Capitulo VII - Parte 1 : «Hogar».

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Y aquí estoy otra vez, mirando a mi madre con su sonrisa cínica. Suspiré y subí mis maletas al auto, pensar en tener que estar estás pequeñas vacaciones con mis padres me hacía querer llorar.

Miré por la ventanilla del auto, todo seguía tal y cuando me fui. Hace cinco años había dejado a mis padres en China para ir a Corea a estudiar. No me arrepentía de tal decisión, después de todo mis padres siquiera me dirigían la palabra. Solté un suspiro al ver la casa, habíamos llegado al lugar que dejé hace años.

Salí del auto, estiré mi cuerpo. Mi padre me ayudó con la única maleta que llevé en aquel "viaje", mi madre me hizo caminar enfrente de ella. Nadie dijo nada, ni siquiera mi padre que me guió hasta mi habitación y dejó mis maletas.

Los miré irse de ahí, cerré la puerta y me tiré en la cama. Shuhua me había mandado un mensaje, parecía ser que Soojin y ella ya estaban con sus padres. Por un momento sentí un poco de celos, Shuhua siempre tuvo el apoyo y amor de sus padres, a ella no le dejaron de hablar al saber su sexualidad, tampoco le recriminaban el poco tiempo que se miraban en el año, a sus padres sólo les importaba que Shuhua fuera feliz.

No recordaba el frío sentimiento de este hogar, el vacío cariño que abundaba aquí. Mi habitación era la más oscura de toda la casa, tal vez porque así me ocultaba de mí misma. A mis padres les daba igual si estaba o no, seguían sumidos en sus trabajos.

Salí a mi pequeño balcón, mis padres no sabían mi pequeño vicio con los cigarrillos y dudaba mucho que les importará. Solté un suspiro antes de poner el cigarrillo en mi boca e inhalar el humo.

Al fumar no tenía pensamientos rondando por mi mente, me convertía en un cigarrillo. Las personas somos como un cigarrillo.

Nos consumimos poco a poco, entre más rápido nos preocupemos por los problemas o los demás, más rápido nos hacemos cenizas. El fuego son los problemas, nosotros el cigarro. Ni hablar de las mil formas de hacernos mierda.

—Hija...— la voz de mi madre quedó en el aire, sólo miraba el cigarro en mis dedos y yo la miraba a ella.

Nuestra mirada era muy diferente.

—¿Qué pasa?

—¿Desde cuándo fumas?

—Desde que tengo memoria —me encogí de hombros —. ¿Necesitas algo?

—Que dejes de fumar.

—¿Desde cuándo te importa su fumo o no?

—Desde que eres mi hija.

—Entonces nunca.

—¡Song Yuqi! No sabes lo que dices.

—¿Y acaso tú sí sabes?

—Lo sé, sé lo que digo.

—No lo creo, solo dices cosas que te convienen. Solo buscas decir algo que apunte a tu lado, quieres que todo sea tal y como lo dices o si no, no dices nada. Dices las cosas por tu conveniencia.

—Éso... Éso no es verdad.

—Lo es.

Miró hacía abajo, podía ver su frustración de no poder hablar conmigo. Pero me dio igual, ella no sabía la frustración de sentir que me podía manipular aunque tuviera 21 años.

Me miró con lágrimas en los ojos, siempre se había hecho la víctima y mi padre venía a su rescate. Sabía que comenzaría a gritar y mi padre vendría, me regañaría, me diría cosas hirientes y pum, yo regreso a Corea.

—¡Tú no sabes el como me hieres! ¡¿Desde cuándo me faltas de esa forma el respeto?! ¡Ni siquiera te pones a pensar en como me siento al tomar tus decisiones!

—¿Y tú sabes el cómo me hacen sentir mi papá y tú? ¿Sabes lo herida que estoy por ustedes dos? ¿Has pensado el cómo me haces sentir al tener que venir al único lugar dónde me siento desprotegida? No, no lo sabes y ni siquiera intentas saberlo... ¡Porque sólo te importa tu reputación y tú misma!

