BONUS+

466 50 19
                                    

Una vez leyó en algun viejo libro o quizás lo había visto en algún video de Youtube, en fin. eos ko importo, recordaba perfectamente lo que leyó aquella vez: "Qué era más importante la belleza del alma que conduce a la virtud y es independiente y libre". No recuerda muy bien quien lo dijo, al igual que tampoco recuerda donde leyo o escucho, pero justo se hallaba pensando en ello, e inevitablemente recordo al hombre que conoció en ese pueblo maldito, pasaron demasiado tiempo juntos, ellos no tuvieron una atracción (no del todo) física, nunca pudo verle el rostro, si es que tenía uno, o escucharlo hablar.

Aunque pensar en el lo entristecía, en ocasiones tambien le levantaba el ánimo, recordar a ese hombre que hizo todo para protegerlo le daban las energías para seguir adelante y no rendirse, porque Pyramid nunca se rindió.

Otras veces, el recordarlo lo ponía triste, lo extrañaba demasiado, quería volver a verlo, volver con él para abrazarlo y nunca más soltarlo... Luego regresaba a la realidad y se daba cuenta que eso no era más que un sueño, un maldito sueño que posiblemente nunca lo podría cumplir.

Extrañamente, hablar sobre esto con Emmy lo ayudo bastante, al final le contó acerca de lo que en verdad paso, y resultó que su pálido amigo resultó ser bueno aconsejando, le ayudo a saber que hacer, o más bien, lo ayudo a controlar estás ganas de querer levantarse qhiea mismo del asiento e ir a como de lugar a Nueva Inglaterra, más específicamente al pueblo maldito de Silent Hill. Y posiblemente, Emmy al final no era tan bueno aconsejando como él creía, porque al final se decidió por ir nuevamente a ese lugar en donde experimento tantas cosas que nunca creyó experimentar a no ser que suceda en algún videojuego de terror. Y para su mala suerte, cierto asiático lo pillo queriendo ir a dicha ciudad, y como no pudo convencerlo de que lo deje ir sólo, ahora se encuentran los dos juntos srriba de un avión yendo nuevamente a la ciudad de Silent Hill.

—Entonces, dejame ver si entendí—dice masajeando su sien— ¿Estamos volando nuevamente a esa ciudad que visitamos hace unos meses, de la cual apenas pudimos ver algo, solo por qué extrañas al hombre de las tetas enormes?

—Si, creo que esa es una forma de decirlo—dice despreocupado, oyendo como el contrario comenzaba a maldecir en voz baja—Vuelvo a repetir, no era necesario que me acompañes.

— ¿Y eso porqué? —se queja—Soy el personaje que menos protagonismo a tenido, lo unico que tengo es un capítulo con mi nombre.

— ¿Qué? —dice apenas, sin entender.

—Lo menos que podía hacer el autor por mí es dejarme participar en este capítulo bonus—espeta con firmeza—... Y además, estoy aquí contigo porque soy tu bestie.

—No sabes lo raro que eso suena viniendo de ti—admite, intentando olvidar lo que antes Kim habia dicho, no le entendió ni un pomo de lo que dijo.

El resto del vuelo permanecieron en silencio hasta que llegaron a su destino, ya estando allá, con ayuda de un camionero que Kim conocía, pudieron llegar de forma más rápida a la ciudad, aunque durante todo el camino ese hombre actuó extraño, pero prefería no prestarle atención, según Kim ese hombre era un paranoico que decía que la ciudad estba maldita... Si tan solo Kim supiera como es la verdadera ciudad de Silent Hill, no llamaría loco a ese camionero.

