✞ La nación se ha rendido ✞

627 38 7
                                    

Nota: (T/P) es tú país.

Todo estaba callado y tranquilo, no había muchas novedades en el caso de Kira. Era obvio que L había acertado al decir que eran Light y Misa, pero aún no encontraban una forma de condenarlos. No les quedaba más que esperar a que cometieran un error, aunque parecía ser que solo perdían su tiempo. De cualquier forma, no querías rendirte hasta hacer todo lo necesario para atrapar a este asesino. No estabas de acuerdo con su mentalidad y estabas aterrada de en lo que estaba convirtiendo al mundo. Quizá no había tanto crimen como antes, pero jamás habías visto tanto terror en las calles. No podías simplemente rendirte, ibas a luchar hasta el final. Desafortunadamente, las personas, incluso los gobiernos, estaban aceptado a Kira, y esa tarde tú país estaba rindiéndose en un anuncio oficial que estaban transmitiendo en vivo en la televisión.

—A continuación, el presidente dará su declaración referente a Kira —dijo el reportero antes de que el camarógrafo cambiara la toma.

—(T/P) ya no se opondrá a Kira —dijo con tranquilidad, y no dijo ni una palabra más.

Tú te quedaste boquiabierta. El descarado solo había dicho que estaba de acuerdo con él y desaparecido de la escena. Si en verdad pensaba que estaba bien lo que estaba haciendo, ¿por qué parecía estar huyendo de la prensa? No podías creerlo, hasta ese día no te habías sentido especialmente orgullosa de tu país, mucho menos patriótica, pero no pudiste hacer nada más que derramar lágrimas en silencio, mientras escuchabas las voces distantes de los otros miembros del equipo, que estaban claramente molestos también. 

Sentiste a Light tocar tu hombro, preguntándote si estabas bien, pero seguías en shock, y no contestaste, seguiste llorando mientras ahogabas tus sollozos y escondías tu expresión tras tus manos temblorosas. Nadie sabía de qué país venías, nunca te había importado compartirlo y no te habían preguntado tampoco, pero incluso Matsuda supo por la forma en que estabas sufriendo que tú provenías de ese país, y que estabas profundamente decepcionada de lo que estaba pasando. Sin lograr componerte, le dijiste a L que te irías a casa por hoy, ya que no podrías concentrarte en el caso y tampoco querías convertirte en una distracción. El equipo estaba bastante preocupado por ti, así que no te permitieron irte a casa en ese estado, Light se ofreció a acompañarte a casa, pero en su lugar acordaste quedarte en una de las habitaciones del hotel por una noche. Querían asegurarse de que estuvieras bien.

Aún confundida de por qué te sentías tan afectada por lo ocurrido, recordaste los días en (T/P). Creciste ahí junto a tus padres, y en cierta forma siempre había sido tu lugar seguro, pero ya no estabas segura de que fuera a serlo de nuevo. Incluso si atrapabas a Kira, ya nada sería lo mismo, eso estaba claro. Tú y L habían hablado de un plan para ayudar al mundo a volver a la normalidad una vez todo terminara, y no sería nada fácil, lo que era mucho decir para dos de las personas más inteligentes en el planeta.

Alguien tocó a tu puerta, y pensaste en no abrirla temiendo que fuera alguno de los chicos, pero te alegraste de hacerlo de cualquier forma. Era L, que solamente quería revisar cómo estabas. Te extrañó que no viniera acompañado de Watari, como normalmente lo hacía. Estaba solo, y pidió sentarse junto contigo en la cama para para poder discutir algo. Se mantuvo en silencio durante varios segundos hasta que finalmente soltó un gran suspiro y clavó sus grandes ojos sobre los tuyos.

—Seré honesto contigo, (T/N). Jamás me había afectado ver a alguien llorar —se llevó un pulgar al labio, pensando.

—Lo lamento. Me dejé llevar por mis emociones, y sé que odias eso.

—No, tu reacción fue totalmente comprensible. Debí suponer que te pondrías así en cuanto escuché que se trataba de tu país —claro, él sabía de dónde venías porque tenía tu expediente—. No me importa si actúas como un ser humano, es una de tus mejores cualidades.

—¿Lo es? —te sonrojaste—. Gracias, supongo.

—No quiero abrumarte, pero sabes el tipo de persona que soy. Tengo que decirte lo que pasa por mi mente —por primera vez en toda la conversación desvió la mirada—. Estoy convencido de que me atraes. No, más que eso. En serio me importas. 

—Eso significa mucho para mí —querías decirle que él también te gustaba, que en verdad lo querías, pero por alguna razón no tenías el valor para decirlo, solo podías sentir el rubor en tus mejillas aumentando con cada minuto.

—Quisiera abrazarte.

¿Un abrazo? Jamás lo habías visto tocar a nadie, excepto la vez en que peleó con Light, claro, pero no parecía ser ese tipo de persona. Tú no eras nadie para negarte a esa petición, mucho menos de alguien a quien querías tanto, así que asentiste, un tanto divertida por su forma inexperta de acercarse y finalmente terminar con la distancia que los separaba. Correspondiste a su abrazo sin demora, sonriendo sobre su hombro, decepcionada de que en un abrir y cerrar de ojos se separara con una pequeña sonrisa en los labios.

—Me gusta cómo huele tu cabello —murmuró.

—Gracias, eres más cálido de lo que pensé.

—(T/N) jamás me había sentido así por alguien —confesó—. Y ya que los dos estamos arriesgando la vida en este caso, la verdad me gustaría intentar salir contigo alguna vez. 

—Me encantaría —sonreíste.

—Pero la verdad no soy bueno en estas cosas, así que tendrás que ayudarme a saber cómo comportarme.

—No es necesario, L. Me gustas. Solo sé tú mismo.

—Vaya, en verdad no eres como las mujeres que conozco —se rio.

—Espero que eso sea algo bueno.

—Lo es. Eres la razón por la que quiero salvar a este mundo de Kira. 







One-shot: L y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora