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La desaparición que a nadie le importa

Jungkook es una persona "normal". Tiene 21 años, acaba de terminar una carrera universitaria en narrativas digitales el semestre anterior, trabaja en una tienda de conveniencia mientras le sale algo mejor, no se habla con su familia desde hace 4 años, tampoco tiene amigos.

Su vida es monótona y aburrida a excepción de dos cosas: Las deudas que le aprietan el cuello y su condición como little.

La primera tiene una explicación en el préstamo que ocupo para terminar sus estudios universitarios y que no termina de pagar con su precario trabajo en la tienda 24/7, espera conseguir algo mejor pronto y solucionar su vida económica, pero con esto de que sin experiencia no aceptan a nadie en ningún trabajo la cosa le está costando.

¿Cómo voy a conseguir experiencia si nadie me contrata?

Lo segundo es algo inexplicable que ni siquiera él sabe de dónde demonios salió, pero qué ocurre frecuentemente desde que tiene 15 años. Es un little, uno que entra en su espacio con cada cosa tierna que ve, un vaso de leche, su chupete o su biberón.

No le busca explicaciones tampoco a su condición a parte de foros para llevarlo mejor, no es algo que detenga su vida... o no siempre, y lo sobrelleva de la mejor manera posible.

Ahora bien, dejando eso de lado, Jungkook tiene un problema con el que no se había enfrentado antes y ahora le está matando la cabeza: No tiene dinero para el alquiler.

Jungkook es muy responsable, jamás ha fallado con un solo pago de su pequeñito y precario apartamento, pero el mes pasado ha gastado todo lo que tenía en sus derechos de grado con la esperanza de obtener un mejor trabajo y no verse apretado, pero nada le salió bien y ahora tiene al dueño tras su cabeza esperando el pago.

Pago que ni por un lado ni por el otro puede hacer.

Así que, resignado a volver a los días en que llegó a Seúl solo y desamparado, empaca una maletita con sus pertenencias y sale dispuesto a entregarse en bandeja de plata al señor Choi que lo amenazó con venir a sacarlo a rastras si no da la cara. Ya encontrará donde pasar la noche y mañana buscará un alquiler más barato que si pueda pagar.

Con un respiro pesado y su mochila a cuestas toca la puerta del dueño esperando que le abran, cosa que pasa dos segundos después, el señor Choi lo observa con una sonrisa superior y extiende la mano pronunciando un "O el dinero o las llaves".

Jungkook no le queda más que entregar las llaves y largarse con la cola entre las patas, ¿Y ahora qué? A dormir en un parque.

La vida es demasiado injusta, cualquiera que me viera no se imaginaría que ya estoy hasta graduado de la universidad.

Jungkook se colocó la capucha de su saco negro para bajar el rostro y ocultar sus lágrimas, tan ensimismado en su pensamientos que no se fijo en el peligro que lo acechaba, no se dio cuenta que una camioneta negra le seguía los pasos, menos de como hombres cubiertos hasta la medula salían de ella, y tampoco fue capaz de reaccionar cuando le cubrieron la cara con una tela extraña y le inyectaron una dolorosa droga en su brazo.

Jungkook solo se dejó caer en la inconsciencia pensando en la porquería de suerte que tiene y en que incluso si muere esa noche, a nadie le importaría.

🍄🍼 𝓢𝓪𝓿𝓮 𝓐 𝓛𝓲𝓽𝓽𝓵𝓮 𝓛𝓲𝓯𝓮 🍼🍄ᴶᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏ'ˢ ˡⁱᵗᵗˡᵉ ˢᵖᵃᶜᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora