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Julián amaba a Kevin en todos los aspectos posibles. Amaba el movimiento firme y suave de sus labios cada que hablaba y como los lamía cada vez que estos estaban secos. Amaba lo directo y atrevido que era dando su opinión o ideas. Amaba su risa suave y sonora cuando cerraba sus ojos y finalmente lo miraba con una sonrisa. 

No había momento que disfrutara tanto como el hecho de poder hablar con Kevin sobre sus gustos y jugar videojuegos mientras el mexicano hablaba tal como si fuera un streamer. No suficiente con eso, amaba el olor del cuello sedoso y cremoso de almendras y cítricos cada que lo abrazaba o dormía con él. 

El sudor y fatiga de Kevin era algo que el argentino tenía guardado en su corazón y recuerdos por conocer esa faceta y no sólo esa, también cuando se enojaba y maldecía a cualquiera o cuando entre gemidos y voz temblorosa, lloraba por desde ver una escena triste de una película infantil hasta por el dolor de haber perdido a su mascota.

La inteligencia y firmeza del mexicano lo conquistaba cada que este le hablaba sobre algo de lo que estaba interesado. Las aficiones de Kevin para Julián eran un placer y la voz llena de emoción era su felicidad porque amaba ver a Kevin siendo tan feliz y siendo tan él que cualquier mínima cosa le parecía algo que debería tomarse su tiempo para apreciar realmente y entender porque él no quería simplemente amar y poner en un pedestal al chico que le gustaba, sino al contrario, entender y conocer cada cosita que hacía que Kevin lo haya podido enamorar. 

Julián estaba completamente enamorado de Kevin. 

A pesar del gran peso que sentía en su corazón y la gran necesidad que sentía de confesar sus sentimientos, tenía miedo de arruinar la amistad de años que tenían. Amaba a Kevin, claro era, pero amaba más la relación y confianza que se tenían que cualquier cosa, es por eso que cualquier afecto o momento íntimo lo conservaba cómo una vivencia especial e importante.

Kevin era demasiado afectuoso y mimoso con él. Siempre lo invitaba los fines de semana a quedarse con él y dormir o bien, después de clases, le proponía ir al centro comercial más cercano de su escuela e ir.

El mayor gusto en común que compartían era el fútbol. Hablaban de fútbol y de las ligas o copas como igualmente de sus jugadores favoritos en ese momento. Se juntaban a jugar con sus amigos o practicar un poco jugando a diferentes posiciones en el fútbol. 

Las veces que no se veían, hablaban en mensajes durante un buen rato, enviándose videos entre sí y mencionando el uno al otro en publicaciones. No suficiente con ello, decidían hacer llamadas para jugar videojuegos y de vez en cuando, invitaban a otros de sus amigos a jugar alguna que otra partida. 

Ambos conocían el uno del otro sus intimidades, aventuras y secretos. Conocían inclusive sus preferencias, a pesar de que Kevin era más abierto y sincero con su sexualidad, Julián sentía mucha vergüenza de ello, y no porque le incomodara, sino, porque por alguna razón, no tenía un tipo ideal de forma sexual y no pensaba en alguien en específico al momento de masturbarse. Ni siquiera se atrevía a tener relaciones sexuales porque no sentía mucha ilusión al respecto. 

A pesar de ello, sintió que su mundo dió un cambio de 180 grados cuando Kevin le envió esa fotografía. 

Apenas darían las dos de la mañana cuando seguía conversando en mensaje con el mexicano, quién al principio estaba platicando con Julián sobre una de sus experiencias con una chica. 

"Nmms wey. Te juro que parecía comal caliente. Es súper linda pero no te imaginas cómo de repente insistía por algo más." 

Leyó el mensaje y entendió al instante. A pesar de que esa chica gustaba de él, Kevin jamás le dió una señal de amor. No le sorprendía, era algo ya común en el mexicano. Hablaba con chicas y chicos que eran directos con él, pero este simplemente los trataba como amigos de forma espontánea y fría. 

Pensamientos Impuros || CANCELADAWhere stories live. Discover now