﹙★﹚ Jung Hoseok desde pequeño es considerado un Omega perfecto por lo que él ha decidido que se merece también a un alfa perfecto, aunque esta búsqueda parece demasiado imposible, en especial cuando un espeso vecino salvaje se cruza en su camino.
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ⓘ Este capítulo contiene contenido adulto (🔞)
Cuando llegaron al lago, Yoongi dejó las luces de la furgoneta encendidas en dirección a la orilla y aparcó lo más cerca posible de ésta. Sin esperar a ver lo que hacía Hoseok, se quitó toda la ropa excepto los calzoncillos y salió corriendo hasta zambullirse de cabeza en el agua.
Hoseok, por su parte, se quitó la ropa lentamente, doblándola en el asiento delantero, hasta quedarse en ropa interior y probar despacio el agua con un pie antes de retirarse y comentar.
—¡Dios, está helada!
—¡No me seas gallina! —retó Yoongi antes de darse la vuelta y verlo en ropa interior.
Luego quedó mudo.
Hoseok llevaba ropa interior de encaje negro.
En topless mientras el frío excitaba sus duros pezones destacándolos. En esos momentos a Yoongi casi se le cae la baba por las ganas que tenía de volver a probar el sabor de su cuerpo, pero se contuvo y siguió observando la gran tentación que se hallaba al alcance de su mano. Sus braguitas eran un culotte de lo más sexy que se ajustaba maravillosamente a su lindo trasero.
Y mientras el Omega se introducía poco a poco en el agua mojando su exuberante cuerpo, Yoongi hacía lo posible por evitar abalanzarse sobre él, con una erección que era insensible al agua helada y que se hacía más grande a cada paso que daba Hoseok hacia él.
Yoongi se alejó nadando como un loco cuando el Omega estuvo a su lado, para evitar la tentación.
«¿Quién demonios se cree? ¿Una malagua?», pensó Hoseok mientras nadaba despacio disfrutando del agua y flotando plácidamente boca arriba con el cuerpo relajado. En ese momento vio por el rabillo del ojo como Yoongi se hundía una y otra vez y nadaba con dificultad; se acercó a él seguro de que necesitaba su ayuda, pero cada vez que se acercaba el alfa se alejaba, hundiéndose más en el agua.
—¡Te quieres estar quieto idiota, que te vas a ahogar! —gritó finalmente Hoseok enfadado, y Yoongi reaccionó dejándolo hacer.
Cuando llegaron a la orilla, Hoseok lo ayudó a tumbarse sobre una toalla que había colocado en el suelo.
—Un calambre —comentó Yoongi dolorido mientras se agarraba la pierna.
—Deja que te dé un masaje —propuso Hoseok a la vez que acariciaba suavemente su pierna dolorida.
—No creo que sea la mejor idea —explicó Yoongi, pero seguidamente se tumbó en la toalla.