Capítulo 6

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La noche más esperada había llegado.

Y ninguna pensó que eso ocurriría.

Al levantarse, Jennie tomó una ducha y dejó en la mesita de luz una nota para su amante. Lisa leyó que estaría en una reunión urgente con su agente y algo de negocios que le daría dolor de cabeza.

Se preparó un desayuno rápido, aunque no tenía mucha prisa. Se quedó limpiando un poco el departamento y hablando con la novia de Haein, Jisoo, con quien logró formar una linda amistad. Todavía Haein le pedía que tocara en su bar, sin embargo se negaba riendo al escuchar que, según las palabras de la novia del chico, se arrepentiría de eso.

Así que salió a almorzar con Jisoo, quien le dijo que Haein estaba con Jennie, ya que siempre se ponía un poco nerviosa con esas reuniones llenas de hombres que sólo pensaban en cuanto ganarían.

Fue de compras. Se compró un vestido para la noche, maquillaje nuevo, y hasta unos aretes que le gustaron de una vidriera.

Su tarde siguió pasando, con Jennie escribiéndole que la vería en la exposición. Tenía mucho trabajo.

Lisa no quería pensarlo mucho, pero una extraña sensación se apoderó de ella horas antes del momento tan esperado.

Mina había hablado con ella también. Una chica que trabajaba en el bar también, sólo que estaba en el área de bebidas. La chica no era tan conformista como ella, de hecho siempre bromeaba con que dejaría el trabajo pronto porque le pagaban demasiado poco. Esa noche le confirmó que iría con ella a ver la exposición de Jennie.

Se vistieron juntas, arreglándose mutuamente, viendo cuál delineador quedaba mejor, cuál rubor combinaba con su vestido y hasta que peinado quedaría bien. Jennie era fanática de su cabello suelto y natural, especialmente cuando a este se le formaban pequeñas ondas por lo que Lisa decidió dejarlo así.

El pequeño auto de Mina no era el mejor, pero las logró llevar hasta la galería.

Había mucha gente, algunos con ropas caras y admiración falsa. Los cuadros estaban tapados, y Lisa encontró el principal en un pequeño escenario. Ella sabía que ese era especial, el suyo.

Con el tiempo corriendo, Jennie llegó al lugar. Estaba vestida muy elegante pero todavía conservaba su estilo urbano. Sonrió en grande al ver a su novia entre la gente, quería correr a ella pero debía presentar la colección primero. Así que se subió y llamó la atención de la gente.

—Muchas gracias por venir esta noche, estoy muy agradecida por su participación e interés. Sobre todo porque he oído que algunos vienen desde otras ciudades y eso me alegra.

Lisa no dejaba de mirarla, impresionada de que esa fuera su novia, de que esa hermosa mujer pintora y dueña de esos cuadros que aún no se habían revelado, fuera la que la noche anterior le dijo que la amaba.

—Cuando comencé está colección, no tenía idea de lo que quería lograr; pero, en definitiva, cuando conocí a mi musa todo cambio. Ella sólo estaba tocando en ese horrible bar y aún así logró tocar una parte de mi alma que jamás nadie había podido.

» Con el paso del tiempo, conociéndola y hablando, entendí que ella era mi destino. Yo buscaba inspiración y encontré amor. Encontré a una mujer que podía amarme y que yo podía amar. Y me enamoré tanto.

» Me enamoré de sus pequeñas partes. Me enamoré de su risa, de sus ojos, de su cabello, de sus manías, de sus gustos, de sus expresiones. Me enamoré de su valentía, me enamoré de sus errores, me enamoré de sus virtudes.

» Me enamoré de su rostro al despertar, me enamoré de su voz cuando me calma, me enamoré de su forma de cocinar, me enamoré de su forma de caminar. Me enamoré tanto que la vida antes de ella no era nada. Y me enamoré tantas veces como la he visto y pensado. Siempre de ella. Porque Lalisa Manobal me enseñó que amar es el más hermoso de las artes. El arte de amar es único.

» Así que aquí se los presento, "Love" demuestra el arte de amarla, el arte de enamorarse todos los días.

Las telas fueron quitadas una a una por diferentes asistentes Y Lisa, quien tenía muchas ganas de ver las pinturas, se quedó boquiabierta.

La pintura principal era ella, ella sentada en una silla con manchas de pintura por su cuerpo. La pintura la mostraba como sí de una diosa se tratara. Como sí no existiera nada más hermoso que ella.

Y el resto de pinturas seguían siendo ella. Lisa bailando, Lisa cantando, Lisa durmiendo, Lisa enojada, Lisa. Sólo Lalisa Manobal.

Cuando se encontró con su amada, Jennie recibió el abrazo más sincero y especial que alguna vez le dieron, recibiendo también en su boca miles de besitos que la hacían sonreír.

Lisa quería llorar, quería decirle tantas cosas pero no encontraba la forma adecuada.

—Te amo mucho —dijo en su lugar, sintiendo como sus ojos picaban cada vez más—. Te amo, te amo.

—Siempre me alegro de escucharlo, ¿debería decirlo también?

—Siempre es una alegría escucharlo.

—Te…

Pero el lugar pareció rebotar, la gente gritó y todos se movían a gran velocidad.

La policía entró corriendo, parecía estar detrás de alguien. Cuando Jennie miró hacia su costado, rápidamente sintió unos brazos fuertes moverla de lugar y usarla como escudo.

Ni siquiera podía respirar o decir algo.

—¡Suelte a la civil! —gritó un policía con su arma preparada.

Y fue cuando Jennie lo sintió, un objeto duro y pesado pegarse en su sien.

—¡Déjeme ir! —respondió el hombre que estaba detrás de su espaldas.

—¡Maldita sea, no tienes ninguna escapatoria!

Pronto, Lisa era arrastrada hacia atrás. Un círculo de policías estaba rodeando al hombre y a Jennie.

Y luego todo se volvió confuso.

Dos disparos, dos cuerpos cayendo a la vez.

Lisa recuerda haber gritado, recuerda que pronto quería correr hacia adelante pero Mina la sostuvo. Recuerda que los policías se acercaron rápidamente a ambos cuerpos, recuerda que alguien gritó que llamen a una ambulancia.

Recuerda tanto, en especial como Jennie giró su cabeza en dirección a ella, como pensaba decir unas palabras y de pronto, sus ojos, que alguna vez estuvieron llenos de vida, se apagaron.

El amor es trágico, al igual que el arte.

Body paint - JenlisaWhere stories live. Discover now