Capítulo 63

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—En verdad que fue un desastre todo esto —suspiro el mago — ¿Tu padre no va a enojarse porque una Maga de la Luna este en el castillo?

—Tiene otras cosas de las cuales preocuparse —dijo como si nada el cuarto príncipe —Por cierto, ¿cómo es que puedes caminar, Katsuki?

—Una poción mágica que me dió Masaru.

Todoroki asintió pero, aún así, apenas vio que al cenizo le costaba un poco caminar lo alzó en sus brazos e ignorando todas sus protestas, lo llevo hasta una parte del castillo donde tenían una biblioteca. Midoriya y Kirishima los habían dejado a solas para irse a ver el castillo por su cuenta. Y ambos sabían que debían ponerse a investigar lo que pasó el día del ataque y que para eso necesitaban un lugar cómodo.

Pero antes de todo eso, debían ser sinceros de una vez el uno con el otro. Acerca de todo y lo tenían bien en claro.

El cenizo vio al bicolor activando un par de mecanismos mágicos en la puerta principal y sus oídos captaron el aislamiento del sonido dentro de la pequeña biblioteca, que parecía más una especie de archivador. Después lo observó echando el cerrojo en la puerta principal, en una que había a la izquierda de dónde estaba y en las ventanas. Como él estaba sentado en una silla de escritorio no tenía nada para hacer más que mirarlo y preguntarse qué tanto le iba a creer de todo lo que le contaría ahora. Y que tanto creería él acerca de lo que tuviera que contarle. Era un punto de inflexión, un paso importante que cuando lo hizo con Izuku se sintió como caer por una cascada, liberador y agotador. Tuvo miedo y luego, solo dejo que todo fluyera.

Con el cuarto príncipe no se sentía tan sencillo. El estómago le dolía de lo nervioso que estaba y nunca deseo más el poder adelantar el tiempo para no tener que vivir ese momento. Tuvo que respirar un par de veces para calmarse a sí mismo y su concentración solo fue interrumpida cuando escucho el sonido de una silla moviéndose. El bicolor había terminado con todas las precauciones y eligió sentarse delante suyo en la mesa del archivador, con los codos apoyados sobre la madera y con una expresión tranquila e indiferente.

Eso, de alguna manera, le otorgó un poco de calma.

—Katsuki, quiero que me cuentes todo acerca de ti —pidió el cuarto príncipe —Yo te diré también todo lo que querias escuchar. Si en algún punto es demasiado para ti, podemos parar y hablar de otra cosa. Pero creo que esto es lo más importante de todo.

—...Vale —asintió el cenizo, puso las manos sobre la mesa y trago saliva —No me interrumpas y no puedes preguntar nada hasta el final. No quiero repetir esta mierda, así que, intenta guardarlo bien en tu memoria, Shoto.

—Lo haré —prometió el bicolor —Por favor, comienza.

Katsuki sintió sus manos temblando y las puso juntas, apretando una a la otra. Bajo la cabeza y tuvo el presentimiento de que Shoto se sentó delante suyo —y no su lado— porque sabía que si lo consolaba, que si lo besaba y abrazaba, no llegarían a ningún punto. No le diría nada. Se la pasaría aceptando aquel consuelo sin que el cuarto príncipe pudiera saber qué lo llevaba a esa angustia que sentía en su pecho. Debía expresarlo para que pudiera comprenderlo.

Debía decirlo para saber si el muchacho delante suyo, la reencarnación de su Yuki, lo seguiría amando después de escucharlo.

Si podría amar al monstruo que era.

El cenizo cerro los ojos, puso sus miedos muy al fondo de su mente e inicio el relato.

El cenizo cerro los ojos, puso sus miedos muy al fondo de su mente e inicio el relato

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Todo tiene un precio [TodoBaku]Where stories live. Discover now