𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟖° 𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚 - 𝐓𝐫𝐢𝐬𝐭𝐞 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝

116 3 0
                                    

𝕌𝕟𝕒 𝕤𝕖𝕞𝕒𝕟𝕒 𝕕𝕖𝕤𝕡𝕦𝕖́𝕤

Liam había hecho una salida a un picnic junto a ella durante el día. Al oscurecer luego de un rato, Liam colocó música en un parlante que tenía en su cabaña en ese instante. Una vez que sonó la música, tomó el cuerpo de Lydia y lo acercó hacia a él y colocó los brazos de ella alrededor de su cuello mientras de fondo se escuchaba "Louis Armstrong - When You're Smiling".

-Está canción también me encanta -Le decía sonriendo -¿Cómo sabes todo lo que me gusta? ¿Acaso buscaste entre mis cosas cuando ibas a mi casa? -Le tocaba la nariz en forma traviesa.

-No lo sé... -Giraba los ojos para arriba -Tal vez sólo te conozco bien -Le sonreía mientras la abrazaba y la atraía hacia a él.

-No sabes cuando te amo... -Bailaban al unísono de la canción.

-Yo también te amo Lydia y siempre lo haré... -Daban pasos lentos y suaves junto a la música.

Una vez al terminar la canción, Liam imaginaba que Lydia lo miraba cariñosamente, por lo que la besó en los labios mientras se dirigía hacía la habitación sin despegarse. Liam la besaba por su cuello y la dejaba sobre la cama con delicadeza. Él se subió encima de ella y observó con claridad que no era Lydia, ella se había ido hace mucho tiempo, solo estaba su cuerpo recostado sobre las sábanas, las mismas con las que se había colgado aquella vez, Liam había bebido mucho, por lo que su mente entró otra vez a la imaginación que tenía con Lydia, sentía que estaba viva, queriendo más de él, por lo que se quitó la camisa y volvió a besarla en los labios.

Lydia se desabrochaba la camiseta que llevaba puesta sin romper el beso y Liam la ayudaba a quitarse los shorts que llevaba puesto y luego él se quitó sus pantalones acariciándole el rostro a Lydia.

La temperatura empezaba a elevarse cuando Liam recorre su mano por el cuerpo de Lydia hasta llegar a sus muslos haciendo que las piernas de ella quedaran alrededor de él y que su pelvis se acercara al gran bulto que llevaba éste al tenerla tan cerca suyo, a lo que él hizo más presión su cuerpo contra el de ella.

No quería pensar en nada, solo necesitaba distraerse e imaginarla a ella, lamió los pezones de ella mientras que con su mano libre formaba círculos dentro de ella en su intimidad, a pesar de que no hubiera reacción alguna por parte del cadáver. Se acerca a ella y se baja su bóxer, dejando ver su miembro expuesto. Se introducía en el orificio de abajo que se encontraba completamente frío, pero a él no le importó, salió de ella para buscar un lubricante, no se sentía totalmente satisfecho con la experiencia, con el producto se echó en todo su miembro, se introdujo, pero seguía sintiendo seco allí abajo, por lo que él la abrió y le introdujo bastante líquido para preparar el cuerpo, el producto lo dejó a un lado, asique dió una estocada muy fuerte, hizo movimientos hasta que se le ocurrió la idea de tomarla de la cintura para hacerla mover, con cada penetración el sonido de la cama rechinaba mientras él jadeaba, Liam veía el cuerpo, pero en su mente veía a Lydia retorciéndose de placer gimiendo junto a él, a lo que él movía el cuerpo cada vez más rápido mientras el lubricante y su líquido de su miembro eran lo único que salpicaba por toda la cama, dejó mordidas por todo el cuerpo, de todas maneras a ella ya no le dolía para nada eso.

Así estuvo toda la noche haciéndolo con el cadáver de la chica con la que se obsesionó en vida.

𝔸𝕝 𝕕𝕚́𝕒 𝕤𝕚𝕘𝕦𝕚𝕖𝕟𝕥𝕖

Se despertó y lo primero que vió fue el cuerpo de Lydia junto a él, le había gustado lo de anoche, pero al acercarse a ella, sintió un olor extraño, por lo que la llevó a la tina del baño, ahí la bañó completamente, su cabello había quedado sedoso nuevamente, luego de bañarla, la secó con la toalla, la vistió con un lindo vestido de tono rojo y al terminar la dejó en la nevera para que el cuerpo se mantuviera.

