EXTRA IV

145 12 6
                                    

Dedicado a todos aquellos que se perdieron en problemas, por qué no están solos.

Tu belleza es incomparable, mis recuerdos de tí son lo único que me quedan, por qué ahora no podré decirte en esta vida mía.

Mis pensamientos comienzan a salir de su cajón. No hago lo suficiente como para sentirme sadisfecho con mi trabajo.

Aún así, lo hago.

Palmeo sus manos y después las junto, aún que no sabía exactamente como orar, daría lo mejor de si para aprender a hacerlo.

Nayuta imitaba sus movimientos, era pequeña aún pero eso no evitaba que no entendiese del todo lo que Denji estaba tratando de decir.

"Por favor, cuida de nosotros un día más".

Las sensaciones en mi cuerpo que antes disfrutaba, ahora las detesto. Es como si algo me dijera que no está bien.

Me gusta provocar a mis enemigos. Pero ahora perdí el gusto incluso por la comida.

Que horrible.

La brisa daba en su cara, muy pronto debería regresar a su casa a preparar la cena. Quería quedarse un poco más, apreciando lo que nunca imagino.

Ser alguien en la vida era algo que ya no tenía sentido, aún que para Denji, jamás lo tuvo, solo lo hizo por estar satisfecho con tan pocas cosas.

Sabía perfectamente por qué Pochita aún permanecía como su corazón, en ningún momento su contrato dejo de ser cumplido.

Sintió lo que nunca había imaginado: Compasión. Tenía compasión consigo mismo y los demás, pese a ser demonio, humanos híbrido y cualquier otra mezcla rara.

El sol estaba ocultandose y pronto Denji tendría que hacerlo cuál tortuga, siendo como un padre para Nayuta. Cada día crecía más, aún que no lo notase.

Abrió los ojos y separo sus manos, a unos escasos centímetros estaba la morena, aún rezando, como si estuviera pidiendo algo más extenso.

"Que cada día, valga más la pena"

Pronto, sus ojos amarillentos se encontraron con los del mayor; Ambos comenzaron a caminar de regreso a su disminuido departamento. Sus estómagos reclamaban ser alimentados.

Aún pienso en tí, en lo que fue y lo que quería que fuera, ahora veo la muerte como una esperanza. Pero a la vez no. Ella me necesita.

Tanto como yo necesite de tu calidez en las noches frías.

El sonido de la carne puesta en una sartén inundó por completo su cabeza, evitando cualquier otro sonido de por medio mientras acomodaba sus pensamientos.

Los días parecían ser interminables, como si estuviera en un bucle interminable sin escapatoria o una esperanza para hacer algo nuevo.

Después de un rato, la comida ya estaba en dos platos extendidos, siendo masticados por dos personas completamente diferentes, pero con un sentimiento igual.

Uno que se hacía con la falta de algo. Vacío.

Vivir por vivir no era vida, más bien, era como ayer algo solamente por la rutina y el miedo al cambio de algo. Denji no soltaba a Aki, aún que este ahora estuviera en su pueblo natal.

La pequeña se levantó del suelo y se sentó al lado del rubio, ninguna palabra salió de ambos. Pero si algo significativo.

Un abrazo fue todo lo que necesitan. Un confort y seguridad que era demaciado nula, casi inexistente.

Lágrimas eran lo que resbalaban hasta el suelo. Cómo aquel día en el que la sangre fue derramada por toda la ciudad.

El abrazo fue correspondido, ambos eran consolados por el contrario, ambos sufrían por la falta de amor y cariño de personas que ya no estaban.

Nayuta aún sufría por un pasado sin recordar, pero su corazón dolía como el día anterior, como si hubiera sido cortado.

Ahora vivirían como una familia, padre e hija tratando de llevar una vida más calmada con alguno que otro lujo.

Aún le tengo miedo a la oscuridad, al último día en el que deje de respirar, pero no me preocupa tanto. Por qué he aprendido a ser feliz con lo que tengo.

Por qué desde el día en el que te maté, supe que nada volvería ser igual, y así fue.

Aki ¿Estás mejor?

.
.
.

𝐂𝐎𝐋𝐋𝐄𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍 ; 𝐀𝐊𝐈𝐃𝐄𝐍Where stories live. Discover now