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Me quedé paralizada, cuando le escuché decirme eso...no me lo podía creer. Sabía que mi familia me utilizaba, pero no sabía que serían capaces de llegar hasta ese punto...

No supe reaccionar, me quedé en blanco, cero pensamientos, cero sentimientos, estaba ya cansada de tener que luchar todo el rato, por todo...

—No puedo más...—apoyé mi cara en mis manos, y respiré varias veces para intentar tranquilizarme— no puedo más, no puedo seguir así, no puedo seguir luchando contra mi familia, contra todo, por una vida normal, estoy cansada, es lo que me ha tocado y creo que ha llegado el momento de asumirlo...—Marco se acercó a mi y me abrazó por detrás—

—No digas eso ni de puta broma, eh. Tú no vas a asumir nada porque tú no eres así, Alessia, desde el primer momento que te conocí has estado luchando por ti y por lo que has querido, te has escapado de gente que quería matarte, has peleado todo lo posible conmigo, por que te dejara en paz, por tu libertad...y no eres así, y no vas a mandarlo todo a la mierda. Vamos a volver a casa, y no te vas a casar con nadie. ¿Te piensas que íbamos a dejarte así como si nada a ese cerdo, Ryan, Sebastian, yo...? Pues no, guapa —casi me hace sonreir, pero me lo aguanté, ya estaba volviendo a su ser poco a poco...—

—Marco, ven... —me giré para mirarle a la cara—

—Sí —contestó al segundo, mirándome a la cara también, no se lo pensó ni un segundo, y ahí es cuando vi que era de verdad, que Marco también iba a hacer todo lo posible por mi. Asentí con la cabeza—

—Pues vámonos, ya se llevarán tus cosas. Hacer una maleta con lo básico para unos días y ya llevarán lo demás, en una hora salimos. Marco ¿vienes aquí o te recogemos?

—Vengo, no voy a tardar nada

—Vale, pues venga —nos organizó y activó en 3 segundos, así sí...—

...

Y aquí estamos dos años después en la misma situación...

Yo seguía cabreada...sinceramente después de dos años así me he acostumbrado y...prefiero estar así no quiero volver a abrirme ni a darle ninguna oportunidad de acercarse a mi, lo nuestro pasó y pasó, ya está.

Además me han sacado de mi vida, la vida que siempre he querido y soñado, y me la quitan así, como si nada.

En el avión, que es un avión privado, yo me senté sola, tiene asientos bastante grandes de los que se tumban y tal, son muy cómodos la verdad.
Están colocados a los lados del avión de dos en dos enfrentados con una mesita en medio, dejando un gran pasillo en el centro.

Yo me senté sola, me puse mis cascos, que son de estos grandecitos que se ponen como diadema, puse la música, la capucha y me tumbé dándoles la espalda, estaban Jason y Marco sentados juntos al otro lado.

Tenemos un viaje bastante largo por delante, y la verdad que prefiero dormirme aunque sea un poco.

En realidad no me dormí, no dejaba la cabeza de dar vueltas...a todo, todo. Pero me hice la dormida, no quiero interactuar con ellos.

Pero...siempre tiene que haber un pero, vino Jason y se sentó en frente mía. Yo seguí con los ojos cerrados como si nada.

—Alessia podemos hablar —le escuchaba perfectamente, no llevaba la música tan alta, pero pasé de él— venga, se que no estás dormida —seguí sin moverme, no le va a ser tan fácil— te conozco de sobra como para distinguirlo...y te lo voy a explicar, cuando estás dormida estás mucho más relajada, ahora estás tensa, además siempre siempre te duermes con la mano apoyada en el cuello y jugando con tus pendientes —que me dijera todo eso, tan detallado, y con el tono que utilizó...me dolió, no se, me abrió recuerdos y me dio una punzada en el corazón—

—No quiero hablar, Jason

—Por favor, Alessia, es solo un momento —suspiré, me quité los cascos y me los puse en el cuello y me sente, estaba tumbada, al final no puedo resistirme a él...—

—Qué quieres, Jason

—Solo quería hablar contigo un poco

—No me apetece...—me interrumpió—

—Han pasado 2 años, Alessia, sin saber nada de ti, y para mi también ha sido jodido, sabes, porque no sabía nada de ti, pero tú eras lo único en lo que pensaba a todas las putas horas

—Pero yo no quiero hablar, para una decisión que puedo tomar por mi misma me gustaría que se respetara, sabes

—Eres lo peor, lo sabes, eres la persona más cabezota que conozco, te lo juro, pero has tenido la mala suerte de dar conmigo que soy peor. No quieres hablar, vale, pues hablo yo

—No quiero escucharte, Jason, no me interesa —si es que no me lo creo ni yo...—

—¿Y por qué no?

—Porque no, y ya está

—Tú sabes de sobra por qué, y con eso me sirve. —nos quedamos unos segundos mirándonos a los ojos—

—Ya no tienes el mismo poder sobre mi, no puedes leerme como a cualquier otra persona, porque no, ya soy inmune a ti —note su mirada un poco triste, pero había algo, como un brillito especial...y eso no me gustaba, porque sacaba mi brillito especial—

—Te voy a ser muy muy sincero, Alessia. Tomar la decisión de llevarte fue muy difícil para mi, pero siempre he hecho todo por tu bien y eso es lo importante. Desde el primer día que te marchaste he estado buscando una forma de traerte de vuelta y que estuvieras segura, intentando solucionar todo. Cada día me levantaba con la motivación de conseguir algo para poder volver a tenerte aquí. Me he pasado todos los dias durante estos dos años, todos, preguntando a Ryan, a Kiara, si sabían algo de ti, a Marco que me dijera cómo estabas, y con la esperanza de que en algún momento me ibas a llamar.

—Vale, y lo siento Jason, pero yo también lo he pasado muy mal, me ha costado mucho poder estar bien, pero tienes que entender que ya está, y que quiero seguir bien, he cambiado, en general en todo, y me gusta cómo soy ahora

—Te puedo hacer una pregunta —asentí con la cabeza—

—¿Alguna vez pensaste en llamarme, en perdonarme?

—Sí, tenía la misma confianza que tú en que ibas a llamarme

—Quería respetarte, no sabía cómo estabas, si ibas a tomártelo bien o mal, y por lo que sabía, me odiabas a más no poder

—Da igual, así mejor

—Alessia, si de verdad quieres que te deje en paz, lo voy a hacer, pero quiero que me lo digas, mirándome a los ojos, y saber que es lo que quieres de verdad —le miré a los ojos, tenía muy claro que iba a decirle que sí, que me dejara, pero no podía mentirle al mirarle a los ojos así, y si lo hacía, no me iba a creer—

—Ya hablaremos, Jason, pero ahora necesito un poco de tiempo para asimilar todo lo que está pasando

—Sí, vale, te entiendo —se levantó para volver a su sitio, pero primero se puso en frente mía, levanté la cabeza para mirarle a la cara y se agachó en frente mía, quedando a mi altura. Me puso una mano en la cara y me acarició la mejilla— de verdad que me hace muy feliz que vuelvas a estar aquí, y verte así de bien, y preciosa...me alegro de que estés de vuelta —se levantó y volvió a su sitio, a mi me dejó congelada en el mío, ese contacto de su mano en mi mejilla, tantos recuerdos, me dio un escalofrío, me provocó cosas que yo tenía muy guardadas ya, en el fondo de mi corazón, y que me prometí no volver a sacar—

Y después ya me dormí hasta que llegamos.

...

Amor como una balaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora