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—¿Que haces acá sola amor?—le preguntó Fede que recién llegaba y se sentaba al lado de ella—vamos que están todos en la pileta.

Cata negó —No, ya me metí.

—¿Y?

—Ni quiero, no tengo ganas—le dijo y lo miró.

Fede le beso el cachete de la cara— bueno, como quieras...

Cata se sentía angustiada, estaba arrepentida de lo que había echo pero ella no estaba deprimida por eso, sino que también no entendía por qué no paraba de pensar en nico.

la rubia cansada de pensar se levantó del sillón y caminó para a fuera ignorando aquellos pensamientos que no le permitían disfrutar del momento.

Cuando salió lo primero que pasó fue que sus ojos chocaron contra los suyos, como si fueran imán y metal.
Cata se acercó a la piscina y metió la mitad de sus pies.

—¡Dale no seas alérgica!—exclamó ale.

—Callate Alejandro —le dijo fulminandolo.

Fede se acercó a su novia y la ayudó a meterse entera al agua, la rubia le agradeció con un pico en los labios y se mantuvo ahí abajo del agua.

Cata miró de reojo a nico y éste también lo hacía, dios cuánta tensión se guardan estos...

Siguieron boludeando un par de minutos más hasta que llegó el atardecer y todos ya comenzaron a salir.

Linda, celeste y cata estaban sentadas en las reposeras mientras los chicos jugaban un picadito con la pelota y los nenes.

—¿Y como vas vos y Nico?—preguntó linda a celeste —¿Pudieron arreglar lo de ayer?

Cata tragó en seco y aunque se mantenía callada escuchaba la charla de las dos mujeres.

—Si bastante bien—respondió la morocha —lo que pasa es que yo me enojo por pelotudeces y lo vuelvo loco... Me rogó que lo perdonará —contó lo último como chiste y linda rió un poco.

—Es un tierno, se nota que te quiere —le dijo linda.

—Si.—respondió celeste.

Cata tosió un poco incómoda y se levantó de la reposera —ya vengo, voy al baño—les avisó a las chicas y se fue rápido.

—¡Dale general ponete las pilas!—le dijo en chiste papu quien le iba ganando en la picada.

—Banca que tengo una sed—dijo cansado.

—¿De la peligrosa?—

Nico lo miró sonriente —vo' sabe' que si—respondió en chiste y se fue corriendo para la cocina, cuando llegó vió a cata apoyada en el mármol de la cocina.

𝘼𝙢𝙤𝙧 𝘾𝙡𝙖𝙨𝙞𝙛𝙞𝙘𝙖𝙙𝙤-𝙉𝙞𝙘𝙤𝙡𝙖𝙨 𝙊𝙩𝙖𝙢𝙚𝙣𝙙𝙞Where stories live. Discover now