Capitulo 1

15 6 0
                                    

– ¡Vamos llevenla! — Grita el capitán. — ¡Tienen que apurarse, con ella completamos el mando de brujas para el reino Dark!

— ¡No! — Un alarido desgarrador sale de lo más profundo de mi garganta. Mis chillidos y pataletas no son sufientes para apartar a los guardias que me llevan como si no fuera más que un cargamento.

Podía divisar la frontera, esa simple división impuesta por unas paredes inmensas, los hechiceros oscuros con sus típicas máscaras que ocultaban su rostro. Sentía el mío palidecer al tener que verme obligada a acercarme a ellos por estos trogloditas, y más aún sabiendo que... tengo que... satisfacerlos.

"—Cariño no te permitas desfallecer, aunque tu cuerpo grite por desaparecer en ese instante. Recuerda que tienes mucho por vivir. — Me dijo con esa mirada de años en dolor."

¿Vivir? ¿De qué me hablaba la señora Darah? Si todas nosotras no somos más que simples prostitutas por ordenes del rey Hell. En nuestro mundo están los hechiceros, todos hombres, siendo los dominantes de nosotras las llamadas brujas. Están los hechiceros de la luz y los de la oscuridad, Reino Ligth y Reino Dark. Yo pertenezco al primero, sin embargo, eso no me hace sentir segura.

"Toda mujer es encarcelada, es delito y perdición. No tiene porqué tener perdón."

Siempre escuchando esas palabras y nunca entendiendo el porqué. Nos llamas brujas como si fuera un crimen, alegando que nuestra feminidad está mal. Los hechiceros de la luz sólo nos usan para tener hijos y satisfacer sus más banales deseos. Gracias al cielo no he quedado en cinta, no me imaginaría lo que sería separarte de hijo solo porque debes entregarlo a la guardia al ser barón. Y si resulta niña, tener que vivir encerrada a tu lado con la demás sabiendo el infierno que le esperará a tu pequeña al ser una mujercita.

Los guardias mejor llamados los darks me sacan de mis pensamientos con sus ojos mirándome con bestialidad a través de sus máscaras. Son simples, de color negro, sin detalle o dibujo de algún tipo. Se aproxima al capitán de mi reino el que debe ser el líder de los guardias de la oscuridad. Extiende su mano hacia a mí pero con la mirada puesta en mi capitán. Eso me deja confundida.

— Entregela. — Su voz suena firme y retadora. — Y quítele las esposas. No debería ser una prisionera.

¿Qué acaba de decir?

Jamás he sido "alquilada" por un dark ni quisiera sé nada sobre ellos. Pero tantas historias tenebrosas me hicieron pensar que serían peores que los hombres de mi reino. Tal parece me equivoqué. 

El Reino Ligth tiene a brujas que resultan llamativas y hermosas para el Reino de la oscuridad, por ende, hacen tratos con ellos dándole la potestad de tener un momento con nosotras. Normalmente son en pequeñas casas aquí en la frontera donde los guardias mantienen encuentros furtivos con nosotras.

Y este es mi caso, fui escogida para venir aquí junto con otras chicas que ya se llevaron. Solo estamos el capitán de mi reino y el dark que lo mira fijamente.

Mis muñecas agradecen la liberación de esas esposas y el enmascarado me toma de la mano. Es allí cuando me doy cuenta de mi respiración acelerada, que mis ojos pican, mis labios se arrugan y quiero llorar. No sólo por esto que he tenido que soportar desde que maduré, quiero llorar por esto y por los años que pase viendo como se llamaban a mi mamá estos hombres y no entendía el porqué hasta ahora.

Llorar por eso, por ella, por mi. Porque ninguna mujer merece esto.

Ninguna.

NISLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora