Zān XL

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Cregan permanecía firme mirando al cielo, no estaban lo suficientemente cerca de Kings Landing para que Aegon no pudiera quemarlos, por lo que seguían en peligro.

Según sabía, no había Targaryen libres, sus promesas eran a muertos probablemente, pero hasta su muerte las cumpliría.

Los soldados de los Arryn tenían dudas, Cregan podía notarlo, pero eran leales y avanzaban junto al ejército del Norte.

No había planes de batalla, solo llegar y pasar los muros. Si estaban ahí, ya no había forma de perder.
Si lograban llegar debían pasar los muros rápido, antes de que los dragones los alcanzaran.
Si entraban a Kings Landing, la victoria era suya.

En Kings Landing, Aegon comenzaba a desesperarse, pues nadie de los prisioneros le decía dónde estaba Cregan y su ejército y sabía lo que significaba.

- Majestad...- Llamo Cole.- O no lo saben, o deberá probar métodos más eficientes.- Tenia razón, pues había torturado a Daemon por horas y antes a Jacaerys, pero seguía sin obtener respuestas.

- Llevenlos al dragonspit.- Ordenó saliendo.

- Ya oyeron, llevenlos.- Entre los guardias los empezaron a llevar.

El más problemático era Jacaerys, a quien llevaban entre 4. Daemon no podía hacer mucho, pues le quitaron sus extrañas piernas.

Ahí en el dragonspit ya estaban Aegon y Viserys. También Helaena y Daeron, ambos esperando justicia por Aemond y Otto.

Sunfyre estaba ahí, con heridas leves causadas por Meleys y Seasmoke. Aún no sabian quien era su jinete, pero pensaban que una semilla de dragón.

- Qué hacemos, Majestad?- Pregunto Cole, Rhaenyra lo miraba con una media sonrisa que lo estaba volviendo loco.

Rhaenys, Baela y Corlys también aparecieron, pero como si fueran parte de los verdes.

Aegon y Viserys eran sostenidos por guardias, junto a Joffrey y Jacaerys.

- Traigan al príncipe Daemon.- Dijo el supuesto Rey.

Rhaenyra y Daemon se miraron una última vez. No hubo tiempo de besarse o abrazarse, solo se dieron una última mirada de amor como se enviaban antes de casarse.

Jace era sostenido por 3 guardias quienes con mucho esfuerzo lograban mantenerlo quieto.

- Majestad.- Dijo un hombre apareciendo de repente.- Tenemos la posición de Cregan.- Entonces si se había acabado, Rhaenyra lo sabía.

Helaena y Daeron se movieron con rapidez en dirección a sus dragones. Era hora de irse y acabar realmente con la guerra. Aegon también lo hizo, no había tiempo que perder.

Los tres dragones salieron del lugar y comenzaron a volar sobre Kings Landing. El dragón de tres cabezas... O los tres dragones de la misma cabeza...

Cregan vio Kings Landing a lo lejos, pero tres dragones se acercaban y era obvio que no había vuelta atrás.
Aegon no le pediría lealtad, sino que quemaría a todos.

- Por la Reina Rhaenyra!- Grito Cregan recordando a la mujer de su vida, pensando en su sonrisa y sus ojos, tal debió darle un beso más largo la última vez que la vio.

Sus soldados, leales, gritaron lo mismo, los 30 mil hombres corearon el nombre de la enemiga de Aegon y eso enfureció a los tres jinetes.
Helaena iba a dar la orden, pero fue imposible.

El rugido de un dragón los hizo alzar la vista. Una dragón blanca conocida para todos aparecía frente a ellos, lanzadoles fuego.

Aegon lo esquivo como pudo, pero Helaena se lanzó al ataque, sin notar que el pequeño dragón de su hermano menor y el eran arrastrados a tierra por Maraxes.

D Y N A S T Y (Lucerys Velaryon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora