CAPÍTULO 31

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—Oh, oh —exclamó Julen de pronto desde la cabina.

—Oh, oh, ¿qué? —Eric se acercó a la ventanilla frunciendo el ceño, tratando de ver lo que sucedía delante de ellos.

Habían cruzado toda Suecia en un solo día, sin descanso y a la máxima velocidad que esos vehículos permitían; ni siquiera habían parado a dormir, iban relevándose para descansar y seguir conduciendo. No había posibilidad de perder ni un segundo de su tiempo, cuanto más tardasen en llegar, más Renegados podían ser trasladados a las Fuerzas Naturales, y entonces no habría posibilidad alguna de sacarlos de allí.

No habría posibilidad alguna de sacar a Aria y a Maitane de allí.

El crepúsculo había caído sobre ellos como un manto negro e inesperado que les dificultaba la travesía. Que no hubiese tráfico había hecho que atravesar Suecia no se hiciese tan largo, aunque las carreteras estaban deterioradas y en algunas partes Julen se vio obligado a reducir la velocidad para atravesarlas. Ya se había cabreado bastante, maldiciendo por lo bajo palabras malsonantes en francés. Tampoco se habían cruzado con ningún furgón del Escuadrón Fugitivo, por lo que habían tenido un viaje relativamente tranquilo.

—Tenemos problemas. —Julen señaló con el mentón la moto de Argus a lo lejos, que se detenía frente a una furgoneta blindada de color negro—. Genial, ahora no llegaremos nunca.

—Detén la furgoneta. —Eric mantenía la mirada fija en Argus, con el ceño fruncido.

Julen obedeció. Ian se acercó a él y observó en su misma dirección.

—¿Vamos a salir? —preguntó con voz inexpresiva.

Eric se volvió hacia él. Ian miraba a través del parabrisas con los ojos entrecerrados, como si estuviese analizando la situación y todos los resultados posibles.

—No se abandona a un miembro del comando. —Eric cogió una recortada del montón de armas y la cargó, lista para ser disparada.

—Por fin. —Heather dio una palmada, sonriendo—. Ya estaba comenzando a aburrirme de tanto viaje. Vayamos a por un poco de acción.

Abrió la puerta de la furgoneta y saltó al exterior.

—¡Heather, espera! —Eric estiró la mano para agarrarle el brazo, pero sus dedos solo se cernieron entorno al aire.

Ian observó cómo se dirigía hacia donde Argus había frenado la moto, ladeando la cabeza.

—Vigila la furgoneta. —Julen asintió y Eric, tras soltar un suspiro exasperado, salió al exterior con el arma en la mano.

Ian saltó del vehículo en pos de Eric y se acercaron a Heather de forma sigilosa; sus pisadas casi no emitían sonido alguno, como si se deslizase por el aire. Se dirigían sigilosamente hacia Argus; la carretera giraba hacia la izquierda haciendo una elipse muy pronunciada, gracias a eso y a los árboles que crecían en la linde de la carretera, la furgoneta y el resto del comité quedaban ocultos de Argus y la furgoneta del Escuadrón Fugitivo. Ellos podían verlos a través de la espesura del bosque, pero Argus y los soldados no, a no ser que prestaran especial atención, lo cual no parecía suceder.

Ian y Heather siguieron por la carretera, escogiendo el camino largo, mientras que los pocos Renegados que habían bajado de sus vehículos, liderados por Eric, atravesaban el bosque en línea recta hasta el punto donde la furgoneta y Argus estaban parados. Antes de doblar la curva, Ian se volvió hacia Heather.

—Prepara el arma.

—Pero... —trató de protestar, pero él la acalló elevando una mano.

—No hay peros. —Ian lanzó una mirada a su espalda para asegurarse de que no los veían—. El Escuadrón Fugitivo no debe saber que vamos hacia allí. Hay que acabar con este furgón de manera silenciosa, no podemos armar un escándalo.

Fuerza (Saga Renegados #1) [YA EN FÍSICO]Where stories live. Discover now