La fotografía

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Jugó durante un rato con las mangas de su sudadera antes de que Tony abriera la puerta.

—Llegas bastante puntual.

Loki arrugó la nariz al ver el estropicio que era la habitación del adolescente.

—Hagámoslo rápido— y se ajustó la capucha para cubrir todo lo que podía de su cara.

—¿Te da vergüenza que te vean siendo mi esclavo?

—¡No soy tu esclavo!

—No a efectos legales, pero a efectos prácticos— Tony compuso una amplia sonrisa y le entregó una gran pila de libros antes de cerrar la puerta—... Tienes suerte de que hoy no toque álgebra.

Loki se vio obligado a caminar detrás de él por todo el campus. Como atisbo de misericordia, Tony había reducido el paso para que pudiera alcanzarlo aún con el dolor de costillas del día anterior; pero solo cuando llegaron a su aula, Tony tomó los libros de vuelta.

—Ya me encargo yo. Mis clases terminan a las cinco así que asegúrate de estar aquí para llevarlos de vuelta — le despidió con una encantadora sonrisa mientras el otro se alejaba de allí mascullando maldiciones contra su persona.

A pesar de todo; a las cinco en punto volvió estar allí, recogiendo de nuevo la pila de libros para llevarlos hasta su habitación con ojos llenos de odio.

—Vives como un cerdo— gruñó al ver unos calzoncillos sucios colgados en la silla del escritorio.

—¡Ouch, me hieres! Bueno, supongo que tienes razón— Tony meditó llevando su mano al mentón que ya empezaba a cubrirse de vello oscuro—. Gracias por ofrecerte voluntario.

—¿¡Qué!? No pienso limpiar tu basura.

—Es una pena, aunque vas a salir muy tierno en primera plana del periódico de la escuela. ¿Crees que Jessica Jones querrá la exclusiva?

El joven adolescente apretó sus puños hasta dejarlos blancos.

—Vamos, no soy un monstruo, tienes guantes de goma en el armario de la limpieza. Y no toques los prototipos robóticos, ya he visto lo que puedes hacer con ellos.

Tony se echó sobre la cama dejando que sus ojos descansaran un momento. Cuando despertó, la habitación parecía otra y Loki lo miraba como si hubiera estado sopesando seriamente matarlo mientras dormía.

—¡Wow! Hiciste un gran trabajo, chico oscuro. Había un par de meses de desorden aquí.

Un bufido escapó de los labios del tramposo.

—¿Me puedo ir ya?

— Vamos, ¿por qué tan malhumorado? Mira el lado bueno, mañana tendrás mucho menos que limpiar.

Podía jurar cómo el hechicero se estaba esforzando en buscar una buena razón para no asesinarlo.

—¡Está bien! Puedes irte ya —dijo con las manos levantadas en señal de paz —. Pero mañana procura estar aquí a las ocho.

Loki cerró la puerta con un portazo.

A la mañana siguiente, Tony pegó un grito al despertar siendo observado por un adolescente de brazos cruzados al lado de su cama.

—¡¿Cómo has entrado aquí?! ¿has forzado la puerta?

—Son las ocho y media y no iba a retrasar mis clases solo porque tú hayas decidido dormir hasta tarde.

—Está bien —murmuró a través de un bostezo —, ¿y tienes que vestir siempre así?

Desde que había llegado a la academia había visto a Loki cubrir gran parte de su cara con el flequillo negro y su ropa era siempre oscura, contrastando con su piel fantasmal.

Avengers AcademyWhere stories live. Discover now