Sunoo y Sunghoon son dos jóvenes compañeros de clase y vecinos. Uno de ellos se enamoró perdidamente desde el primer día que se conocieron, pero la vida siempre da giros.
¿Qué pasara cuando las situaciones se cambien?
"Yo estaba almorzando con la ch...
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Nunca me preocupé el lugar donde vivíamos, tampoco me había preocupado por el dinero, sabía que no éramos ricos, pero no sentía que nos faltara nada.
Hasta que un día Park Sunghoon llamo a mi jardín desastre.
Mis hermanos mayores tenían un gran talento, siempre nos deslumbraban con un bello canto en la cena, mamá estaba orgullosa de ellos y decía que tendrían un futuro prometedor.
Esa misma noche mientras que comíamos, tenía que hacer algo y sabía bien lo que era.
—Creo que sería lindo arreglar el jardín. —Dije un poco apenado.
—¿Qué? —papá parecía confundido, tanto que dejó de comer.
—¿Cuánto pueden costar las semillas de césped? Quizá pueda comprar algunas flores.
—Hijo eso es mucho trabajo, además el casero debería encargarse de eso.
—Pero no lo hace... aquí vivimos y así se ve mal. —Agache la mirada y tragué con fuerza.
Recordar sus palabras rompía mi corazón.
—Sunoo, ¿Qué sucede?— Negué, pero luego sentí la mano de mi madre dandome apoyo.
—Los Park han estado tirando nuestros huevos porque temen una salmonela...
—¿Fue la señora Park?
—No... Fue Sunghoon. —Todos se quedaron en silencio.
—Debió ser una discusión familiar, a ese muchacho no se le hubiera ocurrido—Mamá sintió mi pena e intento sonreír. —Ya me cansé de vivir así, me cansa los trabajos temporales para apenas poder salir adelante.
Y me canso de estar pidiendo cosas prestadas...
—¿¡Piensas qué está es la vida que imaginé para nosotros!? Siempre tenemos que hacer algunos sacrificios, cómo dejar a Jung en ese hospital— Papá gritó.
—Quizas deberías comenzar a pensar primero en nosotros, nuestra hija sufre porque no arreglamos nuestro jardín.
—¡No es nuestro Jardín!
—¿Cómo dices eso? Vivimos ahí desde hace 13 años y por mucho tiempo hemos dicho que era temporal, es momento que pensemos en una institución del gobierno.
—¡No vamos a cambiar a mi hermano!
—¿¡Te importa más el que nuestros propios hijos!?
—¡Ya basta! —Dije en voz baja tratando de calmarlos.
—¡Deja de decir tonterías mujer!
—Papá ya basta —Supliqué en mis adentros para que esto terminará.
—Perdón... Esto no es tu culpa Sunoo, lo solucionaremos, lo prometo.
