CAPÍTULO 3

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La decisión de volver a Dathomir, aun con controversia de por medio, hizo a la tripulación ponerse en marcha de nuevo. En cuanto Greez hubo preparado la nave para partir, poco más añadió Cere.

La antigua Jedi solía pasar horas con la mirada perdida, pensando en lo que pudo haber sido pero no fue. Se había autoconvencido a sí misma que se exculparía entrenando a aquellos pequeños y futuros Jedi, pero Cal le había quitado eso: la oportunidad de poder perdonarse a sí misma, de que su vida volviese a cobrar sentido.

Greez le había dicho más de una vez que tratara de entrenar a Cal como si fuera su aprendiz, pero él no lo entendía: Cal era muy mayor. La instrucción de Cal se empezó en su momento, ahora el joven podía mejorar algo, pero no era lo mismo; estaba acostumbrado a su maestro. Cere había tenido su oportunidad con Trilla, aunque todo acabó en desastre por su propia culpa, sabía que Trilla era mucho más poderosa de lo que Cal podía llegar a ser.

Era una pena que Cal no hubiese podido terminar su instrucción, desde luego tenía potencial.

Frustrada, Cere había intentado aceptar su nueva realidad, pero seguía incomodándola la visión que presentaba el joven. Apenas hacía caso del código Jedi en muchas cosas, por no mencionar que temía por su relación con la joven hermana de la noche. Merrin estaba acostumbrada a hacer un uso de la Fuerza desde la parte oscura de la misma, y quizá eso podía tentar al joven.

También la preocupaba el hecho de que la herida del joven estuviese tardando tanto en sanar y su comportamiento desconcentrado. Su relación con la Fuerza era irregular, tan rápido la controlaba como la perdía. Sí, habían tenido suerte una vez, pero ella sabía mejor que nadie que la suerte no dura para siempre.

El tacto de una mano sobre su hombro la trajo de vuelta a la realidad. La mano intentaba confortarla.

- Cal.- Dijo ella.

- ¿Podemos hablar?

- Sí, claro.

Cal tomó asiento a su lado y la miró a los ojos.

- Ayer te escuché hablando con Greez.

La mujer intentó evadir la mirada del chico, sintiéndose incómoda. Él, sin embargo, hizo lo necesario para que ella no pudiera evitarlo.

- Sé que me falta mucho por aprender y sé que hay cosas que aún no puedo afrontar pero...te prometo que intentaré hacer todo lo que pueda para mejorar.

- Cal, nadie puede soportar ese peso solo. Necesitamos a esos niños.

- Y quizá encontremos a alguno por el camino.

- O moriremos antes...Creía que estabas conmigo en lo de reconstruir la Orden Jedi.

- Y lo estoy.

Ella giró su rostro para evitar del todo la mirada del joven y miró a través de la ventana de la nave.

La mano del chico volvió a tratar de reconfortarla. Luego él se levantó del sillón y fue junto a Greez al puesto de mando de la nave.

Desde una esquina Merrin había visto toda la escena y ahora miraba hacia Cere con el ceño fruncido, pensativa.

No tardaron demasiado en llegar al planeta de Dathomir. Greez volvió a negarse en rotundo a salir de la nave, por mucho que Merrin insistió o, incluso, lo amenazó con hacerlo picadillo si no salía. Cere manifestó su intención de quedarse cerca de la nave e invitó a los más jóvenes a adentrarse ellos dos solos por el planeta.

Merrin, encogiéndose de hombros, aceptó y salió de la nave; seguida de Cal y BD-1.

Una vez se habían alejado lo suficiente de la nave Merrin aprovechó para comenzar a hablar.

No sigas la oscuridad que hay en míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora