Unión

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Rápidamente los mayores corrieron hacia sus compañeros para auxiliarlos, ya que no solo habían soportado el desgaste de la fusión, sino también el ataque de los líderes de Akatsuki.

Al pasar las horas dos de los chicos habían recuperado la consciencia, pero se encontraban en pésimas condiciones. 

Y en un intento por darles una mejor atención, Kakuzu y Sasori los movieron a una de las habitaciones. Donde no tardaron en escucharse los lamentos de aquellos ninjas. 

-Me siento terrible, mi cabeza da vueltas- dijo el jashinista en voz baja mientras se retorcía en las sábanas. 

El moreno que estaba a su lado, remojo un trapo en agua helada, lo exprimió con fuerza, para  después colocarlo sobre la frente del menor. 

-Es normal que te sientas así, has tenido fiebre desde que despertaste- comentó el avaro. 

Por otro lado, Deidara estaba en el baño, con la cabeza metida en el inodoro, ya que llevaba rato vomitando. 

Sasori a modo de consuelo le acariciaba la espalda para tratar de calmarlo. 

-Creo que vamos a morir, hm- susurró el artista para nuevamente arrojar el contenido de su estómago.

-No seas tonto, estos síntomas se deben al esfuerzo que hicieron antes, con algo de medicamento y reposo, volverán a la normalidad- dijo el pelirrojo para sujetar a su aprendiz y llevarlo al colchón. 

Antes de que algo más pasará, los mayores decidieron aclarar ciertos puntos con sus parejas. 

-Creo que es bastante obvio, pero de todos modos lo diré, hasta nuevo aviso, Hidemi queda prohibido- habló con firmeza Sasori. 

Con las pocas fuerzas que tenían, los menores comenzaron a gritar. 

-¡No estamos tan locos como para traer de regreso a ese estúpido, hm!- dijo el rubio. 

-¡Ese bastardo hijo de perra le declaró la guerra a Akatsuki, molestó a los líderes y atacó al inútil de Tobi!- se quejó el religioso tratando de incorporarse, pero el dolor de su cuerpo lo volvió a tumbar. 

Los mayores intercambiaron miradas, para después sonreír.

-Hidemi sí que tenía mucho valor para decir las cosas, incluso dijo que le molestaba recibir órdenes de tipos como nosotros, ya que éramos solo unos vejestorios- comentó el avaro haciendo que los menores se pusieran rojos de vergüenza. 

-¡Nosotros no dijimos nada de eso!-

-¿Están seguros?, tal parece que la combinación de sus egos les dió la libertad de revelar secretos incómodos- señaló el marionetista. 

-¿¡Les produce placer torturarnos!?- los chicos no podían creer que aún en ese estado, sus compañeros aprovechaban para molestarlos. 

Kakuzu y Sasori se rieron un poco, para luego volver a su papel de cuidadores. 

-Iré con Kisame, debo de darle medicina para su mocoso- dijo el pelirrojo, tomando de uno de los muebles un pequeño botiquín médico. 

El marionetista estaba por salir pero fue sujetado del brazo por su estudiante.

-Danna, ¿cómo se encuentra Itachi, hm?- 

Sasori estaba algo asombrado, era la primera vez que ese chico mostraba preocupación por el chico de grandes ojeras, y ahora hasta lo llamaba por su nombre de pila. 

-Se podría decir que está estable, su cuerpo tiene una recuperación más lenta, pero te aseguro que en cualquier momento volverá a abrir los ojos- 

Kakuhidan "La máxima conexión"Where stories live. Discover now