Capítulo 8: Pacto

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"Odio las fiestas"

Melly suspiró y apartó la mirada de la bulliciosa multitud que danzaba a su alrededor. Murmuró para sí misma, ajena al hecho de que Andrew estaba parado a su lado.

—Podrías dejar de lucir tan aburrida —le dijo Andrew con una sonrisa irónica.

Ella observó a Andrew, quien le había pedido que se pusiera una peluca rubia para no ser reconocida. El murmullo de la gente que bailaba en la pista se entremezclaba con el suave tintineo de sus pasos. Miró a su alrededor y vio a personas elegantemente vestidas, sonriendo sin cesar.

—¿Por qué tengo que quedarme aquí? —dijo mientras observaba la pista de baile.

—Porque eres mujer y no te permitirán entrar —respondió Andrew con desdén.

Ella chasqueó la lengua.

Andrew abandonó el salón de baile y mi corazón se detuvo cuando noté al cazador fijando su mirada en mí, a pesar de la peluca rubia que intentaba ocultar mi identidad. Mi mente trabajaba a toda velocidad, buscando una salida, una forma de evitar ser capturada. Intenté mezclarme entre la multitud, pero sentía sus ojos sobre mí, como si disfrutara del espectáculo que presenciaba. Una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro, mientras la tensión se apoderaba de mí.

Una pequeña y centelleante luz apareció en el centro de la habitación. Todos los presentes se detuvieron en seco, fascinados al ver cómo la luz ascendía lentamente en el aire, llenando el espacio con su resplandor dorado. Las luces destellaban y se retorcían, dibujando formas extrañas en el aire. Grité.

—¡Al suelo!

El caos se apoderó del lugar. Ahora me encontraba frente al cazador.

Él se acercó sin titubear, pero yo retrocedí instintivamente. Él se detuvo bruscamente, desconcertado por mi reacción, y luego intentó acercarse de nuevo. Pero una vez más, retrocedí.

—¿Por qué me temes tanto? —preguntó Gideon con una sonrisa burlona—. Oh, ya lo recuerdo. ¿Es porque soy un cazador?

Ahora estábamos frente a él proponiéndonos un pacto de sangre.

—¿Por qué están aquí justo en el momento en que iban a asesinar al rey? —inquirió Gideon, desconfiado.

—¿Acaso eres ciego y sordo? —respondió Andrew, frustrado—. ¿No viste cuando salvé al rey?

—Bien —dijo Gideon, torciendo la boca—. Aun así, sigues siendo sospechoso.

—Entonces, me quedaré aquí y esperaré a ser arrestado —amenazó Andrew.

—¡Ya es suficiente! —intervino Melly—. Debemos ayudarnos mutuamente y resolver esta situación.

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Fui la primera en proponer que trabajáramos juntos, pero nunca imaginé que la situación se complicaría de esta manera.

—Formaremos equipos de a dos —dijo Gideon, con un tono de liderazgo—. Yo iré con la bruja y Oliver irá con el brujo.

Un incómodo silencio se instaló en el ambiente.

—¿Crees que te permitiré ir con Melly? No confiamos en ustedes —declaró Andrew, enfadado.

—¿Por qué la proteges tanto? ¿Tienes celos? —inquirió Gideon con una sonrisa divertida.

Una vez más, el silencio incómodo se apoderó del lugar.

—Bueno, es comprensible —dijo Andrew con confianza—. Después de todo, estamos comprometidos.

"Yo dije que no quería casarme contigo"

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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