El Favorito (Starrison)

Al Servicio De Su Majestad

-Comprendo que sabes exactamente lo que se espera de ti- indagó el conde de Spencer.

-Si, señor- respondio George -No hablar a menos que se me hable primero, prestar atención a todo lo que se diga en la mesa, y cerciorarme de que la copa de su majestad este siempre llena-.

-Y recuerda...- hablo Martin -haz absolutamente TODO lo que el rey te oedene- dijo sosteniendo el mentón del joven Harrison, quien solo asintió con la cabeza. Dejando implícito el tipo de "favores" que podría llegar a solicitar el monarca.

-Hemos terminado- dijo soltando el mentón de Harrison -Puedes retirarte-.

-Buenas noches, mi lord- George se despidió cortesmente de su tío y se dirigió hacía los cuartos de servicio.

Retiro su bata, y se puso lo más cómodo que pudo en su pequeña cama, esperando pronto dormir en un lugar más agradable.

"Pronto, muy pronto".

[...]

La mañana siguiente Althorp parecía estar patas arriba. Con todos los sirvientes corriendo y limpiando erráticamente, asegurándose de que cada rincón del palacio estuviera brillando de lo limpio.

"Mi querido George...

No sabes lo mucho que me alegra el hecho de que el conde de Spencer haya sido tan bueno y generoso contigo, sé que harás un muy buen trabajo.

En otras noticias, me han dado la noticia de que el rey Richard va en camino a Althorp House.

George, sé que tal vez te estoy pidiendo demasiado, pero por favor, encuentra la manera de estar a solas aunque sea unos minutos con el rey. No tienes que hacer nada, solo se tu hermoso y agradable ser.

Piensa en tí, en tus hermanos, y en mí, tu madre que te adora y solo quiere lo mejor para ti. Está nuestra gran oportunidad para tener la vida que nos merecemos, lo que tú padre hubiera querido.

Confío en ti, mi hermoso niño, para que hagas lo necesario.

Con todo mi amor...

Lady Louise Harrison, tu madre que te adora"

George se encontraba en una de las tantas habitaciones del palacio. Después de leer la carta de su madre, se empezó a vestir con el nuevo uniforme de copero que su tío había mandado a hacer especialmente para el.

Una vez acabó de vestirte, se miró al espejo por un momento. El sacó se apretaba justamente sobre su delgada cintura, resaltandola. Los pantalones eran un poco más cortos y ajustados de lo normal, y las medias resaltaban la forma de sus muslos y de sus largas piernas.

A este punto ya sabía el objetivo de aparentemente todo el mundo en Althorp y al parecer también de su familia:

Meterlo en la cama con el rey.

Y con ello, desplazar al actual favorito real, y aprovechar el vacío de poder para elevar su posición en la corte, a través de el.

¿Por qué el y no cualquier otro niño bonito hijo de un noble de baja alcurnia? No podía estar seguro.

"Sí hago esto..." pensó al salir de la habitación "...Será por mí, y nadie más".

Entonces escuchó al heraldo del pueblo pasar galopando por el palacio, gritando a todo volumen "¡El rey ha llegado!".

[...]

-¿Ya casi llegamos?- preguntó quejándose Carlos, el príncipe de Gales.

-Tú insististe en venir, Carlos- respondió la reina Bárbara -Eres suficientemente mayor para quedarte en Cardiff solo, así que no te quejes-.