Lavó las sábanas y después se dirigió a la ducha para bañarse completamente el sudor que tenía en su cuerpo.

Los días pasaban y pasaban, para Liam era todo de maravilla por estar con la mujer que ama, aunque fuése en estas circunstancias.

Liam gemía al penetrar el cuerpo de Lydia, le gustaba esa sensación, la lubricaba por todo su cuerpo, probó de muchas posiciones, aunque lamentablemente para él ya no podía lamerle sus pezones al sentirse un sabor extraño en ella, pero eso no le impedía tener relaciones con su chica.

𝟚𝟝 𝕕𝕖 𝕁𝕦𝕝𝕚𝕠 𝕕𝕖𝕝 𝟚𝟘𝟚𝟞

-Ya es hora de que entremos Lydia -Miraba su reloj en su muñeca -Son las 19:45 hrs. debemos tener cuidado en la noche.

-¿Por qué? -Preguntaba curiosa.

-Porque a las 21:00 hrs. siempre llegan los cazadores alrededor de este bosque -Se acercaba a ella y le acariciaba su rostro -Y no quisiera que alguno te confundiera y te lastimara como algún animal, ya ha pasado antes y no quisiera perderte...

-No me perderás -Tomaba la mano que la acariciaba y la besó -Siempre estare contigo -Lo observaba con sus ojos verdosos.

-Vamos -Le sonreía mientras se llevaba el cadáver junto a él.

Liam llevó los asientos y lo que acababa de comer anteriormente. Una vez que llegó a la cabaña, cerró todas las puertas y se acomodó en la habitación. Se abrigó junto a Lydia y la abrazó.

-Ay... Lydia..., cómo te amo... -Le susurraba.

-Yo también... -Decía contenta mientras también le susurraba.

De repente al escucharse un estruendoso sonido de la puerta del comedor, Liam se sentó sobre la cama mientras se escuchaba una explosión en la puerta de la habitación, entrando varios policías armados apuntándolo.

Liam levantó sus manos en señal de rendición mientras veía el cadáver de Lydia acostado sobre la cama, a pesar de haberla tenido muchas veces en el congelador, el cuerpo se encontraba en proceso de descomposición, algo leve, pero a la vez muy notorio el cambio, pero la mente de Liam le estaba jugando en contra otra vez, por lo que al parpadear, vió como Lydia se levantó de la cama y se fue caminando entre medio de los policías, yéndose lejos de él.

-¡Lydia! -La llamaba, pero ella no volteó ninguna vez al escucharlo, perdiéndose dentro de la multitud -¡¡¡LYDIA!!!

Los policías lo inmovilizaron, reteniéndolo en el suelo con unas esposas en sus muñecas. Lo llevaban saliendo habitación por habitación del sótano hasta llegar a la superficie. Liam estaba intranquilo al no ver a Lydia por ningún lado mientras que algunos detectives lo veían como si fuése un monstruo, a lo que éste ignoró completamente hasta que llegaron a la patrulla para dirigirse a la comisaría en la ciudad.

Fue un largo viaje, Liam trataba de respirar con normalidad, pero en sus pensamientos se encontraba el recuerdo de Lydia y de los hermosos días que estuvieron juntos en aquel lugar, le hacía respirar incontrolablemente.

Al llegar a la estación de policía, los padres de Lydia y su hermanito Jeremy se encontraban a la entrada del establecimiento.

-¡¡Maldito!! ¿¡¡Qué le hiciste a nuestra hija!!? -Gritaba la madre de Lydia -¿¡¡Qué diablos le hiciste!!? -Le trataba de golpear a Liam mientras él salía de la patrulla, pero los policías evitaban que se acercara a él.

-Tranquila Gracie -La agarraba suavemente de los brazos de ella -Ya se hará justicia -Decía el padre de Lydia.

-Mami, ¿Dónde está Lydia? -Decía el pequeño Henry de forma triste.

Liam sintió una presión en su pecho al escuchar a Jeremy, ya que le hizo acordarse nuevamente lo que éste le hizo a su amada Lydia.

¿Confiarías en mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora