CAPÍTULO 1

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Camina con la espalda recta.
No abras las piernas.
No juegues al fútbol.
Tienes prohibido juntarte con niños, juega con las niñas.
No deberían gustarte esos colores.

Pueden parecer normas que han sido aplicadas a una niña por parte de unos padres estrictos, pero la verdad va más allá que eso...

Yo siempre quise tener una niña...

Le decían esa frase a menudo, y Kokichi no estaba agusto con eso. Él no era una niña, no podía obligarse a serlo.

Déjate el pelo largo.
No te pongas esa ropa.

Creció toda su vida con ese tipo de normas, por lo que, cuando llegó el turno de socializar en la escuela y hacer amigos, todo empezó a ir a peor.
Sus padres le tenían estrictamente prohibido juntarse con chicos o hacer cualquier actividad que se relacione con varones, por lo que siempre evitaba a sus compañeros de clase. Y respecto a sus compañeras, ellas no le querían porque sabían que era un chico, y no les gustaba la idea.

-"Pareces una chica."
-"¿Por qué te sientas como una niña?"
-"No puedes estar aquí, eres un chico."
-"¡Los chicos no pueden llorar!"

Siempre escuchaba eso de parte de sus compañeros y compañeras de clase, hasta que en cierto punto se rindió. Decidió que era mejor estar solo a tener que escuchar siempre esas cosas.
Pero era normal, no ser capaz de encajar en ningún sitio desde pequeño siempre era malo para la salud mental de un niño en crecimiento, simplemente, no entendía lo que ocurría a su alrededor y eso le estresaba.

-Oh, Kokichi cariño, no llores... Los chicos son muy malos contigo, tienes que juntarte con las chicas.

Su madre siempre le decía eso.

-Tienes un pelo precioso... Cuando te lo dejes largo, nadie sabrá que eres un chico, y harás muy feliz a mamá.

Nunca le quiso siendo un hombre, siempre le decía que si se comportaba como mujer, haría feliz a su madre.
Él quería hacer feliz a su madre, ¿Por qué no podía hacerla feliz siendo un chico?

-A de más, Kokichi, los chicos como tú sí pueden salir con chicos, no con chicas.

Su madre siempre le implantó la idea de tener una pareja que fuera varón, pero conforme pasaba el tiempo, se daba cuenta que eso no debía ser así, ¿No?

A su alrededor, chicos salían con chicas, nunca había visto una pareja con dos personas del mismo sexo.
Con el paso de los años se dio cuenta de que lo que su madre le quería decir era que él se convertiría en un chica para poder salir con un chico, pero que mientras fuera chico, no podría salir con nadie.

Cuando salió de la primaria, todo era más confuso para él. Seguía siendo un rechazo social, pues aunque tuviera apariencia femenina, estaba obligado a llevar el uniforme masculino, sin importar lo mucho que se quejaron sus padres con el director.

Siempre que no era tratado como un fantasma, siempre era para algo malo, como insultarle con cosas como "nenaza" "maricón" etc.

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-Aww Kokichi, cariño, te queda genial este vestido!

No quería llevar ese vestido, no era una chica.

-Recuerda cómo te tienes que comportar cuando vengan los invitados, vale?

-Sí mamá.

Estaba obligado a comportarse como una mujer cuando llegaban visitas.

-Vaya, tenéis una hija hermosa!

"No soy una chica."

-Gracias...

-Quizá no sería mala idea casarla con mi hijo!

"No soy una chica, y no soy un objeto."

-Oh, eso sería una idea maravill-

-¡No soy una mujer!

Ese fue el primer, único y último día que Kokichi plantó cara. Sus padres le estuvieron riñendo por horas. Según ellos, con sólo ese casamiento, podrían haberse acabado todos sus problemas financieros. Pero a Kokichi no le importaba. Prefería vivir en pobreza que vivir fingiendo ser mujer con un hombre que no amaba.

Durante esa riña, su padre dijo en algún momento que empezaría a trabajar, ya que no quería casarse con nadie.

Ese no era mal plan a ojos de Kokichi. Podría estar lejos de sus padres durante su jornada laboral y poder comportarse por fin como un varón. Tenía 17 años, y en ningún momento había tenido la libertad como cualquier chico de su edad, por lo que, aunque le parecía una edad un poco temprana para trabajar, no le importó y accedió a empezar a trabajar.

Claro que sus padres no eran tontos, y le pondrían un castigo a su hijo. Ese castigo sería su trabajo.

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-¡¿Pero por qué no me puedo poner el traje masculino?!

-Porque eres una sirvienta Kokichi, y ese vestido es lo que te toca llevar.

Kokichi daba vueltas frente al espejo, mirando el voluminoso vestido que tenía puesto. Ni siquiera sabía para quién estaba trabajando. Sólo sabía que tenía que llevar el uniforme femenino porque sus padres le habían inscrito como una mujer.

Lo único que tenía que hacer era limpiar la casa, kokichi cruzaba los dedos para que no fuera demasiado complicado. Al menos, podría estar fuera de casa.

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865 palabras
Bueno bueno, esta es una nueva historia, espero que os guste jijiji. Si algo no se ha entendido, podéis preguntarme.
Bueno, eso es todo, amor amor ❤️❤️

Maid Service - SaiomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora