experimentaba su punto máximo de placer?

Desesperada, la muchacha baja a toda velocidad su ropa interior, dejando salir su órgano sexual. Lo tomó entre sus manos y tan rápido como su lengua se lo permitió comenzó a lamerlo como si fuera un helado derritiéndose, tratando de salvar que ninguna gota se derramase.

—¡Hey, eso no se come! —. Exclama poniéndose alerta de nuevo.

Mickey creía que la chica pensaba en comerse su... ya saben, su órgano reproductor masculino.

Tan pronto como empezó, la chica ya tenía su pene dentro de su boca. Mickey se veía alterado.

—¡Oye! ¡¿No me escuchaste?! Te dije que... —un enorme placer le invadió, dejándole estupefacto, incluso tuvo que darse unos segundos para recuperar el aire— umm... E-Eso no se come.

Su tono había cambiado por completo. Pasó de alterado a excitado en un santiamén, cuando probó por primera vez lo que le llamaban coloquialmente como una mamada.

La respiración se le descontrola y las mejillas se le ruborizan con cada débil succión de su boca. Cuando chupa aún más fuerte se ve obligado a cerrar los ojos y abrir su boca, dejando salir mucho más que un diminuto suspiro.

Ésto era cien veces mejor que masturbarse solo en la fría cueva. No, ¡era mil veces mejor!

—¿Qué m-me... Aah... e-estás haciendo? —. Pregunta esforzándose en articular bien las palabras.

La mujer no se molestó en siquiera contestarle. Persistió con su cometido, la felación que tenía como principal objetivo sacar aquella sustancia blanca.

—S-Se... —suelta un suspiro y continua— siente muy bien...

Estando a punto de continuar, es interrumpido al sentir como la chica mordió su miembro levemente. Haciéndole gemir como un tierno cachorrito.

—Aah... Umh, cuidado con los dientes —. Jadea estando cerca del éxtasis, sollozando de la satisfacción.

Las manos de la muchacha se hicieron de sus testículos, masajeándolos haciendo uso de sus dedos pulgares, lenta y cuidadosamente. Todo ésto sin dejar de succionar su polla.

Los ojos de Mickey se cristalizaron, y retuvo unas cuantas lágrimas mientras se retorcía y arqueaba la espalda. Era demasiado para su primer contacto con una hembra.

Sintió como su orgasmo lo atravesó, provocando que diera un último grito y curveara las cejas. Estaba tan vulnerable y débil, pero por alguna razón, sentirse vulnerable y débil frente a la hembra lo hacía sentir de una manera inexplicable.

—Tú también sabes muy bien —. Comentó la mujer disfrutando del orgasmo que le había provocado al lindo lobo indefenso.
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Espero que les haya gustado ^^

Un aviso!
Desde hoy tendremos quinta parte de los imaginas!

Un aviso!Desde hoy tendremos quinta parte de los imaginas!

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Ya sé... Es raro. Pero me sobraron algunas ideas con estos dos, así que me dedicaré a escribirlas. Probablemente sea corto.

 Probablemente sea corto

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⏰ Última actualización: Jan 17, 2023 ⏰

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