Cinco

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Un día, Conter recibió una nota anónima, escondida en el bolso que llevaba a clases de baile.

<<No soy de hacer esto, no te lo tomes mal.

Quería decirte que bailas hermoso.

Lástima que sea un solo triste, sería más hermoso si te viera sonreír.

También es hermosa.

Te admiro muchísimo.>>

Sus mejillas se tiñeron de rojo y sus ojos se abrieron ampliamente, y lo primero que se preguntó fue quien era aquel misterioso.

—Hasvik— dijo Spreen, apareciendo a su lado de la nada y haciendo que pegara un salto—. Alto, oso pardo, muy marcado— Spreen asintió—. Yo que vos lo hago caso.

Conter tenía el rostro muy caliente ahora, había visto a ese chico que siempre llevaba su cabello teñido blanco hasta la nuca, tenía un cuerpo que envidiaría cualquiera y una sonrisa encantadora, iba en el turno anterior a su clase y sólo habían cruzado un saludo amable mientras él se marchaba y Conter entraba al estudio.

—Spreen... Ya te dije que no iba a salir con hombres de nuevo— el albino negó.

— Conter, sos un asco para las mujeres— dijo Spreen sin un gramo de sutileza.

— Soy un asco para el amor en general— corrigió el conejo.

— A ver, Conter, te gustan los hombres, ¿Qué problema hay? Ve y amalos, hay muchos hombres que también aman a hombres, ¿Estás en una fase heterosexual o algo?

Conter suspiró con cansancio y rodó los ojos.

—El único hombre que ame en mí vida es y serás tú— dijo, mirándolo, los ojos oscuros de Spreen se abrieron un poco de más y un ligero rubor apareció en sus mejillas—. Temo que cualquier otro hombre me haga acordar de ti, pero es peor que eso porque cualquier otra persona me hace pensar en ti, Spreen.

Caminó de forma silenciosa hacia él, Spreen no se apartó, lo miró sin decir nada.

—Porque ni hay ni habrá nadie después de ti, y porque aún te amo y a pesar de todo no quieres volver conmigo y nunca volverás, pero, por algo sigues aquí, ¿No?

— Conter, no-

— Me amas también— afirmó el conejo.

Spreen rió con algo de vergüenza.

— Claro que te amo, Conter, ¿Quién no te amaría?

— Ya sabes de qué forma me amas, Spreen — dijo el albino, para que él no le restara importancia—. Sabes que me amas como yo.

El azabache se mantuvo sin palabras, Conter se inclinó hacia él para unir sus labios en un beso suave, Spreen cerró sus ojos y disfrutó del contacto, no hubo mucho movimiento ni muchos gestos por parte de ninguno, fue solo una unión de varios segundos, sin nada más.

Conter lo empezó y lo terminó, se separó para mirarlo con cierta pena.

—La próxima clase, vendré antes para ver a este tal Hasvik.

Y eso fue lo que más le dolió a Spreen, a ambos en realidad, pero fue uno de los momentos claves que lo hacían sentir que, en verdad, no tenía nada que hacer allí

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no tengo ni idea de como describir a hasvik no(completamente)-furro, pero se hizo el intento sljfflk


Ghost Of You (Spreenter)Where stories live. Discover now