Pensamientos

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Yuta no se atrevía a tocar el tema otra vez. Había dejado pasar un mes desde la conversación.
Toge por su parte no quería saber si realmente le gustaba otro hombre o simplemente lo despisto y le gustaba Rika, pero algo de eso no tenía sentido. ¿Por qué Yuta le ocultaría su amor por Rika? ¿Acaso su mejor amigo se había dado cuenta de sus sentimientos y no quería lastimarlo? Toge estaba entrando en un colapso mental.
—Toge —llamo Yuta.
—Dime.
—¿Como uso esta cosa luminosa?
—¿Te estas refiriendo a los celulares?
—Esas cosas. Todos mis amigos ya lo saben usar. ¿Me enseñas?
Después de que Toge le enseñara lo básico Yuta, este estaba muy feliz.
—Ahora podre mandarte fotos desde el cielo nocturno cuando salga a volar.
—Eso suena genial —se emociono Inumaki.
—Es muy interesante como va evolucionando la tecnología.
—Todo va avanzando —aclaro Toge.
—Excepto yo —exclamo Yuta con una tristeza que ni siquiera al despistado de Toge le pasó desapercibida—me quedare de dieciocho años por siempre. Te vere tener hijos, nietos y luego dejarme solo por siempre.
Yuta estaba con el corazón y el estomago hechos pedazos. No quería eso, por todos los vampiros del mundo que no quería, pero... ¿Qué podría hacer? Toge no lo amaba, lo veía como su mejor amigo y nada más, jamás dejaría que lo convirtiera en un monstruo para pasar toda la eternidad con su mejor amigo. No debería hacerse ilusiones, eso era hasta grosero.
Inumaki quería decirle que lo amaba, que si él se lo pedía pasaría por cualquier tormento y dolor por él. Que, si le lo pide, Toge pasaría eternamente con Yuta. Pero desgraciadamente otro sería el afortunado o la afortunada en este caso Rika.
—Pero estarás con el chico que amas —le recordó Toge.
—Oh.
—¿Paso algo?
—No solo vete a dormir, mañana tienes clases con esas matemáticas.
—No hables como si fueran señoras jaja son solo números, la asignatura se llama así.
—Bueno, a dormir pequeño, no quiero que me culpes por tu mal despertar en las mañanas
—Gran parte de eso es tu culpa.
—Tu eres el que le gusta conversar.
—y a ti seguirme.
—Buenas noches Toge. Mi querido Toge —susurro la última frase. Como un cobarde, sabiendo que Inumaki no lo escucharía.
—Buenas noches Yuta.
Esa noche Yuta no fue a cazar. Se quedo contemplando el sueño de su amado humano, tan pequeño y travieso. Realmente estaba en serios problemas. No sabía cómo dejaría de estar enamorado de alguien tan especial.

Un par de tontos EnamoradosTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon