CAPÍTULO 25

122 12 4
                                    


Cal podía sentirla. Cere estaba cerca.

La Fuerza de la mujer era poderosa.

Debía encontrarla antes de que fuera demasiado tarde.

Comenzó a caminar cada vez más rápido hasta que se encontró a sí mismo corriendo a través de las abandonadas calles de la ciudad muerta de Dathomir.

BD-1 le había preguntado varias veces cómo se encontraba. Cal se sentía agradecido con la preocupación del androide sobre su estado de ánimo, pero le dijo que era mejor no hablar del tema en ese momento, ya que tenía que estar centrado. ¿Qué si le había dolido que Merrin no dijera nada? Un poco. No podía negarlo. Pero tampoco se había esperado que fuera hacerlo. Había soltado la información de sopetón y comprendía que la chica tenía demasiadas preocupaciones como para pensar en eso en ese momento. Aún así, se sentía mucho más tranquilo, como si se hubiera quitado un peso de encima, y es que por fin había conseguido decir lo que sentía.

La oscuridad cada vez era más espesa y apenas podía ver unos pocos metros más adelante. Sus pasos fueron disminuyendo la velocidad cada vez más, temeroso de darse de bruces con algo no deseado (como aquellas cosas arácnidas venenosas).

Tras unos metros más divisó una especie de trono que no recordaba haber visto en ninguna de sus visitas a Dathomir.

- Beep Bi.

- Tranquilo, BD, todo va a ir bien.

Al acercarse más al trono pudo ver la figura de su amiga y maestra: Cere. La mujer estaba sentada y lo miraba, como si pudiera verlo perfectamente a través de la oscuridad.

- Cere...- Murmuró él.

La mujer se incorporó sin dejar de mirarlo, amenazante, directamente a los ojos.

- Cal Kestis. Has traicionado a los tuyos y morirás por ello. Pero antes, quiero hacerte sufrir como nunca antes has sufrido.

- Cere, la que habla no eres tú.

- ¿Qué sabrás tú de mí? Apenas eras un crío cuando todo empezó. No tienes entrenamiento adecuado, eres un necio. Con tus decisiones nos has condenado a todos.

- No. Todavía hay esperanza, Cere. Seguimos juntos y, además, ahora tenemos a Merrin.

Cere bufó y, con rabia, sacó su espada láser a relucir, mostrando algo de luz entre tanta oscuridad. La luz de su sable era completamente roja. No cabía duda de que el lado oscuro se había apoderado de ella.

- Podíamos haber sido tan grandes. Ahora podríamos estar entrenando a la siguiente generación Jedi. Trilla me ha ayudado a entenderlo. Si no puedo adiestrar a más Jedi ¿qué sentido tiene esta lucha? Estamos condenado ante la fuerza del Imperio.

- ¿Trilla?

Era la segunda vez que Cere hablaba de Trilla como si estuviera viva. Quizá su muerte la atormentaba más de lo que había querido expresar.

- Si no fuera porque ella me dice que empiece por la bruja, acabaría contigo aquí y ahora.- Siguió hablando Cere, llena de rencor.

- ¿Por ella? Cere, Trilla está muerta.

- ¡Cállate!

La mujer se acercó a una velocidad increíble y, antes de que Cal pudiera reaccionar, sintió el calor y el dolor de un arañazo en su cuello. La espada había rozado su pies lo suficiente como para crear un arañazo y quemarla.

- Eres débil, lento. Apenas tienes reflejos. No tienes preparación, porque antes que prepararte prefieres vivir una historia de amor. Egoísta.- Le espetó la mujer, con asco.

No sigas la oscuridad que hay en míWhere stories live. Discover now