Capítulo 2

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Diez luchadores. En el Torneo del Poder, cada uno de los universos participantes debía presentar a diez representantes de dicho universo. Esos representantes serían los encargados de proteger sus universos. Serían estos mismos representantes quienes salvarían la vida de billones de personas y sus dioses. Si los luchadores eran eliminados del torneo, el universo sería completamente borrado por las manos de Zeno-sama, el ser supremo de todos los universos. Todo para poder obtener el equilibrio que el mismo Rey de Todo deseaba tener en su dominio, siendo aprobado por su consejero principal.

Mientras que el resto de los universos obtuvieron sus luchadores sin problema alguno, el Universo 7 tuvo diversos problemas para poder completar el equipo de diez luchadores. Obteniendo a sus principales representantes, el encargado de buscar a los luchadores más fuertes del Universo 7 encontró que Majin Boo se encontraba indispuesto para completar el torneo, entrando en un sueño de meses que no les daban el tiempo suficiente para que su compañero pudiera participar. Esto dejaba el equipo con nueve integrantes, teniendo a uno de ellos dormido y reduciendo el número.

Habiendo buscado por todo el mundo y tras una conversación, el buscador de los luchadores representantes del Universo 7 decidió arriesgarse en obtener a uno de sus feroces enemigos como compañero y último integrante para el equipo y poder participar en el torneo. A unos minutos de ser convocados, el equipo fue formado y no descalificado, lo que conllevaría a la destrucción de todo el universo.

Podían participar. Podían ganar. Luchar contra los seres más fuertes de todos los universos, algo que cualquier guerrero desearía.

Mientras que el resto de los luchadores deseaban estar en cualquier otro lado, dos de sus miembros estaban impacientes, uno mostrando mucho más su emoción que el otro. Cruzado de brazos, el Príncipe de los Sayans se mantuvo de pie, apartado, observando con aversión a la adquisición que completaba el equipo. Su rival no pudo buscar alguien peor que el Emperador del Mal, el ser más peligroso del universo.

Freezer mostró en su rostro una sonrisa burlesca, cínica ante los oscuros ojos de Vegeta. El asesino de toda una raza mantuvo sus ojos sobre el príncipe en todo momento, disfrutando de la incomodidad de este último. Sobre su cabeza, una aureola le recordaba el hecho de que había dejado aquel mundo hacía bastante tiempo, unos meses atrás.

Debido a la falta de un luchador, Son Goku se vio obligado en obtener ayuda del Otro Lado, más concretamente de uno de los luchadores más fuertes a los que él y sus compañeros se enfrentaron: Freezer, el Emperador del Mal. Una decisión que le costó comentarios y miradas hilarantes, como si debiera una explicación. Sin luchadores fuertes en el universo, se habían visto obligados de traer a alguien de entre los muertos para luchar junto a ellos y él único con un poder que pudiera estar a su par era el mismo Freezer, alguien a quien ya vencieron anteriormente y a quién vencerían nuevamente si se salía de control. Eso fue lo que Son Goku prometió al resto de luchadores y de sus amigos, siendo ligeramente consciente de la incomodidad que el resto sentía al estar en compañía del emperador. Este, en años anteriores, fue el causante de la destrucción de Namek y el asesinato de algunos de los presentes. Las dos derrotas que tuvo frente a ellos, llevaron a Freezer a atacar la Tierra en dos ocasiones llevándolo a la muerte en las mismas.

Ninguno de ellos podía confiar en él.

―¿Y el señor Beerus?

Krillin miró alrededor, procurando no mirar directamente los maliciosos ojos de Freezer. Al contrario que Vegeta, él temía ser asesinado por el alienígena como en el enfrentamiento que tuvieron en el planeta natal de Piccolo. El namekiano también mantuvo la atención sobre el emperador, observando cualquier movimiento que este pudiera hacer.

―Dijo algo sobre una cosa importante―no solo los luchadores se encontraban en el balcón de la casa de Bulma. La dueña estaba allí junto a Chi-Chi, la esposa de Goku, para despedirse de sus amigos. En los brazos de esta, una pequeña Bra jugueteaba con el pelo cian de su madre mirando todo con curiosidad―. Whis está con él.

Dios DestructorWhere stories live. Discover now