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Habíamos llegado al marui de las travesuras, al llegar me baje rápidamente, el agua había limpiado casi toda la sangre que tenía en la cara, pero ahora ardía como el mismísimo infierno.
- Auch, auch, auch.- Dije intentando tirarme viento con la manos.
- Ya, ven adentro.
Entre al marui junto Neteyam y me hizo sentarme.
- Lo siento.- Dijo seriamente Neteyam comenzando a curarme la lastimadura de arriba del ojo.
- No fue tu culpa.- Dije mordiéndome el labio ya que ardía demasiado.
- Mamá y papá casi me castigan, dijeron que no podría ir a la fiesta de hoy, por suerte apareciste.- Dijo bajando las orejas.
- Mejor, Ma' neteyam que te quede claro que no fue tu culpa.- Dije viendo cómo agarraba un pañuelo con agua.