Pajarito Colibrí |MESSI X OCHOA|

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Un nuevo día se asomaba, en las ventanas se asomaban las danzas de gardenias plenas, el cielo despejado sin un triste llorar con el brillo en su punto máximo, el pequeño niño comenzó a parpadear en la par, encontrandose en su techo las decoraciones que conoce desde que tiene consciencia, mirando el lugar se fijó hacia toda su misma habitación, de nuevo no ver a su padre recibirlo o hablarle le ponía mal.

Desde que tiene consciencia, el nunca pasa con el, la mayoría del día siempre está siendo atendido por sus tíos, y parece ser que así sería ese día.

Aunque él no debe ponerse triste, debe estar siempre feliz, el debía ser quien alegre a su padre siempre, odiaba verlo triste las veces que convivía con él, con una alegría rebosante el pequeño se levantó en un salto, aunque eso fue una mala idea ya que sus rodillas dolieron, está vez lo único que hizo fue colocarse las pantuflas que tenía, viendo que en la habitación Hulk se encontraba, odiaba dormir solo y siempre su mejor amigo y compañero de juegos dormía con él, antes dormía en la habitación de su padre pero parece que ya no quiere que haya nadie allí con el; la sonrisa del niño fue brillante— ¡Hulk! Vamo', a lo mejor ya llegaron nuestros tíos —hablaba feliz en un susurro que el perro soltó un ladrido, también era alguien muy feliz.

Entusiasmado fue directo al baño que tenía, al no poder alcanzar en el lavamanos colocó su banco, donde se aseo, se cepillo sus dientes, se cepillo su cabello el cual era esponjoso, seguro si alguien tocará esos rulos sentirían el mismo cielo con nubes, el pequeño ya teniendo brillante sus ojos en alegría, salio de su propia habitación, tenía hambre.

Mientras el niño caminaba el perro iba detrás de él, protegiéndolo de todo lo que pasara, parece que aún no habían llegado sus tíos, tenía hambre y no quería molestar a su padre que seguro en ese mismo momento ha de estar durmiendo, sentía que se levantó muy temprano a comparación de otras veces.

—tengo hambre Hulk, estoy seguro que tú también tienes hambre —murmuro de forma baja para ahora, escuchando como su amigo olfateaba los lugares, al llegar a la cocina, era enorme, en medio de esa gran cocina estaba la isla que aparcaba la mayoría de la cocina, aunque realmente era grande y muy alto, su mirar viajaba a todos los lugares, de paso, pero encontró pan en la cima de la alacena, eso fue lo que le entró hambre.

Desde pequeño debía tener independencia sobre si mismo, al menos la mayoría de las veces, uno de sus tíos no fue a visitarlo por lo que el hambre le estaba matando,  veía a todo alrededor en busca de algo que le ayudará a subir para tomar el pan, encontrandose la silla alta.

Con esfuerzo fue hacia esta y la jaló, llevándola hasta el lugar para poder retomarla, viendo a su amigo— mira, allí arriba hay pan, me haré eso con leche, ¡Mi mejor comida! —le decía a su mascota con alegría, Hulk seguia sentado viendo lo que su dueño quería hacer, pero lo percibió peligroso, sabiendo lo que tenía su dueño mislo, lo agarraba ahora en la manga de su camisa esponjosa — ¿Que tienes Hulk? No pasará nada, será rápido, ¡Soy 'fuete'! Cómo tú.

Se soltó de su mascota pero este renegante lo volvía a sostener, Ireneo no sabia porque hacia eso, al contrario, fruncía su rostro y se separaba de su mascota, cuando lo logró se empezó a subir a la silla con cuidado, mostrandose temblorosos al pisar algo encima, nunca había hecho algo parecido, al contrario de todo eso, su tío Enzo o su tío Saúl le cocinaban, pero parece que tuvieron que hacer otra cosa que ir a verlo.

—¿Vez? No sucede nada Hulk, ¡Soy 'fuete'! ¡Cómo tú! —el chiquillo sonrió alegre de que ya estaba a punto de alcanzar ese pan que estaba a centímetros de su mano, pero ni así lo alcanzaba, ni subiéndose a la mesa que estaba abajo de las alacenas, necesitaba algo largo para poder tirar el pan, buscó una cuchara larga con la que puedan encontrar algo, y cuando lo hizo dió una sonrisa feliz, golpeando ahora el pan con esa cuchara.