Durante su trayecto hasta el pueblo de Silent Hill, encendieron la radio del auto, oyendose al instante Poker face y fue inevitable que sintiera un déjà vu al escuchar dicha canción, misma que oyeron cuando vinieron a este pueblo en primer lugar, una sonrisa ladina se dibujo en los labios del rubio ante el recuerdo de aquella vez junto a sus amigos en el auto, cantando a la par de Gaga. Y conforme iban aproximándose al poblado su emoción iba en aumento, deseando con ansias volver a ver a Pyramid, pero esta cayo en declive una vez que ingresaron a la ciudad, no era el mismo Silent Hill al que él junto a Clare y Dan habían ingresado, parece hasta una ciudad normal como cualquier otra, sin monstruos que salgan de las alcantarillas o algo así, solo era una ciudad que parecía estar llena de vida, con personas caminando por las calles y sin nada de neblina, tampoco podía ver algo que le indique la presencia del culto de Lilith.

Intento que solo Kim ingresé al lugar, luego de que él ingresé solo, pero nada, no había forma de ir al otro lado, tan solo era ese lugar... ¿Acaso había venido aquí por nada? ¿El otro lugar ya no existía o que? No comprendía que pasaba, necesitaba tomar un respiro y pensar con claridad. Aun akgi cansados se dirigieron a la cafetería más cercana, en donde fueron atendidos de inmediato por una joven de cabello oscuro, que llevaba un vestido azul marino que se veía algo antiguo, sobre este llevaba puesto el delantal con el nombre de la cafetería: Café Alessa.

—Dame un cafe latte y a él un cafe negro, bien puro—ordena Kim por él, en ocasiones le sorprendía lo bien que conocía sus gustos—y traenos algunas tostadas oara acompañar el café.

Kim le hablaba acerca de quién sabe que, podía verlo mover la boca pero en realidad no lo estaba escuchando, estaba metido en su mente, intentando buscar la razón por la que no pudieron entrar al otro lado, quizás era porque ella estaba muerta, ¿No?

— ¿Va a querer lo de siempre? —escucho decir a la camarera a sus espaldas.

—Ahora no quiero té, asi que prepara un cafe negrk bien cargado—no pudo evitar voltear a ver, conocía esa voz, la conocía muy bien, tanto que casi se le salio el alma del cuerpo al escucharla— ¿Patrick?

— ¿Lilith? —dice apenas.

— ¿Chung-hee? —se dirige esta vez al asiático— ¿Que hacen ustedes por aquí nuevamente?

—Creí que estabas muerta—confiesa aún pasmado.

—Y yo que te habías largado de aquí—brama con firmeza, sorprendiendo al contrario por la dureza de sus palabras, que pronto se suavizaron— ¿Estás aquí para buscar a tú noviecito?

— ¿Como...?

—Lo veo en tu cara—suspirando con pesadez, toma asiento junto a ellos—, solo te diré dos cosas en modo de disculpa por mi comportamiento cuando nos conocimos. Lo primero es que ya no hay forma que ingreses al otro lado, ese mundo ya no existe nunca más, lo destruí.

Temiendo por la respuesta, traga pesadamente y luego dice con cierto nerviosismo en su hablar— ¿Y lo segundo?

—Utilizando lo último de poder que me quedaba, hice que algunos de los monstruos con rasgos más humanos, no solo en aspecto, sino también en el interior, existieran en este mundo—informa tranquila, por su parte Kim no entendía para nada de lo que estaban hablando—entre ellos se encuentra tu amiga esa la enfermera, y claro, tu lindo noviecito.

¿Muy forzado? Claro que eso sonaba muy forzado y ooco creíble, aun asi se entusiasmo con la idea, y en ese momento fue cuando lo vio del otro lado de la calle, vestido con un conjunto deportivo y sorpresivamente, sin su casco de pirámide, pero aún sin tenerlo, Patrick sabía que era él, lo podía sentir en su interior, sin pensarlo mucho, corrió hasta donde él se encontraba, deteniéndose a pocos metros de él, no podía dejar de sonreír al verlo— ¡Py-Pyramid! —dice una vez que llega a su lado, aún no recupera el aire perdido en la corrida del café hasta el otro lado de la calle— ¿E-Eres tú, verdad?

—Patrick...









































Y ahora sí.

FIN

Verdugo ᴾʸʳᵃᵐⁱᵈ ʰᵉᵃᵈDonde viven las historias. Descúbrelo ahora