Cristiano amaba a ese chico "emo" de cuarto año que no sonreía casi nunca, siempre con una cara de orto (y pegado a un rubio llamado Kun).
Messi odiaba a ese muchacho "de ensueño" de quinto año que se creía la representación de Ken (y lo era, aunque...
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Para resumir lo sucedido en el reencuentro de Leo y Cristiano, el menor le pegó al mayor pensando que lo quería abrazar (menos fan del contacto físico).
No, no le golpeó en los huevos, Ronaldo aun tiene los dos. Alabado sea Dios.
El puño de Leo fue directamente a la mejilla del moreno. No pasó a mayores porque José, Marcelo y Chica intervinieron a tiempo. El menor fue llevado a dirección, no sin antes dedicarle una mirada de completo odio.
——Me miró...
——Ronald, te quería matar a piñas.
——Igual me miró, eso es lo que cuenta.
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Fernando escribe con el marcador los materiales necesarios para el mes que viene. Lo de siempre, un libro que contiene ejercicios de distintas editoriales, mapa de Italia, Grecia, entre otras cosas. Lo que mas disfrutaba de su profesión como profesor de historia, era hacer sufrir a sus alumnos. Ahora mismo le daba la espalda a estos para copiar los elementos requeridos.
Gira para explicar la necesidad de cada uno y por mera coincidencia, sus ojos observan a Cristiano. Mira a la ventana perdido, sin prestarle mucha atención a las cosas que recientemente escribió en el pizarrón. Desde que la clase empezó, no tocó su lapicera y ni siquiera sacó su carpeta. ¿El chico las había olvidado y ni se dignaba a pedir una hoja y un lápiz? Tal vez estaba distraído porque ese moretón en el pómulo no lo dejaba concentrarse (aún así no era una excusa).
No es un detalle que le sorprendiera mucho. Ronaldo era un estudiante rebelde, irrespetuoso y muchas otras cosas. Es verdad que (al menos en su materia) no prestaba ni la mas mínima atención y fastidiaba a sus compañeros.
En la primera semana si copiaba y tenía linda letra. No obstante, sus ganas de vivir se esfumaban al octavo día, no copiaba y si lo hacía, adoptaba la letra de un doctor o la de los jeroglíficos.
Mientras hablaba, caminó por el aula, recorriéndola. Ese era el típico momento donde llamaba la atención de alguno de sus alumnos. Y casi siempre, el estudiante era Cristiano.
——Este es su último año, chicos. Sus profesores, incluyéndome, ya no les tendrán tanta compasión y tampoco les darán mucho tiempo para la entrega de un proyecto ——Dice, caminando a pasos lentos y acercándose cada vez mas al asiento de Ronaldo——. Su relación con sus superiores también puede empeorar y perjudicar. Eso se define con la atención y dedicación que le pongas a sus clases ——Para una vez está en frente del moreno y eleva su voz, mas es ignorado——. En el primer día.
