VI

7.3K 564 75
                                    

Caminaste hasta una pequeña colina, la cual estaba alado del estanque, este estaba decorado con plantas acuáticas y algunas luciérnagas junto a otros animalitos voladores que paracian tranquilas ante la oscuridad brindada por los altos árboles.

Miraste al garañon de reojo, este parecía estar embobado ante el paisaje, aunque regreso su mirada hacia ti, reiste ante eso ya que aunque sabias que quizás aquel corcel se sentía dominanate al estar apunto de montarte tu tenias algo más de ventaja: la seducción.

La seducción era algo esencial entre caballos, normalmente los machos buscaban que las hembras le dieran la aprobación, pero en algunos casos la hembra buscaba la aprobación de los machos, aunque en este caso el macho buscaba la aprobación del otro macho.

Mirabas de reojo como aquel garañon paracia interesado en estar cerca de ti pero te movias de un lado a otro sin dejar que su cara se acercara demasiado a cola, la cual se movía de un lado a otro dejando ver tu entrada o pegándole en su nariz para que dejara de ser tan insistente.

En este momento de la seducción actuabas bastante digno, sin dejar que el garañon se acercase demasiado pero dándole señal de que lo hiciera, era bastante confuso y odabas tomar la actitud de una yegua en celo buscando un buen macho para tener potrillos pero no te molestaba actuar de esa manera.

Lluvia te había enseñado a como seducir, pero siendo completamente sincero, no sabias casi nada sobre eso, era más fácil que dieras a luz a un potrillo a que supieras seducir de manera correcta.

-¿Vas a dejarte o solo vas a hacerte el difícil?- Dijo aquel garañon, su voz se volvió más ronca que de costumbre mientras rascaba la hierba con su pata delantera en una clara señal de impotencia, tenía su mirada clavada en ti, al momento en el que bajo su cabeza moviendola su mirada quedaro más dominante al verte desde abajo.

Un escalofrío recorrió tu cuerpo mientras lo mirabas de reojo, aún así dejaste que este se acercara unos pasos más a ti, pero aún así querías que aquel corcel intentara

-¿Dificil? No sabes convencer a un semental- Moviste un poco tu cabeza, haciendo que tu crin quedará al otro lado del cuello mientras movias tu cola rozandola con el mentón del mayor.

-Tampoco eres tan fácil de seducir, querés que hagamos círculos como la típica seducción- Dijo mientras rodaba los ojos y se trataba de acercar sigilosamente-. No seas tan aburrido.

Sentiste como este metía su cara entre tus patas, quedando con tu cola tapando un poco sus ojos pero dándole vista hacia lo que esta tapaba, solo te dejaste mientras bajabas un poco la cabeza tratando de verlo.

No era necesario que aquel corcel te sedujera porque ya lo había hecho desde el primer día en el que tus ojos se toparon con los suyos, cuando demostró ser bueno con algunos dos piernas mientras trataba de adaptarse.

Eso era, una flor tratando de adaptarse a una maceta, una flor que fue arrancada de la tierra libre para ser puesto en un lugar donde había bardas, era horrible la adaptación pero quizás se adapte o quiera ser libre, había otra opción pero era la más dolorosa y no querías pensar en esta.

La flor que no se llega a adoptar a su nuevo ambiente muere, era cruda pero verdad aquello.

-No necesito que me seduzca cuando sabes que me dejaré- Dijiste, honesto ya que no valía la pena ocultar la realidad, estabas lo suficiente caliente como para decir cosas vergonzosas y arrepentirte después-. Es mejor que empieces o fingir demencia sobre los acontecimientos que suceden entra nosotros.

La pequeña risa que el garañon hizo que te sintieras un poco apenado, pero no lo aceptarías en voz alta, ni siquiera tu postura cambio esta seguía de la misma manera mientras sentías como el corcel lamia tus partes.

Entre dos rebeldes [Spirit y Male Lector]Where stories live. Discover now