—¡No digas éso! ¡Yo te quiero mucho! Por eso... ¡Por eso quiero que vengas a vernos a tu papá y a mí! ¡Porque somos tus padres!

Solté un risa irónica, era estúpida esta discusión.

—¿Fueron mis padres cuando les dije mis preferencias sexuales? ¡Me dieron la espalda cuando les dije que las mujeres también me gustan!

—¡Porque no queríamos aceptarlo! ¡Nos duele saber que tu futuro está perdido por ese capr...!

—No. Ni siquiera se te ocurra decir que es un capricho, no lo es y no tratan de entenderlo. Sólo piensan en un futuro diferente al mío, piensan en un futuro dónde lo puedan presumir con todos. Porque es lo único que saben hacer, usar a su única hija como fuente de mentiras, me inventan una vida enfrente de sus amigos, inventan a una hija... Una hija de la cual están orgullosos; pero fuera de las miradas de los demás, ¡yo sigo siendo lo contrario a sus mentiras! ¡Mírame bien, mírame y dime qué ves! ¡¿Miras a la hija que creaste a base de mentiras?! ¡¿Acaso también estás orgullosa de esta hija!? ¡Porque yo no estoy orgullosa de los padres que me tocaron!

Me sobresalté al sentir mi mejilla arder, mi rostro había quedado volteado hacía la izquierda. Mis manos se dirigieron a mi mejilla derecha, mis ojos a se posaron en mi padre. Mi madre estaba detrás de él, lloraba bastante, cómo si yo hubiera muerto... Para ellos hoy morí.

—Lárgate —la profunda voz de mi papá me hizo mirarlo.

—¿Qué?

—Que te larges y no vuelvas. Olvídate de que tienes padres.

—Bien. Ustedes olviden que tiene una hija, desde ahora estoy muerta para ustedes.

Tomé mi maleta sin desempacar, mi mochila y me fui de esa casa, de "mi hogar". Nunca lo sentí como un hogar, ni siquiera lo miraba como un lugar seguro. Esta noche la pasé en un hotel, en la mañana siguiente regresé a Corea. Desde hace un tiempo China dejó de verse como un hogar, como un lugar dónde podía regresar.

Todo el viaje me la pasé reteniendo mis lágrimas, no quería llorar por aquellas cosas, no iba a llorar por algo de lo cuál quería dejar salir hace mucho. Las palabras de mi padre, o mejor dicho, el señor Song, seguían en mi mente y hacían una grieta en mi corazón. Si antes sentía la frialdad en aquella "familia", ahora ni siquiera existe esa familia.

Todo era mi culpa, yo había destruido las pocas migajas de aquella familia. Tiré a la basura las pequeñas esperanzas de ser felices como familia, había sido expulsada de mi propia familia. Yo misma me expulsé.

Antes de dejar salir las lágrimas, bloqueé los números de mis padres y con el corazón en las manos, comencé a sollozar. Todo había terminado.

Por mi culpa.

Todo fue mi culpa, si no hubiera nacido con este defecto, tal vez hubiera recuperado a mis padres, hubiera recuperado el amor de mis padres.

No sé porque volví a pisar China, ni siquiera sé porque volví a romper aún más nuestra familia. La grieta en mi corazón se había desecho de él, ahora realmente no había algo en él, ni siquiera el cariño hacía algo que dejó de existir por mi culpa.

—Soy un fracaso, una estúpida.

Las palabras que mi padre me dijo al momento de enterarse de mi sexualidad, retumbaron en mi cabeza; «—Yo no pedí una hija anormal, sólo quería que fueras el orgullo de la familia... Fracasé en eso, así como tú fracasas en la vida—». Desde ahí supe que mi familia me había dado la espalda, que mis padres dejaron de verme cómo a una hija.

Yo tampoco pedí nacer así, no pedí tener un gusto hacía las mujeres.

No pedí tener unos padres así.

𝗜 𝗟𝗼𝘃𝗲 𝗬𝗼𝘂 ─ YUYEON.Where stories live. Discover now