Mirar para atrás

3 2 0
                                    

.
.
.

Nunca fue sobre mí. Si no hubiera sido yo, habría sido cualquier otra persona.

Sentado aquí, junto a la ventana me preguntó ¿Cuántos días tienen que pasar para que las noches no sean tan largas?

Nunca fue sobre mí, pero me pasó a mí.

Quisiera que las cosas no pasaran simplemente. Dicen que el tiempo no existe realmente, pero entonces ¿Por qué no se detiene? Sigue, envuelto en sí mismo sigue. Y la vida sigue pasando, me sigue pasando como si fuera un empedrado bajo la lluvia.

El agua cae y moja la piedra. No hay nada que pueda evitarlo, pero es solo agua, dice la gente. Y el agua sigue cayendo, y la piedra es piedra, pero igual se va consumiendo. No sucede enseguida, no sucede lo suficientemente rápido. Casi parece que no pasa nada.

Pero el tiempo sigue, y la piedra se erosiona. Nadie puede verlo hasta que se mira hacia atrás.

Pero mirar atrás no sirve de nada. Porque como el tiempo, el pasado ya no existe. Lo que pasó ya fué, ya es. Es la ventaja y la desventaja al mismo tiempo. Echar la mirada hacia atrás no va a cambiar nada, pero hay cosas que no se entienden hasta que se mira para atrás.

Y una vez lo entiendo, y me doy cuenta que el tiempo sigue pasando, lo cambia todo. No sé trataba de mí, pero era para mí.

No hay muchas cosas de las que preocuparse ahora. Solo lo importante. Pero lo importante da miedo. ¿Cuánto más tiempo pasará para que esto tenga sentido? ¿Cuánto más tiempo necesito para mirar a atrás sin miedo?

¿Y cuánto más tiempo para que ya no quiera mirar para atrás?


...

Mirar atrás © 2023 A. L. Quiroz

Las Cosas que se Rompen || Singladuras ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora