capitulo tres

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Narra escritor

Al día siguiente, con una sonrisa alegre que tapaba su sudadera, Kaori hizo sus quehaceres en el hogar de su familia.

En su instituto la paso sin molestia, Vanessa notó su estado de ánimo y a la hora de la salida, no apartaba la mirada de la castaña hasta que ella le hablara. ---Quieres que te diga ¿Verdad?

---¡Si! Dime, es por ese chico que te llevo ese día ¿No?

---bueno, si es por él--- apartó la mirada hacia un lado, avergonzada. ---digo... ¡Es hijo de uno de mis boxeadores favoritos! Es normal que me interese.

La rubia sonrió con malísima, pinchando con su dedo el costado de la castaña. ---¿Te gusta?--- su truco funcionó ya que vio en la expresión de sus ojos la molestia, pero no hacía nada en su contra.

---no en la forma que piensas, ambos queremos ser boxeadores profesionales y es bueno, diría que es mejor que algunos profesionales.

---¿Es mejor que tú?--- la chica castaña se quedó pensativa, concentrarse en el momento de su sparring; si Ichiro no sé hubiera contenido, en su mente no cabía duda que la habría derribado.

---si...

Llegó la hora en dónde se encontraría con Ichiro, ella llegó sin compañía al frente del gimnasio

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Llegó la hora en dónde se encontraría con Ichiro, ella llegó sin compañía al frente del gimnasio. En ese instante, el chico salió como si la hubiera esperado en la puerta. ---hola--- dijo el chico. La castaña lo miró de pies a cabeza y notó que iba a correr por su vestimenta.

---hola ¿Vas a correr? ¿Te acompaño?

---esta bien, pero no te voy a esperar si quieres cambiarte--- Kaori sonrió divertida.

---yo estoy bien así.

---entonces, veamos si puedes seguir mi ritmo--- Miyata empezó a correr seguido de Kaori. Por la sudadera que llevaba, Miyata creía que se cansaría más rápido que el por el calor que le debe provocar.

Pero no era como lo esperaba, de hecho en alguna parte del trayecto, ella iba pasando por delante de él y eso no lo iba a permitir.

Miyata aceleró sus pasos y en ese momento, Kaori le molestó la idea de perder y también aceleró; así provocaron una carrera entre ambos hasta llegar al parque en dónde se habían conocido.

Ninguno llegó antes que el otro, pero habían dado tanto para intentar superar al contrario, que terminaron por sentarse al pie de un árbol. Kaori incluso bajo el cierre de su sudadera para respirar mejor y no ahogarse, dejando una vez que el chico viera su rostro.

---¿Cómo no te afecta llevar esa sudadera con este calor?--- le pregunto una vez recuperó el aliento.

---yo creo que me acostumbré, al fin y al cabo uso sudadera desde los nueve años.

---¿Desde los nueve? ¿Por qué lo hacías?--- ella volteo a verlo con una gran sonrisa y con su puño elevado.

---esa es la edad cuando empecé a entrenar.

Mi Espíritu De Lucha.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora