Segundo capítulo

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Segundo capítulo

-Hola!
-Ohhh por los dioses...

Pete giró los ojos ante la molestia que se presentaba delante de él.

-Eres difícil de encontrar -observó como saltaba del pequeño tapial en donde estaba sentado- me llevó una semana.

Siguió caminando ignorando al morocho que lo seguía de cerca.

-Vamos Pete! -lo adelantó- vine a toda hora y recién hoy logro verte.

Dejó de avanzar y miró los ojos oscuros en un rostro sonriente.

-¿Qué quieres?
-Por ahora, acompañarte a donde sea que vayas, pero después quiero una cita.
-Eres muy molesto.
-Digamos que solo soy insistente, ayudo a que me digas que si...

No quiso hacerlo pero igualmente se sonrió, estaba ante un delirante.

-Tienes una sonrisa hermosa -sintió el dedo que tocó una de sus mejillas- podría verla todos los días.
-Realmente eres muy tonto.
-Esa es solo la primer impresión, realmente no soy un mal tipo.

Se mordió la mejilla, tendría que decir que no, borrarle la sonrisa de los labios, seguir a su instinto que dictaba que se alejara. Por supuesto que no lo hizo, fue imposible porque algo muy dentro quería gritar que si.

-Tengo que caminar unas cuadras -indicó- puedes acompañarme, solo hasta la plaza.
-Solo hasta la plaza -acordó con una mirada entre seria y pícara.

Ae se acomodó a su lado y avanzó divagando sobre temas sin sentido en un intento de sacarle algo de información sobre su vida.

-Eres muy difícil de conocer -le dijo con una media sonrisa- y mi idea es conocerte en profundidad.
-Eres bastante directo.
-Es que no tiene sentido fingir que no me gustas porque me gustas demasiado -detuvo su avance- y creo que también sientes lo mismo.

Se mordió los labios para no responder, pero luego desvió el tema algo más inocuo, a través de su voz supo que tenía 22 años y él le contó que pronto cumpliría 20.

-¿Tienes familia?

Esquivó dar información aunque admitió que tenía un hermano menor.

-¿Y tú?
-Tengo mis padres, rara vez los veo -contó mientras seguían su camino- no me malentiendas, los dos son mayores, prefieren no viajar, y mi mamá aún me llama para recordarme que debo comer y esas cosas, pero yo decidí seguir mi camino al venir a estudiar.

Le contó un poco más de ellos y la vida que llevaban en una ciudad a varias horas de viaje.

-Hasta aquí -anunció una vez llegados a la plaza.
-¿Qué? No! -se posicionó de frente tan cerca que los pechos casi se tocaban- es muy pronto.

Desde la cercanía podía percibir el aroma que desprendía el cuerpo del morocho.

-Tienes unos ojos muy bonitos -declaró poniéndolo tímido ante su escrutinio.
-Ae...
-No creo estar equivocado Pete, lo sientes ¿verdad? Ya lo dije, me gustas y estoy seguro que te gusto.
-Recién te conozco.
-Eso se soluciona fácil.
-¿Si?
-Si- le sonrió- todas las noches voy a esperar para acompañarte hasta esta plaza, y realmente espero que luego me des una oportunidad.
-Creo que...
-¿Si?
-Esta bien, si, puedes acompañarme hasta esta plaza, no voy a prometer nada más.

La sonrisa de Ae se hizo más grande, los dientes mostrándose ante la mirada de Pete.

-Ahora realmente debo seguir mi camino.
-Está bien -se acercó dejándole un beso en la mejilla- ten cuidado ¿si?
-Estoy acostumbrado a caminar por aquí.
-Aún así.

Se separaron allí, los ojos más oscuros siguiendo la silueta del castaño hasta que lo perdió de vista.

〰️〰️〰️

Cada noche fue igual, Ae esperando a Saint a metros de la salida, no fue difícil darse cuenta que el interés era genuino, y sí bien las intenciones eran claras, nunca pasó los límites que tácitamente le había impuesto. Pero había algo en él que anhelaba, un calor en algún punto de su cuerpo que pedía ser calmado, que lo orillaba a acercarse cada vez más, a permitir el rose de los dedos en su mejilla, el choque imperceptible de los hombros o el beso al despedirse.

-¿Y que piensas?

Ya había pasado más de una semana cuando Ae volvió a sacar el tema. Lo observó detenidamente, el color oscuro del pelo un tanto despeinado, la piel trigeña con algunas pequeñas marcas, los ojos casi negros que lo miraban de una manera en la que nunca había sido mirado, como si en verdad le importara. Cayó la voz que le decía que sería un problema, necesitaba por una vez tomar una decisión sin miedo a las consecuencias.

-Tal vez... vivo a unas cuadras, si quieres puedes acompañarme.
-Ohhh dioses, pensé que nunca llegaría el día! -exclamó.

Como toda respuesta sonrió y guió sus pasos hasta la puerta del lugar.

-No es tan malo -dijo para llenar el silencio en la entrada de la pensión donde desconocidos compartían la misma casa- tengo una habitación propia y un baño, solo debo compartir la cocina y la mayoría son universitarios o jóvenes en su primer empleo.
-¿Nadie te molesta? -había preocupación en su tono- ¿Es seguro?
-Tanto como lo puede ser una pensión.
-Pete...
-Aquí me despido -dijo alcanzando el primer escalón- buenas noches.
-Buenas noches.

Fue el impulso, la noche, el calor, o el deseo de sentirse querido por alguien. No lo pensó en el momento y más tarde le daría vueltas en la soledad de su habitación, sus manos parecieron moverse solas y las llevó al cuello del mayor, la diferencia de altura no fue impedimento para llevar sus labios sobre los otros, escuchó a Ae inspirar antes de que le rodeara la cintura con los brazos y lo apretara contra si para profundizar el beso.
Dulce, tierno, delicado. Algo que quería dar, que necesitaba sentir.
Se separó dejando pequeños besos de mariposa, las pestañas bajas ante la vergüenza del impulso.

-Esa fue el buenas noches perfecto -le colocó un mechón de pelo tras la oreja- espero que de ahora en más sea así.

No respondió, dio la media vuelta y subió los escalones que lo llevarían al interior. Tal vez más tarde podría reprenderse por el impulso, por ahora, se recrearía en la sensación de libertad que Ae había traído a su vida.

〰️🖤〰️

Pueden odiarme, enojarse conmigo, se que fue mucho tiempo. Estos meses fueron demasiado difíciles para mi, y aunque tengo en la cabeza lo que va a pasar en esta historia, no podía escribirla.
Espero darles algo que valga la pena. Intentaré no atrazarme tanto.
No olviden dejar estrellita y un comentario si tienen ganas! Amo leerl@s. Un beso inmenso. Cuidense.





Si vuelves a mi vidaWhere stories live. Discover now