Tártaro

Capítulo 5

Aquella hermosa ciudad había perdido la luz, desvaneciéndose en la creciente oscuridad que comenzó a devorarla envolviendo todo en su propia nube oscura. En un enorme despacho, con los brazos detrás de su pequeño cuerpo, un animal observaba la ciudad con pesar sin poder hacer nada por cambiar la situación que el país estaba sufriendo. Era inteligente. Contando con una particularidad que aumentaba su inteligencia, podría hacer gala de esta con planes casi perfectos e infalible. Planes que podrían ser una solución temporal. Sería como construir una presa de papel frente a un tsunami de agua. Este terminaría deshaciendo la presa y barrería con todo lo que estuviera frente a él.

Había una enorme impotencia. Sus ojos oscuros solo podían mirar las calles oscuras, empapadas de agua y sangre y llenas de gritos de agonía por parte de las personas que se suponía que debían de proteger, cuidar con sus propias vidas. Desde el ataque a Tártaro, los héroes se habían desvanecido completamente de las calles dejando a la policía al frente, al ejército que se hiciera cargo de la situación. Y era algo que lo lastimaba, así como al antiguo Símbolo de la Paz.

All for One había ganado la guerra. Tal vez la batalla fue una victoria para el lado de los héroes, pero el principal villano ganó el enfrentamiento cuando no pudieron atrapar a Shigaraki, cuando los generales de la Liga escaparon y cuando cientos de villanos dentro de Tártaros escaparon de sus muros para andar por las calles como otros miles de criminales, otros cientos de super villanos que debían encerrar. ¿Pero dónde lo harían? Aunque vencieran, no contaban con una prisión que estuviera habilitada para retener a los miembros de la Liga y sus poderes. Todas las prisiones de máxima seguridad habían sido asaltadas. Contaban con pocos efectivos para pelear contra la Liga y sus aliados de forma directa y no tenían a All Might para guiarlos frente a la lastimada y molesta gente que gritaba por ayuda.

Nezu, director de U.A, sentía la impotencia en estos momentos mucho más que en cualquier otra situación. No sintió impotencia durante el incidente del U.S.J. No sintió impotencia durante el ataque al campamento. No sintió impotencia tras el incidente de Kamino y la retirada de All Might. No sintió impotencia ante los Ocho Preceptos de la Muerte y Overhaul, quienes estaban detrás de las habilidades de la pequeña Eri. Ninguna de las situaciones que vivió en su tiempo como director, le había generado aquella sensación de impotencia que estaba oprimiendo su pecho hasta casi hacerlo pedazos. Y no era un hombre (si es que se podía llamar así) que tuviera a quien recurrir.

Los principales héroes de Japón estaban o en el hospital o habían dejado su trabajo como héroes tras la abrumadora derrota que habían sufrido a manos de la Liga y la reciente fuga de villanos liderada por el mismo Shigaraki y poco después el mismo All For One, los principales líderes enemigos que debían vencer.

All Might se había retirado desde su pelea final con All for One, dejando un vacío en los corazones de las personas y una herida demasiado profunda que Endeavor solo podría curar con el tiempo. Si el héroe no hubiera utilizado su fuerza contra el primer Nomu de Alta Gama, probablemente los daños a la moral habrían sido mayores.

A la renuncia de All Might, Nezu debía añadir el actual estado del joven Midoriya como un semi vigilante que había comenzado a enfrentar a los villanos para no cargar a sus compañeros con el peso que estaba llevando sobre sus hombros; su estado de sucesor para ser el Símbolo de la Paz y su actual estado de portador del One for All, el poder que All for One estaba persiguiendo.

Otro motivo de la situación de desconfianza sobre los héroes, era el hijo perdido de Enji: Toya, el villano conocido como Dabi y alguien que debía de estar muerto. El resentimiento, la historia y todas sus palabras habían hecho que el ojo del público estuviera sobre Endeavor, sobre sus próximas acciones.

Nezu sabía que el pilar de los héroes estaba en una precaria situación, en un momento en el que podría ser destruido con un simple soplo de viento. Los héroes habían perdido casi todo el apoyo de las personas que debían proteger y el gobierno había cortado los fondos que había estado dirigiendo durante años a los héroes. Seguridad Nacional estaba en una ligera crisis y nadie parecía estar dispuesto a dar el paso decisivo para tirar del carro como un líder.