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No estoy dispuesto a matar a nadie
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Solo tres pilares se quedaron con el patrón, que les entregó la carta que había llevado al límite a Tomioka. Un gruñido abandonó la garganta de cierto platinado cuando leyó lo que el mensaje decía, pasó el papel a su compañero para que se enterara por su cuenta. Iguro frunció el ceño, para luego mirar expectante al Ubuyashiki.
— Por eso se derrumbó. — Acepto Kagaya. — Y seguramente por eso es que decidió irse por su cuenta. Realmente espero que si lo acompañan, el riesgo de los niños disminuya.
— Está bien, patrón. — Muichiro no estaba dispuesto a quedarse sin hacer nada. — Seremos de ayuda.
El beta asintió. — Muchas gracias hijos míos, ya pueden irse. Sean veloces, o Giyuu partirá sin ustedes. — Así hicieron, aunque.. — Sanemi. — El alfa se detuvo a escuchar. — A pesar de todo la postura de Kyojuro es válida, por favor no busques pelea.
El usuario del viento suspiro. — Yo ya había tomado una decisión, pero esto cambia las cosas.
— Lo sé, solo ten cuidado. Lo que menos deseo es que Giyuu termine lastimado.
— No pasará, patrón. A mí sí me agradan los niños.
— ¿Maestro? — Mitsuri fue la única que se quedó con el alfa de cabello semejante al fuego, estando a su lado, percibió su inconformidad y confusión; parecía que incluso se le había quitado el hambre a pesar de estar en un restaurante lleno de deliciosos aromas a comida. — ¿Se encuentra bien?
— Quería ir yo. — Reconoció el pilar de la llama, con los ojos ensombrecidos. — Pero comprendo que Shinazugawa es de los pilares más fuertes, entonces está bien. Él e Iguro están capacitados para ayudar a Tomioka-san. — Era insólito, que hable con tal positividad teniendo esa expresión, uno de los pilares conocido por ser enormemente bondadoso.
La pilar del amor se removió incómoda. Su lobo le alertaba sobre el mal ánimo del animal interno de su querido compañero.
— Rengoku-san, por favor no se preocupe. Cuando todo esto acabe, podrá hablar con Tomioka-san. — Ofreció entonces un vaso con agua. — Por ahora, busque la calma; con tiempo, todo se resolverá adecuadamente.
El ambiente es pesado cuando el omega pelirrojo los guía por un camino que improvisó más temprano junto al dueño de la finca.
— Tanjiro. — Muichiro miraba al de los aretes con cierta preocupación. — ¿Dónde están tus amigos?
— De misión. — Torció la boca al recordar, Zenitsu e Inosuke partieron sin él a encontrarse con Genya, debido a su periodo de celo. Se suponía que los alcanzaría, pero pasó primero a saludar a los niños Tomioka y ya sabemos cómo terminó. — Por aquí. — Indicó un pasillo por el que la luz atravesaba agujeros en las paredes. Ingresaron hasta llegar a una habitación.
El panorama es shockeante. Con peluches y muñecas por todas partes, además de una cuna en la esquina del cuarto que se cubrió de polvo. También estando las estanterías en el suelo, dejando ropa y libros esparcidos por doquier. Arrasaron con todo cuando secuestraron a los infantes.
Giyuu está ahí, empujando un mueble con todas sus fuerzas, parece que estuviera levantando una hoja cuando lanza el estante por lo menos metro y medio lejos. Eso es la fuerza de un pilar mezclada con la furia de un omega que no tiene a sus cachorros con él.
— Giyuu-san. — Tanjiro lo saca del trance, acercándose para ayudarlo a recoger lo que buscaba bajo tanto escombro. Son tan solo dos fotos, simples pero de enorme valor sentimental. — Tienes visitas. — Le dijo, justo cuando el pilar de la niebla se daba a conocer, colgándose de la espalda del usuario del agua.
El omega no se molestó en ocultar su sorpresa al ver a quienes acompañaban al espadachín más pequeño. — Iguro, Shinazugawa.
— Quita esa cara, ridículo. Ni que fuera tan raro vernos. — Saltó el de ojos bicolor, siendo detenido inmediatamente por el único alfa en la habitación.
— Estamos para ayudarte, no preguntes por qué. — Sanemi fue tajante. — Tampoco trates de negarte, esto es si o si. Por tus hijos.
Tomioka desvió su mirada a las fotos que, no permitió, los demás vieran; las observó un par de segundos antes de suspirar. — Por mis hijos. — Las guardo dentro de su haori y respiro profundo para controlar sus emociones. — Dejare algo claro primero, si es que el patrón les mostró esa carta maldita.. no estoy dispuesto a matar a nadie, en todo caso me muero yo antes que cualquiera; todo lo que les pido es que prioricen la seguridad de los niños.
— No te vas a morir, imbécil. — Fue la forma más amable en la que Obanai consiguió hablarle.
— Esperemos que no, ¿quede claro?
Todos asintieron, y se dio inicio a la nueva misión, de las más importantes de todas.
Me iré de viaje, aproximadamente dos semanas. Así que solo actualizaré los martes y si es que el internet me acompaña
Este capítulo sabe a relleno jaja no me había dado cuenta-
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Momy
Fanfiction[𝕂ℕ𝕐] Fue un fiasco la fiesta a la que fue invitado, obligado, a ir; pero todo empeoraría al regresar a casa por la mañana... "Tres cachorros, tres pilares. Es el intercambio, ya verás tú qué cabezas entregar." Decía el papelito. Y al omega el mun...