XIV

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Movía su pie desesperadamente, nunca había estado tan ansioso como en este momento. Se preguntó mil veces si estaba seguro, si lo que hacía estaba bien y entonces resonaron las palabras de Changbin en su cabeza "¿Cuando cuando pensarás hacerte responsable de tus actos?".

Su teléfono empezó a sonar y sin ver la pantalla, lo tomó.

—Ya estoy afuera, puedes venir.

Salió de aquella casa y entró en el único vehículo aparcado frente a esta.

—Deberías estar conduciendo.

—Mi mente no está aquí para eso, no quiero matarnos —dice Hyunjin.

—Estuvimos mirando el plano del edificio y te lo envié, será fácil de entrar allí ¿lo viste al menos?

—Conozco el lugar de la misma manera en la que te conozco —giró su cabeza hacia este. —¿Y Changbin?

—Detrás de nosotros, viene con los demás chicos, insistieron en ayudar.

—Espero que eso no se convierta en una mala idea.

Bang Chan continuó conduciendo en silencio. Hyunjin le miraba y el subir y bajar en su garganta al tragar en seco, dándose cuenta de que estaba nervioso.

Llegaron a un edificio de fachada abandonada en el medio de la nada, los altos árboles intentaban cubrirlo pero no era lo suficiente. Salió del auto prestando atención al silencio que había allí. Tenía pinta de que no hay personas cerca, pero era todo lo contrario.

Caminó y se detuvo en la puerta principal, tomó aire y pateó la puerta abriéndose inmediatamente.

Veía como todo pasaba por sus ojos lentamente, los seguridad se acercaban y Hyunjin los mandaba a volar con solo mirarlos, era intocable. El poco miedo que sentía lo dejo en la entrada y se concentró en el objetivo principal. Detrás del pelinegro entraron unos hombres apoyándoles en el trabajo.

Un científico salió sorpresivamente y le apuntó en la frente con un arma, Hyunjin le dio una patada en su estómago y el impacto provocó que el cuerpo se estrellara con una pared e hiciera un hoyo en ella.

Disparos se escuchaban por todas partes, Hyunjin seguía su camino sin detenerse y atacaba a cada personal que aparecía allí. Sus recuerdos de este lugar aumentaban el enojo y la sed de venganza que sentía.

Atravesó unos cuantos pasillos hasta que llegó a su primer destino, se colocó frente a una puerta, agarró la cerradura y la desprendió de su lugar dándole acceso.

Al abrir la puerta completa, se encontró con alguien apuntándole en su cabeza desde la distancia.

—¿Te atreverías a hacerlo? Me imagino que no quieres echar a perder todo tu tiempo y dinero tratando de encontrarme, pero te hice el trabajo mas fácil y he venido hasta aquí.

—Que manera tan desagradable, no has aprendido nada, Hwang Hyunjin.

—Y tú sigues igual de loco, Park Jaebeom. Mírate, no tienes mas nada que este laboratorio que no te ha servido para nada, porque después de tanto tiempo ¿Qué has podido lograr? ¿Capturar a inocentes? ¿Qué beneficio te ha dado eso?

213 | HyunLix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora