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Jisung visitó el departamento de Chan más de diez veces en esa semana, llegaba, se paraba frente a la puerta, pero nunca tocaba a la puerta ni usaba la llave que le pertenencia.
Tenía miedo de ver a Chan y no sabía el porqué.
—¿En qué piensas?— le preguntó Minho. Jisung se frotó el rostro frustrado y lo miró serio —estamos hablando de Lea, ¿podrías al menos dejar de pensar en tus problemas personales y atender esto?
—Me preocupo por Lea, Minho, no intentes afirmar lo contrario.
—¿Y por eso viniste a verla todo este tiempo?— reclamó.
—No voy a pelear contigo, es mejor que me vaya, si quieres hablar, marcale a mi abogado— Jisung dejó la tarjeta de su abogado en la mesa y tomó sus cosas para salir de la cafetería, tenía la cabeza en las nubes con un montón de problemas y Minho no lo estaba ayudando.
—Espera— el mayor lo agarró del brazo. —Vamos hablar bien, Lea sale mañana, tenemos que hacer algo.
—Minho, tenemos custodia compartida, eso no lo podemos cambiar, los dos tenemos derecho a pasar tiempo con ella, sólo tienes que decidir que temporada quieres que esté conmigo y que temporada contigo, no hagas esto más complicado.
—¿Entonces quieres que sólo le digamos que ya no estamos juntos y ya? ¿Cómo crees que ella lo va a tomar?
—¿Y qué quieres? No estamos juntos, estás con otro y yo tengo pareja, no podemos jugar a la casita feliz sólo para hacer feliz a Lea, quiero lo mejor para ella y mentirle para hacerle creer que estamos juntos no es lo mejor— Jisung volvió a tomar asiento en la silla.
—Dejé a Felix, o bueno, él me dejó, da igual, podemos...
—¿Podemos qué "intentarlo de nuevo"? Dime por favor que estas bromeando— Jisung lo miró serio, pero Minho no dijo nada —Oh, dios mio. ¿En verdad crees que puede haber algo entre nosotros después de estar separados casi cuatro años? Después de tantas mentiras y traiciones por parte de los dos, porque sí, no soy una víctima, yo también colabore para que nuestro matrimonio fuera un fracaso, pero no, no podemos volver a ser lo de antes, Minho. Tampoco voy a sacrificar mi felicidad y salud mental para mantener a Lea contenta. Amo a Lea pero todo este tiempo separados he aprendido algo muy importante, amarme a mi mismo.
—Jisung, yo te amo, siempre te he amado, y desde que supe que estaba enamorado de ti, nunca dejé de amarte, por supuesto que me equivoque, no soy perfecto, pero nunca deje de amarte incluso en todos estos años separados, yo siempre pensé en ti. Creí que como Lea había despertado, tú y yo podríamos tener una oportunidad, no por nosotros sino por ella.
—Pues creíste mal. Llama a mi abogado y pónganse de acuerdo en los tiempos.
Jisung se levantó de la silla, esta vez sí dispuesto a irse. Dió sólo dos pasos y se detuvo para limpiarse las lágrimas y seguir su camino.
Aún tenía que ir a su oficina para cubrir su turno y lo que menos quería era llegar con los ojos rojos.
