¡𝐍𝐨 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐚𝐥𝐟𝐚! [𝐋.𝐒]

𝐎𝟒

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El fin de semana había llegado y Harry estaba muriéndose de los nervios, había llegado diez minutos antes al lugar en donde acordaron verse, Stephen aún no llegaba pero no estaba preocupado por eso, estaba preocupado por Louis.

¿Realmente todo saldría bien como lo planearon?

Le dijo a Louis que tenía que actuar como todo un mandón, arrogante y atrevido omega, pero no estaba tan seguro de todo eso, siempre había sido lindo, tranquilo y muy amargado algunas veces.

—Harry —el rizado alzó la mirada al escuchar una voz que lo llamaba, sonrió enternecido cuando vio al pequeño omega de cabello rojo mostrando una sonrisa tan radiante que lo hizo sentir tranquilo.

—Stephen, que bueno que estés aquí —le sonrió acercándose al pelirrojo y dejando un beso en su mejilla.

—No me lo perdería por nada, estoy emocionado por conocer a tu ex esposo —le sonrió. Era verdad, el pelirrojo estaba entusiasmado, principalmente porque quería pedirle una disculpa al omega por haberse acostado con su esposo.

Stephen era un sol, le gustaba hacer amistades y conocer personas, era un omega muy lindo y divertido, le gustaba socializar con cualquier persona. Sí, sentía pena y un poco de miedo por conocer a aquel omega, pero también sentía mucha curiosidad.

El pelirrojo enfocó su mirada en el alfa frente a él, observó lo nervioso que estaba, porque restregaba sus manos en la tela de su pantalón y porque su aroma lo delataba.

—¿Estas bien? —preguntó algo preocupado— Harry.

—S-sí, es que él me pone muy nervioso, ya sabes, tantos maltratos me han dejado traumatizado —le dijo, su voz se escuchaba extraña y la verdad era que sentía miedo, Louis se había retrasado.

¿Y si se arrepentía y lo dejaba ahí? ¿y si ya nada salía como él quería? ¿debería comenzar a asustarse?

—Tranquilo, todo saldrá bien —Stephen le dijo, tratando de hacer que se calmara— ¿Y como es él?

—Él es, ya sabes, es pequeño y omega... —no sabía ni que decirle, estaba en blanco en esos momentos, sobre todo porque la pequeña mentira le estaba costando tanto, ni él sabía lo difícil que podría ser mentir y si Stephen se enteraba, efectivamente lo odiaría.

Stephen lanzó una risita por la descripción tan tonta del mayor desvió su mirada hasta la puerta de aquel lujoso lugar y entonces, todo pareció iluminarse. El pelirrojo omega abrió de par en par sus ojitos y su boca se abrió levemente impresionado.

—¿Es él?

—¿Quién? —rápidamente volteó su mirada hasta toparse con aquel omega.

Pero, ¿qué estaban viendo sus ojos?

Suspiros y más suspiros se escuchaban en aquel lugar, a cada paso que daba lograba llamar la atención de todos en aquel lujoso restaurante, su cabello ahora estaba más corto, movía sus caderas de una manera sensual pero nada exagerado, traía unos pantalones de cuero negro, los cuales se adherían a la perfección a sus tonificadas piernas, una playera Gucci de color blanco y un chaleco negro con pedrería lujosa de color rosa, lo cual lograba resaltar todo de él.

Y por supuesto, unos delgados lentes de color rosa pálido.

Todo de él logró llamar la atención de aquel lugar, alfas y omegas, dispuestos a admirarlo demás, chiflando y diciéndole lo hermoso que se veía y Louis solo le sonreía.

—Eso creo —murmuró ante lo que Stephen le había preguntado, por un momento olvido lo que estaba haciendo y a lo que habían venido, pero es que, Louis se veía tan malditamente bien.

—Harry Styles —exclamó, fingiendo sorpresa y felicidad por ver a aquel chico ahí, el alfa se levantó de su lugar tratando de actuar normal.

Stephen sonreía, porque la verdad estaba impresionado, aquel omega se veía demasiado provocativo y adorable, jamás había conocido a alguien que logrará lucir de ambas formas. Y olía tan bien.

—Louis, te presento a Stephen, Stephen Clark —los presentó, el pelirrojo le sonrió tendiendo su mano, Louis sonrió feliz y correspondió su saludo.

—Stephen Clark, por supuesto, Harry me ha hablado mucho de ti —su voz salió un poco arrogante y chillona, estaba tratando de dar su mejor esfuerzo, pero nunca había sido bueno fingiendo algo.

—¿En serio? Él también me ha hablado mucho de ti —dijo amablemente, pero era claro que no le diría que el mayor le contaba las atrocidades que le hacía.

—Seguramente cosas muy buenas —dijo mirando al alfa, quien le sonrió apenado.

Cuando se sentaron y compartieron un buen momento entre anécdotas, risas y buena comida, Harry supo que estuvo en lo correcto al escoger a Louis como su secuaz para este plan, y le estaba eternamente agradecido.

—Y dime, Stephen, ¿es cierto que Harry y tú ya se acostaron?

Si, sabía que todo iba demasiado normal como para ser verdad.

El pelirrojo sintió ahogarse cuando escuchó a Louis mencionar aquello, se puso nervioso y pudo notarlo, la situación se estaba tornando divertida y además, quería bromear un rato.

—Yo, lo siento mucho. No tenía ni idea, y de verdad lo siento.

—¡Ah! Stephen, tranquilo, él y yo ya no tenemos nada, además me sorprende que todavía le funcione —sonrió al decir aquello, tal vez estaba jugando con fuego, puesto que al ver el rostro del alfa supo que lo estaba incitando a jugar— Ya sabes, porque tiene un problema diminuto —murmuró por lo bajó, pero demasiado audible para ambos chicos en la mesa.

—¿Un problema? —Stephen estaba confundido, pero aún así supo más o menos a lo que Louis se refería.

—Si, ya sabes, D.E —dijo dándole una rápida mirada al alfa a su lado, el cual parecía querer asesinarlo con la mirada— Disfunción eréctil —murmuró al ver el rostro de confusión en el omega.

—Ah, bueno —Stephen rió un poco, le pareció divertida la situación, Harry le lanzaba miradas a Louis y este le sonreía divertido.

Si sus padres hubieran sido así cuando se divorciaron, todo hubiera sido diferente. Stephen comprendió que al menos, aunque ellos dos ya no estuvieran juntos como esposos, pudo observar demasiado bien la conexión que ambos tenían.

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