003

310 54 11
                                    

🍡

SooBin era muy bonito.

Eso no era algo difícil de notar, desde que le dio una sonrisa en su primer día había visto los lindos hoyuelos en sus mejillas. Era, además de guapo, bastante dulce y agradable.

Eso fue algo que tuvo pensando a YeonJun mientras estaba recostado y listo para dormir. Lo que había sucedido ese día lo tenía aún encantado, además de BeomGyu, realmente nadie lo había defendido de esa manera.

Kai era más de consolar y TaeHyun siempre amenazaba en privado a quienes decían cosas sobre él, era por él que el acoso se había detenido bastante.

Desde que era niño había vivido este tipo de cosas: comentarios groseros, burlas e incluso golpes. BeomGyu lo había vivido con él durante mucho tiempo y gracias a eso había aprendido que hacer cuando se sentía mal.

Pero SooBin había sido tan dulce, por primera vez en varios años se había sentido sonrojado ante aquel acto y la dulzura de su voz. Y cuando lo llamó bonita había conseguido que su corazón se sintiera tan cálido como la primera vez que BeomGyu lo había hecho.

YeonJun era muy niño cuando se había dado cuenta que era distinto a otros niños. Él recordaba bien como se había dado cuenta.

Todo había iniciado cuando tenía 4 años y estaba paseando con su mamá mientras compraban cosas. Siempre le gustaba acompañarla al supermercado ya que podía subirse al carrito y pasear sus manos por algunos mostradores. Ya habían terminado de hacer las compras y estaban regresando a casa cuando los ojitos del niño fueron llamados por algo especial. Se detuvo repentinamente, soltando el pantalón de su madre y parándose completamente recto frente al vidrio.

La mayor lo notó de forma inmediata y se paró junto a él, algo extrañada ante sus acciones.

— ¿Qué sucede, cariño? — preguntó la mayor.

YeonJun volteó a verla y señaló hacia enfrente con una enorme sonrisa.

— Es bonito — murmuró con su vocecita infantil —, ¿Me lo compras?

La mujer miró lo que su hijo señalaba y abrió los ojos con sorpresa al notar que era: frente a ellos había un vestido rosado, que claramente pertenecía a una línea infantil debido al su corte; era bastante largo, de mangas completas y amplias, además de un cuello cerrado.

— Si que es bonito — aseguró la mayor —, ¿Qué tal si venimos después por él?

YeonJun nunca fue berrinchudo, por lo que asintió velozmente antes de volver a poner su mano sobre el pantalón de la mayor y agarrarse para poder caminar junto a ella. No volvieron a hablar del tema hasta unos días después, cuando su padre regreso con algunas bolsas en las manos.

— Tengo algo especial para mis dos bonitos niños — mencionó el adulto, dándole una bolsa a cada uno de los pequeños.

BeomGyu fue el primero en abrirlo: había recibido un bonito peluche que era una mezcla extraña entre un gato y un unicornio, el niño lo abrazó con fuerza y no lo soltó ni para ir a cepillarse los dientes.

YeonJun también abrió con emoción su regalo y soltó un pequeño grito al mirarlo.

— ¡Es mi vestido! — festejó el niño, abrazando la prenda contra su pecho —, ¡Es muy bonito!, ¡Gracias!

Ambos mayores sonrieron ante la reacción del niño, los dos habían hablado y llegado a la conclusión de que un vestido no era malo para YeonJun si él lo quería, deseaban ser buenos padres y darle libertad a ambos pequeños de sentirse cómodos y experimentar cosas adecuadas para su edad.

YeonJun Nonna [SooJun]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang