Capítulo 39

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-¿Dónde está mi ensayo de Historia de la Magia?-.

-¿Quién tomó mis apuntes de Herbología?-.

-¡Oh, demonios! ¡He fastidiado mi redacción! ¿Dónde está mi libro de Pociones?-.

-¿Qué hace este encantamiento?-.

-¿Alguien sabe dónde está Flitwick?-.

-¿Cuándo empieza Transfiguración?-.

-¿Dónde está mi mapa estelar?-.

-¡No encuentro mi bola de cristal!-.

-¡Hay un duende suelto aquí!-.

-¿Qué clase de runa es ésa?-.

Los exámenes habían caído en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Todos los alumnos, especialmente los de quinto y séptimo año, estaban en diferentes estados de pánico. Si todos hubieran tenido tiempo habría sido divertido observar a los demás. Los exámenes habían comenzado el día anterior y ya había siete alumnos enviados al ala hospitalaria para que les administraran Calmantes. Como el colegio cerraba dentro de una semana, con lo que los exámenes se adelantaban dos meses, tanto los alumnos como los profesores estaban muy estresados.

Harry Potter probablemente notaba el estrés de los profesores más que nadie, ya que vivía con uno de ellos. Harry estaba seguro de que el temperamento de Severus era el más corto que había tenido nunca y Harry ya lo había visto antes llevado a sus límites; él solía ser la causa del temperamento corto del hombre. Vivir con Severus había hecho que Harry estuviera en el extremo receptor de la mayor parte de la ira del maestro de Pociones.

Además de los exámenes, Severus tenía que mantener la reserva de Calmantes en la enfermería. El día anterior le habían explotado seis calderos en los dos exámenes que había dado. También había sido llamado por Voldemort la noche anterior, donde había sido torturado tras dudar en matar a un niño de cuatro años. Cuando volvió a casa, se desplomó en el baño y vomitó, luchando por mantener la compostura. Harry se había reunido con él en el baño y había intentado consolarlo. No habían hablado, pero Harry había cogido una de las manos del hombre, que Severus había estrechado contra su pecho.

A la mañana siguiente, Harry arrebató la primera página del Diario el Profeta antes de que Severus hubiera cogido el periódico. Sabía que Severus sabía que lo había hecho, pero el maestro de Pociones no había dicho nada. Por el silencio, Harry supo que Severus apreciaba lo que había hecho. Cuando Severus se fue a prepararse, Harry sacó el artículo y lo leyó.

Niño asesinado

Ayer por la noche, un niño de cuatro años fue devuelto muerto a su madre. Había desaparecido a primera hora del día y no fue hasta pasada la medianoche cuando se lo devolvieron. Se desconoce quién asesinó al niño, pero se cree que pudieron ser mortífagos. La madre del niño, después de calmarse un poco, empezó a preguntarse quién le había devuelto a su hijo. Según ella, era alto y vestía todo de negro. Llevaba un paño alrededor de la nariz y la boca, con la capucha puesta, de modo que sólo se le veían los ojos oscuros.

"No dijo nada hasta después de darme a mi hijo", dice la madre. "Cuando me entregó a mi bebé, me dijo 'lo siento mucho'. Al principio no estaba segura. Yo había estado llorando y prestando más atención a mi hijo que a él, y él lo había dicho tan bajito, pero sin duda fue lo que dijo".

¿Quién era ese hombre misterioso que devolvió a su madre a un hijo asesinado?.

Harry bajó la hoja sobre la mesa y se puso en pie. Salió de la cocina y se dirigió al dormitorio de Severus, apoyándose en el marco. Observó cómo Severus se ponía la ropa, ignorando la excitación que últimamente sentía con frecuencia cerca del hombre.

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