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Los pequeños pasos rapidos se escuchaban en la casa enorme del quien fue el campeon del futbol, las risas diminutas se apreciaban inocentes y cantarinas, quien corria era un niño de preciosos rizos de cabello azabache, oscuro, largas y frondosas pestañas mostrandose la inocencia en esos grandes orbes de cabello mas castaño, labios delgados y su rostro demostrando se lo que era la inocencia de un pequeño niño, con la piel canela cual su madre, huia de quien lo seguia, teniendo dos peluches en sus manos, y la sonrisa con dos pequeños dientes desviados asomandose en estos.

Sus risas se debian a la persona que le seguia junto a otros juguetes en el, se mostraba feliz ya que su pare habia accedido con jugar con el, era tiempos que el atesoraba, un niño muy inocente ante todo, el lindo niño de preciosos ojos corria y fue a esconderse en uno de los gabinetes del lugar, cerrando sus ojos y cubriendo su boca, no queriendo que se escuchara sus risas que escapaban sin desear.

Escuchaba los pasos pesados de su padre, como este jugaba en si abrir o no el gabinete, logro escuchar su voz haciendo que sus risas quisieran salir con mas brusquedad pero el se callaba como podia - oh, ¿donde podra estar Ire? Mmmh - decia este con acento argentino, aun tanteando el lugar, era facil saber donde se encontraba su cachorro, lograba olfatear ese lindo olor a jabon que ha tenido desde nacimiento, miraba por todos lados hasta quedar visto en donde estaba su niño.

- ¡aqui estas! - abrio con fuerza el gabinete, logrando escuchar el grito de su hijo de cinco años, como este solto risas felices como ahora trato de escapar, pero el hombre no lo dejo, lo unico que hizo fue hacerle cosquillas con su barba, picaba parte de su rostro y cuello ocasionando que el niño riera ahora con mas libertad.

- ¡pá! ¡espera me haces muchas cosquillas! - decia el pequeño queriendo huir de los brazos de su padre, pero con todo lo que paso, tambien vio a Hulk, el perro de la familia como ladraba ante las muestras de cariño, el tambien reia y se sentia grato de tener un juego con su padre.

Vio como este se detuvo, soltando risas a boca cerrada, lo acomodo en brazos facilmente mostrandose cariñoso - esta bien, yo me detendre, asi que calmate, que en estos aturdes - bromista lo lleva lentamente hacia la cama, ya que por eso huia el niño, de paso jugó, no queria dormir, tenia mucha energia que derrochar, ademas de que trataba con amor y cariño, pero sobretodo.

Cuidado.

Tenia cuidado en como tomaba a su pequeño cachorro.

- no queria dormir papá, queria jugar mas contigo - inocencia es la palabra que delataba mas el niño hacia su padre, el hombre solo suspiro acariciando esos hermosos rizos que cargaba su primogenito, siendo seguido por el can en todo momento, los ojos del pequeño se entrecerraban por el terrible sueño que le aparcaba, pero como es un terco de primera, no obedecia a su padre.

Ademas, asi lo desvio de estar encerrado la mayoria del dia en su habitacion, le parecio curioso que esta vez sus tios Damian y Enzo no fueran, ni siquiera su tio Scaloni, o De Paul, pero mientras estuviera en brazos de su padre y sentir su calor amoroso de nuevo despues de varias semanas de no verlo, se sentia bien, y volveria a repetir su escape aniñada.

- lo se, mi amor, pero sabes que es necesario que duermas bien o si no todo lo que nos han dicho no servira - hablo levemente el hombre aun dejando en visto su acento caracteristico, aunque el pequeño no tuviera ese acento, algunas veces lo usaba.

El niño solo se acurruco en el hombro de su padre, solo quedandose en silencio hasta que lo llevo a su habitacion, una linda habitacion, de un azul cielo las paredes, en el techo estrellas que iluminaban, juguetes de todo tipo que su padre le ha conseguido, peluches de todo tipo, y tambien varios juguetes constructibles, el hombre lo dejo en esa cama que tenía para su hijo, que cuando lo acomodó, primero quitó las dos colchas en el lugar acomodando a su hijo, cuidando lo con amor que tenía para ofrecerle, noto la inocente y dulce mirada de su pequeño.

-¿Ya te sientes mejor, papá?...

La pregunta le sorprendió, pero solo le dedicó una enternecida sonrisa, su pequeño siempre preocupándose por los demás, siempre preocupándose por todos, siendo un niño bueno y adorable, su mano volvio acariciar esa esponjosa melena de su pequeño, viendo como le dedicaba una sonrisa entre pequeñas risas.

-...si, ya estoy... un poco mejor, mi niño -murmullo con esa grave voz el hombre, viendo como el pequeño aunque dijera que no sentía sueño, lo hacia, vio como sus ojos se torcian y cerraban casi por el peso de los mismos.

-me alegra mucho... estaba, 'peocupado' por tí, tío Enzo dijo que... t-te sentías algo mal... -susurro de forma baja, sin borrar esa sonrisa, ya que sabía que su pequeño era alguien tan alegre.

El hombre solo le dedicó esas muestras de cariño.

Lo único que hizo fue acercarse a la frente de su pequeño, dedicandole un beso en la sien, notando como dejaba en muestra el cariño cargado.

- ay, mi niño... lo sé, perdona me haberte dejado estas semanas sólo... solo, estaba tranquilizando me...-le murmullo de forma baja el hombre, levantandose en paz.

Su pequeño necesitaba dormir, la única mancha de luz que quedaba para sanar su corazón roto.

-¿Papi?... Buenas noches... descansa -le dice en un suave murmullo a su padre, sintiendo como su olor disminuye, ese suave olor a vainilla que poseía su padre.

El hombre lo miró, notando como su cachorro ya tenía sus ojos cerrados, mientras que él, solo miro la habitación, los recuerdos llegaban a su mente, su corazón aún no sanado, solo suspiro entrecortado, dedicando una sonrisa rota a su niño.

-descansa, Ireneo -es lo último que menciona el hombre, para salir de la habitación de su pequeño, no queriendo ver más las cosas que tenía.

Al momento de haber salido de la habitación, camino con rapidez a la habitación de visitas, ya que ni siquiera la principal había usado, sintiendo como sus lágrimas caían de sus ojos, por lo que su boca se cubrió con su mano, queriendo callar su dolor, queriendo minimizar lo, pero no podía.

Dolía.

Que cuando llego a la habitación, su respiración se agitó, hasta que simplemente dejo soltar sus lágrimas.

Al menos, su Pajarito Colibrí escansaba plenamente en su habitación, su cachorro no lograba escuchar su dolor, y esperaba...

Que así fuera...




























Van a llorar, aña

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Van a llorar, aña

Pajarito Colibrí |MESSI X OCHOA|Where stories live. Discover now