Laws are there to be broken

4- Denegado

Piper se dirigió al tocador para evitar cruzarse con Cal y que la viera en ese estado deplorable. Estaba segura que le daría un sermón y le advertiria sobre la imagen que estaba dando al público. Y la realidad no estaba muy alejada, Cal le recriminaria su estado con toda la razón, después de todo..¿quién se emborrachaba un día de semana en pleno horario laboral? Solo una persona con muchos problemas y sin la capacidad de enfrentarlos. En ese momento la mujer se sentía completamente desbordada, perdida en montañas de trabajo, y sin vistas a resolver el caso aunque lo quisiera negar.

El caso con el cual venía trabajando hacía varios días la tenía cansada, y la aparición repentina de Stella en su ámbito laboral la tenía más que preocupada. A Piper para nada le gustaba que los empleados hablaran a sus espaldas con quien salía o con quien pasaba la noche, y la actitud insistente de la otra mujer ponía el foco justo en ese aspecto.

Eso, sumado a que Pipier venía con varias cosas en la cabeza últimamente, no lograba pensar con claridad. En el fondo de sus pensamientos tambien estaba Nicky con su pedido. Normalmente cedía, aunque renegaba a más no poder, y por una u otra cosa, terminaba haciendo lo que Nicky quería. Siempre era así. Pero esa vez no tenía fuerza de voluntad, y el caso que la preocupaba la tenía en vilo.

Su orgullo no la dejaba admitir que no podía con eso, y a decir verdad tenía miedo de enfrentar al buffet para decirlo en voz alta. Eso se debía a Larry Bloom, la persona más irritante del planeta que siempre competía con ella por todo.

El hombre era una persona intolerable, siempre hablando de sus logros, y en constante actitud de coqueteo con cada empleada que se cruzaba. Por supuesto que Piper no había sido la excepcion, el castaño había intentando ligar con ella en reiteradas oportunidades pero sin éxito, y la rubia detesto cada minuto frente a él.

Ese era una de las mayores razones por las que no quería llamar a una asamblea para dar un paso al costado, estaría admitiendo la derrota frente a Larry, quien tomaría la oportunidad para ganarle en algo. No lo aceptaba bajo ningún punto de vista.

Perdida en sus pensamientos, se dio cuenta que hablaba sola frente al espejo cuando la puerta del toalette se abrió dejando pasar a una madre con una niña. Ambas la vieron con el seño fruncido y se dirigieron al cubículo. Piper rodó los ojos y terminó por salir.

El establecimiento era imponente, muchos metros cuadrados llenos de pasillos, habitaciones y personal médico. Encontrar a su hermano era todo un reto, en algunas oportunidades estaba en un ala del hospital, con pacientes recién operados; otras se encontraba en control de pacientes en coma. Ese día la rubia no sabia con qué se iba a encontrar.

Paseo por el área de rehabilitación, en busca de Cal pero vio a lo lejos a su madre que hablaba con una enfermera y se detuvo en sus pasos. La otra mujer la vio a lo lejos que se detenía en el medio del pasillo pero no hizo gesto alguno, por lo que Piper sin más se dio media vuelta regresando por dónde había llegado.

No llegó a buscar bien en ese ala, y solo esperaba que Cal estuviera en el área de terapia. Después de unos minutos de dar vueltas por todo el hospital se acercó finalmente al lugar que quería. Traspasar aquella puerta qur dividia las areas comunes de terapia siempre le resultaba difícil, no sólo el olor característico que inundaba su nariz le hacía doler el estómago, sino que los rostros compungidos de los familiares en la sala de espera le hacía doler el cuerpo, y con ese dolor reafirmaba cada día porque no podría ser parte de eso.

Inhalo profundamente juntando valor para enfrentar poder enfrentar su realidad, y terminó por cruzar la puerta que la separaba de su hermano. Cuando doblo la esquina logro divisar al rubio, que se encontraba frente a una mujer alta con cabellos oscuros, gesticulando y hablándole. No era capaz de verla pero se imaginaba por lo que estaba pasando, nadie allí estaba bien, y menos que menos en el área de terapia.