Capítulo 13

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Hermanas.


La semana de los primeros parciales había llegado a su final, y tal como lo prometieron, se encontraban en casa de los gemelos después de hacer su pedido en la cafetería que estaba a un lado de su domicilio. Era su momento de poder relajarse del estrés del estudio. Ese día Kenma no acompañó a Shinobu ya que tenía planes con su familia por lo que al terminar las clases se despidió de sus amigos y se fue con su hermano.

—Oigan, tengo algo que decirles- Makomo dijo de pronto, sus amigos prestaron atención a la chica- Hmmm, no sé cómo vayan a tomarlo. Por favor, no me juzguen, ¿vale?

—¿Era necesario decirlo? Somos tus amigos, te ayudaremos a esconder el cuerpo.

—¡No es nada de eso!- Murata comenzó a reírse en compañía de Iguro- Verán, desde hace un tiempo que estoy enamorada de alguien- el silencio reinaba en la sala, todos expectantes a lo que Makomo quería decir- Yo... estoy enamorada de Urokodaki-sensei.

Pasaron unos segundos más sin decir una palabra, hasta que Muichirō rompió el silencio dirigiéndose al resto.

—Muy bien, paguen.

—Maldición.

La chica veía como Iguro, Mitsuri, Murata y Yuichirō entregaban dinero a Muichirō y Shinobu, estos sonreían triunfantes. Parpadeó un par de veces asimilando la reacción de sus amigos.

—¿¿Ehh??

—Apostamos a cuánto te tardarías en contarlo, nosotros dijimos que sería antes del día blanco y ellos que después- le explicó el gemelo mientras le entregaba su parte a Shinobu.

—¿No podías esperar unos meses más? Rayos- Murata se quejaba por haber perdido la apuesta.

—¿Entonces... ya lo sabían?

—Desde hace un tiempo lo sospechábamos.

—Pero, ¿cómo así?

—Eres transparente para nosotros, no es fácil que nos escondas algo. Recuerda, somos tus amigos.

—Tengo otra pregunta- esta vez fue Mitsuri quien habló- ¿Él lo sabe?

—Ssí.

—¿Quién se confesó a quién?

—Yo lo hice, ¿por qué preguntan?

—¡Ja! Paguen- esta vez fueron Mitsuri y Shinobu quienes recibieron el dinero. Makomo no sabía qué decir. Al menos se sentía aliviada de que haya salido bien, o eso creía.

—¿Apostaron en algo más?

—Nop.

—Ne ne, ¿cómo te diste cuenta de tus sentimientos?

—Bueno, creo que fue en una de nuestras tutorías, hace un año. Pero, me confesé después de cumplir los 15.

—¿Se besaron?

—¿¿Ehh??

—¿Sí?

—¿También apostaron con eso?- sus amigos sólo la veían atentamente, Makomo dio un suspiro- Sí, nos besamos.

—Paguen- y una vez más vio como Muichirō recibía su ganancia, al parecer había sido el único que apostó por ello.

—No puedo creer que apostaran con algo así.

—Ya, ya, era obvio. Nos aburríamos y tú no decías nada.

—Bien, ahora cuéntanos, ¿qué te gusta de Urokodaki-sensei?

Te quiero, sensei.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant