Lo que tiene de guapo lo tiene de estúpido

22.8K 1.3K 32
                                    


El notario empieza a leer el testamento, yo me pierdo en mis pensamientos.

<< Por lo visto Raquel no era tan pobre como yo pensaba, bueno ella nunca me dijo nada, por lo tanto yo fui la que imaginé que era pobre >>

Leonel me saca de mis pensamientos cuando se acerca y me dice en un susurro.

— Pon atención.

Escucho al notario.

— A mi querido hijo Eros Julián Smith, le dejó la mitad de todos mis bienes y acciones, eso incluye mis cuentas bancarias y propiedades.
A Jade Díaz le dejó la otra mitad de todos mis bienes y acciones incluyendo las acciones de los negocios familiares, por lo tanto ella pasará a ser socia de la cadena hotelera Smith, con un 40% de las acciones.

<< Pero que estoy escuchando >>

Pero para cumplir todo lo anterior mencionado, mi hijo Eros Smith y Jade Díaz deben convivir en la casa de la capital, como mínimo un año comenzando al culminar de leer mi testamento, de no cumplir mi petición, todo mi dinero, acciones y bienes pasarán a un obra benéfica.
Mi compadre Leonel les dará una carta donde le explicará a mi hijo y a Jade el por qué de mi decisi...

— ¡Esto es una broma no! — espeta Eros muy alterado interrumpiendo al notario.

— No Eros, esta es la última voluntad de tú madre — le dice Leonel mientras le entrega un sobre blanco.

Yo no sé qué hacer o decir, yo no quiero nada, todo le pertenece a su hijo.

— ¡TU! — Dice Eros mientras se acerca a mí, yo me levanto de la silla y veo cómo me señala con su dedo índice.
— ¿Tu la convenciste de esto verdad? Claro por eso la ayudaste, por el dinero, ya sabía yo que nadie hacía lo que tú, sin un beneficio de por medio.

Cuando escucho sus palabras acusatorias, siento un fuego dentro de mí crecer.
Susa me dice que no tengo pelos en la lengua a la hora de decir la verdad en la cara, pues creo que tiene razón y este es el momento adecuado para decirle sus cuántas verdades a este hombre.

— A mi no me señales — le golpeó con mi mano su dedo haciendo que su mano se valla a un lado, el me mira con rabia — Primero que nada, yo no tenía conocimiento que tú madre tenía dinero, ella jamás me habló de sus bienes, ella fue muy humilde, es más, yo no creo que tú madre haya sido una mujer manipulable, como para dejarse lavar el cerebro por mí, lo que hice fue de corazón — contengo las lágrimas que amenazan con salir de mis ojos — cómo podía dejar a una mujer sola, sin familia, en un hospital en sus últimos días. Ella me pidió muchas veces que la dejara sola, pero yo no pude hacer eso y no me arrepiento.
Y en cuanto a el dinero, ¡QUEDATELO NO LO QUIERO! — le grité lo último dicho.
Siempre he vivido mi vida, trabajando yo sola, para salir adelante, a mi no me hace falta tu dinero, mi vida siempre ha sido tranquila y feliz y no pienso cambiar eso por un poco de dinero que no me pertenece.
Ahora sí me disculpan yo me marcho a mi casa — doy media vuelta y salgo del despacho, cerrando la puerta tras de mí con más fuerza de lo necesaria.

Cuando estoy llegando a la puerta principal Leonel me detiene.

— Jade antes de irte por favor lee esto — me entrega un sobre blanco con mi nombre escrito al frente — quizás cuando lo leas, entiendas el motivo del testamento de Raquel.

Veo el sobre y no puedo evitar sentir curiosidad por los motivos que hicieron que Raquel me dejara parte de sus bienes.

— Ven, leelo en el jardín y si después de leerlo aún te quieres ir, yo mismo te llevaré al aeropuerto. Jade, léelo por Raquel — en su mirada puedo ver qué hay más detrás de sus últimos deseos y que en este sobre están las respuestas.

Un amor inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora