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Narrador Omnisciente:

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Narrador Omnisciente:

—¡Hey, ¿que hacen aquí?! No pueden entrar chicos de otras escuelas a acá. —gritó un hombre que apareció entre los pasillos, aparentemente enojado.

A Nobara no le gustaban nadita las personas así, y no pudo cohibirse de gritarle, haciendo que todos la miraran raro.

—¡¿Y quien rayos eres tú?! —gritó, apuntando al señor que ta estaba frente a ellos.

Umi la miró con fastidio y rodó los ojos.

—Kugisaki, ¿no crees que si está acá es porque aquí trabaja? —inquirió la de cabello azabache en voz baja.

—¿Por qué tienes que ser tan agresiva? —ahora agregó Itadori, lanzando una mirada rápida hacia Umi, quien ya lo miraba.

Eso hizo que su estómago se revolviera. No había olvidado aquello, y el simple hecho de que ella lo ignorara solo empeoraba la situación. Quería volver a tener la cerca.

—Tenemos permiso de estar aquí. —habló Nita, llamando la atención del señor.

—¿Ah? ¿Eran ustedes? Uy, pero que jóvenes. Aunque deberíanllevar sus pases colgando del cuello—exclamó, fijandose en cada uno, hasta que su mirada cayó en cierto par— ¿Los Fushiguro?

—Hola. —respondieron ambos a la vez. Itadori y Nobara comenzaron a hacer las mismas tonterías que hacían siempre.

—¡Uy, los recuerdan! —exclamaron ambos con voz tonta, ganándose un zape de parte del mayor de los gemelos, y una mala mirada de Umi.

Megumi se encargó de preguntarle al señor Takada cualquier información relevante sobre las cuatro víctimas con muertes similares. No habían recibido mucho, pero lo poco fue suficiente para crear una teoría.

—El puente Yasohachi... —murmuró Umi, como si recordara algo de ese lugar.

Intentó pensar en eso, pero nada. Realmente tenía una mala memoria. Luego de hablar con el señor Takada y salir de aquel colegio, se reunieron frente al auto a conversar, pero cierta azabache seguía rebuscando en su mente cualquier información, hasta que escuchó mencionar su nombre.

—Fushiguro, Umi —ella siempre se preguntó porqué a su hermano lo conocían por el apellido y a ella por su nombre—. Lo siento, es que me surgió una duda.

—¿Ocurre algo? —preguntaron ambos a la vez. El señor Takada sonrió.

—Recuerdo que ella se ocupaba de ustedes mientras estudiaban acá... ¿Se encuentra bien Tsumiki? —preguntó con inocencia, aunque aquella pequeña pregunta solo causó disturbios en ambos.

Umi se quedó sin palabras, como siempre, tal vez porque siempre fue así, o porque recordar a Tsumiki le causaba eso. Dolor. Tanto que no podía hablar. Notó como Megumi se tomó su tiempo para responder, tal vez considerando algo adecuado, hasta que escuchó como soltaba todo el aire.

—Si.

Y antes de que alguno pudiera ignorarlo, ya estaban siendo acechados por preguntas.

—¿Quien es Tsumiki? —preguntaron sus compañeros, mientras los dos se arrepentían de haber pisado ese lugar.

—Nuestra hermana mayor. —dijo Umi, y sin más se dió la vuelta y subió al auto.

𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐋𝐈𝐅𝐄  ︴𝐈𝐓𝐀𝐃𝐎𝐑𝐈 𝐘𝐔𝐔𝐉𝐈 Where stories live. Discover now