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Me levanté de la cama para caminar entre dormía hacia el baño, eran las seis de la mañana y mis clases comenzaban a las ocho, tenía que despertarme bien, desayunar, darle de comer a Duko y más. Bueno, mientras me baño y esas cosas me presentaré.
Soy Tamara, tengo 15 años, tengo un hermano menor llamado Sebastián quien tiene 13 años y mis padres son Samantha Huidobro una increíble y gran abogada, mi padre Diego García un Doctor. nací en Pudahuel Sur en dónde viví hasta los once años y actualmente vivo en Santiago
En el liceo soy casi la invisible, dijo casi por qué ahí todos me conocen, por un pequeño accidente que ocurrió hace un año y por mis padres.
Mi mejor y única amiga es Constanza, ella a sido la única amiga que he tenido desde que ingresé al Liceo, según lo que me ha dicho ella tiene un hermano, creo, no es que no sepa mucho de ella si no que nunca me ha importado saber sobre la vida privada de los demás.
Bueno volviendo al presente. Me termine de duchar para luego salir con mi bata color gris y una toalla en mi cabello la cual era color blanco, me dirigí al armario por mi uniforme, odiaba el uniforme pero aún así agradecía el hecho de seguir utilizando o si no estaría toda una mañana escogiendo un lindo y presentable outfit.
Luego de cambiarme fui al baño para luego buscar el secador y comenzar a secar mi cabello, me hice unas pequeñas ondas en mi cabello con el lizador de pelo. Me arregle un poco para luego salir del baño, me acerque al mueble en dónde tenía la mochila y terminé de guardar lo que me quedaba sobre el escritorio.
Salí de la habitación (con la mochila en mano) para comenzar a caminar por los pasillos hasta encontrarme con mi hermano, Sebastián.
— Buenos días, Tamitata — Rió el menor mientras guardaba unos ¿Chocolates?. ¿Que mirai?
— ¿Que teni ahi? — pregunte para acercarme a él. Habla ya rata de dos patas
— no tengo nada — respondió de forma inocente.
— Sebaaaaa, dimeee — lo mire para hacer un intento de chica tierna, cosa que no va conmigo. Sé que son chocolates
— Yao, si son chocolates — menciono. Son para una chica — agrego con un ligero sonrojo.
Iba a gritar de la emoción pero sabía que mis padres se molestarian, claro si es que estaban en casa.
— ¿La conozco? — pregunte emocionada.
— No, es nueva en el curso
— ouh, bueno ya que — dije para comenzar a caminar escaleras abajo.
— YaYaaa — grito bajo, Sebastián.
— ¿Que sucede Sebita?
— nuestros padres, ¿Estan? — preguntó.
— el señor Diego ya se fue y su madre la señora Samantha dijo que trabajaría desde casa — mencionó la mujer. Se encuentra en el comedor, esperándolos
