Donde Jungkook es un little sin amigos y sin familia que es secuestrado para ser subastado en una red de trata de personas.
O donde YoonGi es un policía a cargo de una misión para desmantelar una red de trata de personas encontrandose con el pequeño...
No sabe cuántas horas pasaron, de hecho cree que no fue ni siquiera una, pero su encierro y el miedo le hacen sentir como si fuesen mil. Lo único que supo es que cuando menos lo espera la puerta vuelve a ser abierta, está vez por dos hombres diferentes pero que tampoco parecen Coreanos, ambos le esquivan la mirada y lo levantan entre sus brazos sin importarles cuánto se revuelva.
Jungkook se siente presa del pánico más ahora que antes, no sabe a donde lo llevan porque uno de los hombres le cubre la cara, y entre más parecen caminar más ruido hay. Música suave, bullicio elegante, y la voz de un presentador que habla en inglés algo que Jungkook no entiende a través de un micrófono.
A los hombres que lo cargan no les importan sus lamentos, tampoco sus lágrimas, solo lo dejan sobre una superficie suave y le destapan la cara dejándole ciego por toda la luz que le estrella de repente.
Tiene que parpadear repetidamente para poder ver, una voz sigue hablando y muchas más se incluyen de una en una, proponen lo que Jungkook supone son números, y cuando sus ojos se aclaran lo entiende, es una subasta, y él parece ser el botín especial.
Más lágrimas corren, no sabe para qué quieren venderlo, pero su vestimenta ya le dice mucho. Es una escena tan surrealista que cierra los ojos rogando que solo sea un sueño, que nada de esto haya pasado, desea volver a los brazos de su madre cuando tan solo tenía unos cuatro años, desea, no, tiene que ser pequeño.
Jungkook ya no puede, en verdad no puede. Su mente da tantas vueltas, el aire le falta, sus manos tiemblan y siente cómo todo a su alrededor sube de volumen.
Y cuando cree que ya no podrá estar un minuto más consciente, la vida le da un último golpe con una voz gruesa que grita desde el fondo un "Manos arriba, Policía Nacional de Corea".
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Min Yoongi es una de las cabezas de la policía, su trabajo ha ido desde lo más bajo de un recepcionista a llegar donde está, siendo el líder de un equipo de emboscada para uno de los casos más grandes que han tenido en el país en mucho tiempo, un caso de trata de personas.
Han pasado meses, sino años, buscando y sacando información, cortando pequeños grupos y acabando con lo que han encontrado para hoy, por fin, hacer la emboscada directa que les permitirá acabar con la cabecilla de esté negocio turbio in fraganti.
Han recibido información dos días antes sobre la subasta que se estaría realizando la noche del presente día, YoonGi ha preparado todo su equipo en la disposición perfecta para su misión más grande.
Y con su infiltrado dentro y los respectivos grupos rodeando cada espacio, solo esperan la señal para entrar, justo antes de que se realice la primera compra.
-¡Manos arriba, Policía Nacional de Corea!
Y con esas palabras, han desatado el caos más grande que se ha visto en un buen tiempo, pero como siempre... saliendo victoriosos de su cometido.
