EL AMIGO DE PAPI🥀 [ADAPTACIÓN JEFFTA]

Capítulo 1🌌

Ta parpadeó centenares de veces antes de que Us, cansado de él, le empuje del hombro. Aún no creía lo que oía, le había dolido, sí y mucho. Us envolvió una sábana por su cadera dirigiéndose al baño, dejando a Ta desnudo y sudado en la cama.

Ta llevo la palma de su mano a la boca, tratando de silenciar sus sollozos para que el chico de quién estaba enamorado, no lo escuchara. Parándose con las rodillas temblorosas, tomó sus prendas del suelo, colocandoselas a continuación.

Cuanto antes se marche de ahí mucho mejor, suspira temblorosamente, agarro el pomo de la puerta de la habitación donde su pesadilla comenzó. Huyendo de ese lugar, mientras bajaba por las escaleras sentía las paredes vibrando, por sus ojos lágrimas agrias corrían sin parar, su corazón sentía una tras otra puñalada.

¿Tan inútil era?

No lo sabía, hasta ese momento, Us le desprecio como nadie le habría hecho. El dolor creciente en su pecho le estaba asfixiando.

La estruendosa música resonaba por los amplificadores de la fiesta en aquella odiosa casa. Jj lo vio bajar, él le sonrió pero esa sonrisa se esfumó cuando vio sus lágrimas. Jj corrió hasta el a través de la espesa gente y lo tomó por los hombros pero Ta aún escuchaba esas dolorosas palabras repetirse y proyectarse en su cabeza como una mella.

》- Me aburres.

》- ¿Qué?

》- Ya no me excitas Nakunta... me aburre estar contigo, siempre soy yo el que inicia, él que se mueve, él que hace todo el trabajo y cuando tú lo haces eres torpe y descoordenado. Me matas las ganas, aprende, no me importa si le pides consejos a tus amigos o a cualquiera, pero no vuelvas hasta que sepas hacerlo.

El era asquerosamente tímido. ¿A quién pediría tremendo consejos? Además de ser sexuales, claro.

- ¡Nakunta! ¿Qué ha pasado? - preguntó Jj, alarmado. Su mejor amigo sacudiendo lo por los hombros. Él estaba perdido en sus pensamientos.

- No pasa nada - murmuró con los ojos en cualquier punto del piso

- ¿Cómo que nada? Joder, estás llorando! - Jj exclamó, pero Ta empujó a su amigo aportándole de su camino, quería ir a su casa, no se sentía para nada bien. Necesitaba dormir y olvidar las frías y desagradables palabras de Us.

Al bajarse del taxi diviso el gran portón de su casa, sabiendo que el Sr. Chan lo vio por las cámaras, esperó que estás se abrieran. Un pitido sonó y los grandes portones se abrieron para recibirlo. Caminó desanimado hasta la entrada, sus zapatos arrastraban consigo las piedrecillas que conformaban el largo camino.